LIMA - PERÚ JUEVES 14 DE JULIO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS
Romanos 4: 9-14.
"¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa".
*** (Ro.4:9) Pablo continúa desarrollando este tema teniendo en mente al pueblo judío, tan lleno de sí mismo, que hacía difícil su acceso a la gracia por ello. Tocando el punto de la justicia adjudicada, inquiere: ¿Es esta bienaventuranza sólo para los judíos, o también para los no judíos? ¿Cómo podría un Dios justo como Yahweh justificar dos facciones tan opuestas con una misma perspectiva jurídica legal? ¡No podía ser! Entonces, Pablo vuelve a referir lo anteriormente citado. Si decimos que Dios le contó (puso a su cuenta) a Abraham su fe como justicia, ¿cómo es que le fue contada? ¿Cuál era su posición? ¿Estaba circuncidado, o era incircunciso? Porque de ello depende todo en cuanto al concepto que podemos tener de la redención. Y, al analizar este punto, hallamos que Abraham era incircunciso, y que Dios estaba estableciendo su pacto con él antes de que se oficiara la circuncisión del patriarca...¡No! ¡Nos ganaron los gentiles, harbano! ¡Llegamos placé! Guardemos nuestro llanto judío para más tarde, harbano. Sigamos leyendo lo que dice el Rabino Saulo, ¡a lo mejor se retracta!
*** (Ro.4:11a) Al incircunciso Abraham se le atribuyó justicia, y la circuncisión le fue dada como un sello de la justicia de la fe que tuvo estando incircunciso; ¿Un valor agregado? ¡No! Un refrendo que les haría ver que su progenie debería mantenerse en el plano de esta justicia adjudicada por la fe, trayendo un linaje bendito para Yahweh; para que no se olvidaran quiénes eran, y cuál era su consigna como herederos biológicos de Abraham. La fe se constituyó así en el plano de la herencia en que los herederos de Abraham serían admitidos ante el Padre, y tanto judíos como gentiles, serían aceptados en la familia de Dios mediante la simiente bendita, la cual es Cristo. Y Jesús nos recuerda que: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad (autoridad) de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre (no es herencia biológica parental), ni de voluntad de carne (no porque otros quieran), ni de voluntad de varón (no porque tú lo quieras), sino de Dios (mediante la fe o recepción de la simiente en la cópula espiritual correspondiente: "Hágase conmigo conforme a tu palabra") (Jn.12-13; Lc.1:38).
*** (Ro.4:11b-12) La paternidad abrahámica abarca, pues, a todos los creyentes no circuncidados, A FIN DE QUE TAMBIÉN A ELLOS LA FE LES SEA CONTADA POR JUSTICIA. No hay en nuestra filiación ningún detalle que nos haga inferiores o de segunda categoría (hablo aquí de los que somos gentiles según el ver judío), poseyendo derechos igualitarios en el panorama redentivo, y en cuanto a la herencia que todos los creyentes tenemos en Abraham. Y a continuación, Pablo menciona a Abraham como "padre de la circuncisión", para los que no solamente son de la circuncisión (como un acto pactual en la carne), sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo Abraham antes de circuncidarse. Nótese que el pacto en la carne, la circuncisión, surge como una confirmación de la fe que se tuvo en lo que Dios juraba que sería la herencia de los santos del Altísimo. Al hablar de "las pisadas de la fe", el apóstol nos hace saber que no se trata de un evento histórico y profético, meramente; sino de un andar, de un estilo de vida que honre nuestro panorama relacional con la Deidad, convirtiendo la vida de fe en un estándar que se manifieste en todo nuestro peregrinar a la gloria. Pablo lo condensará en esta frase: "Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la vivirá" (Ro.1:17).
*** (Ro.4:13-14) Esta porción de la palabra marca la realización de la promesa mediante la fe, y el apóstol refiere que no fue por la ley que la promesa divina hecha a Abraham y su descendencia, de que SERÍA HEREDERO DEL MUNDO (¿Cabe semejante cosa en nuestras mentes finitas?) sino por la justicia de la fe, donde él nos ha venido ubicando durante el desarrollo de esta parte de su misiva a los romanos (Gá.3:16). ¿Y por qué el apóstol refiere esto? Porque si los que son de la ley son los herederos, la fe resulta algo vano, y la promesa quedaría anulada. Obsérvese la profundidad del análisis paulino, y cómo algo que pudiera parecernos simple, puede llegar a complicarse si no hay el adecuado entendimiento. Dios nos llama a no ser apriorísticos, a detenernos, y a considerar exhaustivamente cada aspecto de lo que él nos comparte, para que no caigamos en la trampa de una religión elitista que se complace en sentirse mejor o superior a los demás, no siéndolo (Ro.12:3).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/07/2016
LA ADECUADA COMPRENSIÓN DE LA JUSTIFICACIÓN ES DE IMPORTANCIA VITAL PARA TODO EL PUEBLO DE DIOS. ASUMAMOS NUESTRA REALIDAD EN ESE SENTIDO PARA QUE PODAMOS ESTAR SEGUROS DE NUESTRA SALVACIÓN, Y CIERTOS EN CUANDO AL MENSAJE DE REDENCIÓN.
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