LIMA - PERÚ DOMINGO 08 DE JULIO DEL 2018 MENSAJE # 2595
APOCALIPSIS 4:1-5.
"Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios".
=== Las cartas a los mensajeros de las últimas tres iglesias concluyen con cánticos de victoria y triunfo: Vestidos de vestiduras blancas, sus nombres en el libro de la vida, y reconocidos delante del Padre y de su corte angelical (Ap.3:5). Y al observar en la de Filadelfia, vemos a los victoriosos afirmados como columnas en el templo de Dios, refrendados por el nombre del Padre, de la ciudad santa, la nueva Jerusalén, en suave y célico descenso, y el nombre nuevo del Señor; y al concluir el análisis de la iglesia más polémica, el Señor resalta que se sentarán en su trono los vencedores, así como él se había sentado en el trono de su Padre. Esto hace la visión del reino mucho más gloriosa; y es en esta sentido que Juan es llamado a la celeste esfera para visualizar lo relacionado al reino de Dios. La puerta abierta, implica el acceso disponible para que él pudiera subir, y ser testigo de los eventos que se estaban realizando en la corriente del tiempo, fundiendo en uno el plano célico-pedestre, en un celoso orden que magnificara el divino obrar en el centro de su propósito, con una anticipación de veintiún siglos que testificara de su soberana voluntad allende los tiempos.
=== Siguiendo a Juan, la visión se hace audible, y una voz como de trompeta habla desde la celeste esfera para darle el ascenso que necesita para ver las cosas desde la divina perspectiva. Y dudo que alguien no esté interesado en lo que le espera, si vive en un plano trascendente, que es la ubicación que Dios nos concede hoy a mí y a mis lectores. Al conjuro de la voz que se oyera el espíritu de Juan es introducido en la celeste esfera por el Espíritu de Dios, y lo primero que Dios le muestra es el trono donde la Deidad se halla, siendo el eje de todo lo que verá, y entendiendo que Yahweh es quien preside todo lo que allí se encuentra, haciendo la presentación ante el apóstol de cómo operan las cosas, haciendo que la voluntad divina se ejecute a su sazón, vinculando la corriente del tiempo, por las edades, a la esfera de arriba, algo que Jesús ya predijera cuando se apareció a los once, dándoles la gran comisión (Mt.28:18). Al haberse quedado en "continuará", lo inherente al accionar de la iglesia hasta ese mismo instante, la historia prosigue con esta visión juanina. El trono central era uno, establecido en el cielo, y con alguien sentado en él, implicando que todo lo que sido, es y será, se acomoda a su arbitrio, y así debe entenderse.
=== El aspecto del que estaba sentado en el trono exhibía una doble coloración, comparado con gemas como el jaspe (una piedra de diamante de gran transparencia, de apariencia blanquecina) y de cornalina (o piedra preciosa de rubí, de rojo intenso); implicando la pureza divinal combinada con su poder redentivo que nos hiciera aceptos en el Amado. El Padre siempre estará comunicando su bondad en su trato para con nosotros, no admitiendo en su presencia a quien no se haya purificado hasta el extremo. Luego, el Padre muestra su trono rodeado del arco iris (la plenitud de la luz que atraviesa el prisma para mostrar todos sus matices), pero privilegiando el verde esmeralda, indicando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa que Pablo refiere en Tito 2:13. Aquí el arco iris aparece completo, y no sólo por mitades (como lo apreciamos nosotros aquí en la tierra, implicando el pacto noénico). Y esto indica que el mismo se ha realizado, y que todas las personas de pacto tendrán derecho a ver a Dios (Ap.22:4a). Luego el Señor le permite ver a Juan la gloria corporativa en aquellos veinticuatro ancianos de albas vestiduras y doradas coronas. Y nuestras columnas vertebrales están adornadas de veinticuatro costillas, guardianas de nuestros corazones y pulmones, y base de nuestra estructura ... Y aquí me detengo porque el espacio es corto... Sorry.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/07/2018 MENSAJE # 2595.
"Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios".
=== Las cartas a los mensajeros de las últimas tres iglesias concluyen con cánticos de victoria y triunfo: Vestidos de vestiduras blancas, sus nombres en el libro de la vida, y reconocidos delante del Padre y de su corte angelical (Ap.3:5). Y al observar en la de Filadelfia, vemos a los victoriosos afirmados como columnas en el templo de Dios, refrendados por el nombre del Padre, de la ciudad santa, la nueva Jerusalén, en suave y célico descenso, y el nombre nuevo del Señor; y al concluir el análisis de la iglesia más polémica, el Señor resalta que se sentarán en su trono los vencedores, así como él se había sentado en el trono de su Padre. Esto hace la visión del reino mucho más gloriosa; y es en esta sentido que Juan es llamado a la celeste esfera para visualizar lo relacionado al reino de Dios. La puerta abierta, implica el acceso disponible para que él pudiera subir, y ser testigo de los eventos que se estaban realizando en la corriente del tiempo, fundiendo en uno el plano célico-pedestre, en un celoso orden que magnificara el divino obrar en el centro de su propósito, con una anticipación de veintiún siglos que testificara de su soberana voluntad allende los tiempos.
=== Siguiendo a Juan, la visión se hace audible, y una voz como de trompeta habla desde la celeste esfera para darle el ascenso que necesita para ver las cosas desde la divina perspectiva. Y dudo que alguien no esté interesado en lo que le espera, si vive en un plano trascendente, que es la ubicación que Dios nos concede hoy a mí y a mis lectores. Al conjuro de la voz que se oyera el espíritu de Juan es introducido en la celeste esfera por el Espíritu de Dios, y lo primero que Dios le muestra es el trono donde la Deidad se halla, siendo el eje de todo lo que verá, y entendiendo que Yahweh es quien preside todo lo que allí se encuentra, haciendo la presentación ante el apóstol de cómo operan las cosas, haciendo que la voluntad divina se ejecute a su sazón, vinculando la corriente del tiempo, por las edades, a la esfera de arriba, algo que Jesús ya predijera cuando se apareció a los once, dándoles la gran comisión (Mt.28:18). Al haberse quedado en "continuará", lo inherente al accionar de la iglesia hasta ese mismo instante, la historia prosigue con esta visión juanina. El trono central era uno, establecido en el cielo, y con alguien sentado en él, implicando que todo lo que sido, es y será, se acomoda a su arbitrio, y así debe entenderse.
=== El aspecto del que estaba sentado en el trono exhibía una doble coloración, comparado con gemas como el jaspe (una piedra de diamante de gran transparencia, de apariencia blanquecina) y de cornalina (o piedra preciosa de rubí, de rojo intenso); implicando la pureza divinal combinada con su poder redentivo que nos hiciera aceptos en el Amado. El Padre siempre estará comunicando su bondad en su trato para con nosotros, no admitiendo en su presencia a quien no se haya purificado hasta el extremo. Luego, el Padre muestra su trono rodeado del arco iris (la plenitud de la luz que atraviesa el prisma para mostrar todos sus matices), pero privilegiando el verde esmeralda, indicando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa que Pablo refiere en Tito 2:13. Aquí el arco iris aparece completo, y no sólo por mitades (como lo apreciamos nosotros aquí en la tierra, implicando el pacto noénico). Y esto indica que el mismo se ha realizado, y que todas las personas de pacto tendrán derecho a ver a Dios (Ap.22:4a). Luego el Señor le permite ver a Juan la gloria corporativa en aquellos veinticuatro ancianos de albas vestiduras y doradas coronas. Y nuestras columnas vertebrales están adornadas de veinticuatro costillas, guardianas de nuestros corazones y pulmones, y base de nuestra estructura ... Y aquí me detengo porque el espacio es corto... Sorry.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/07/2018 MENSAJE # 2595.
DIOS NOS INTRODUCE EN LAS COSAS QUE HAN DE SER DESPUÉS DE LO QUE YA SE HABÍA MOSTRADO EN LOS CAPÍTULOS 1 AL 3 DE APOCALIPSIS. ESTE ES UN LIBRO AL QUE HAY QUE PRESTAR ATENCIÓN, SOLICITANDO AL ESPÍRITU DIVINO QUE NUESTRA COMPRENSIÓN ESPIRITUAL SE ELEVE AL MÁXIMO NIVEL, PARA ALCANZAR LA BIENAVENTURANZA DE LOS QUE LO LEEN Y ESCUCHAN.
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