LIMA - PERÚ JUEVES 18 DE ABRIL DEL 2019 MENSAJE # 3117
SEGUNDA DE CRÓNICAS 12:1-10.
"Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Yahweh, y todo Israel con él.Y por cuanto se habían rebelado contra Yahweh, en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén, con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo; mas el pueblo que venía con él de Egipto, esto es, de libios, suquienos y etíopes, no tenía número, Y tomó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó hasta Jerusalén. Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Yahweh: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac. Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Yahweh. Y cuando Yahweh vio que se habían humillado, vino palabra de Yahweh a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac. Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a mí, y qué es servir a los reinos de las naciones. Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Yahweh, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó, y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey".
=== El cronista nos plantea el panorama relacional del rey y sus súbditos con la Deidad. Así, pues, después de consolidar el reino, y sentirse plenos y realizados, los escogidos de la tierra de Judá, consideraron que Dios ya no era necesario, y que sus tutoriales espirituales y religiosos habían perdido vigencia, y que podían descartarse para darle lugar al placer sensual y a los excesos, abandonando los mandamientos, y el régimen de probidad que les garantizara la paz y la prosperidad que Dios les impartía. Pensemos en esta reflexión de Agur: "Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; NO ME DES POBREZA NI RIQUEZAS; MANTÉNME DEL PAN NECESARIO; NO SEA QUE ME SACIE Y TE NIEGUE, Y DIGA: ¿QUIÉN ES YAHWEH? o que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios" (Pr.30:7-9). Nótese cómo la saciedad promueve en el bendecido, el negar al Dios que lo solventa, cuida y sustenta, desconociendo en esos momentos al Dios vivo, aduciendo que ya no necesita la guianza divina, y que ya ha madurado lo suficiente para dejar a sus ayos espirituales, y moverse al conjuro de su aparente madurez, Tanto la soberbia como la ignorancia de los valores espirituales, en la praxis, nos hacen muy atrevidos: "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu" (Pr.16:18).
=== En el contexto del obrar nacional, la actitud del rey se constituía en el espíritu que gobernara a todos los componentes de aquella nación: "Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No; sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones, y NUESTRO REY NOS GOBERNARÁ, Y SALDRÁ DELANTE DE NOSOTROS, Y HARÁ NUESTRAS GUERRAS" (1S.8:19-20;12:1-2a). De allí el dominio que tenía el rey para llevar tras de sí a todos sus gobernados, aceptando los tales su decisión, yendo en pos de sus determinaciones. Y aquellos tres años de fidelidad a Yahweh, cumpliendo a cabalidad sus ordenanzas, coronaron con el éxito garantizado por la Deidad al comportarse pactualmente. Pero, al abandonar el orden divinal, quebrantando el pacto, el Señor aguardó con paciencia (dos años) que Israel se arrepintiera; y al no hacerlo, les sobrevino el juicio con la invasión de Sisac el rey de Egipto, y un ejército multitudinario compuesto de egipcios y otros mercenarios, conquistando en tiempo breve todas las ciudades fortificadas (Noten los lectores lo sencillo que fue para Sisac el conquistar a Israel en cuanto ellos se apartaron de él). Es en estas instancias que el profeta Semaías los pone al tanto de su impiedad e injusticia, y les revela que esto provenía de Yahweh como un castigo por haber abandonado el pacto. 'Ustedes me dejaron, Yo los dejé'. Y entonces, aquellas cerradas mentalidades se abrieron al conjuro de lo revelado por el profeta, y todos en coro reconocieron la justicia divina, humillándose ante Yahweh.
=== Después de este acontecimiento, en un aparte con el profeta Semaías, Yahweh le refiere la certeza del arrepentimiento del rey y sus gobernantes, y cómo él les revoca la pena (y aquí habla de destrucción, apuntando a un juicio punitivo, vindicativo; y no meramente disciplinario), asegurando que su salvación acontecerá en un breve lapso de tiempo, y que su ira no se derramaría contra Jerusalén mediante la mano de Sisac, el rey de Egipto; pero dejándolos bajo reato (obligación que queda a la pena que corresponde al pecado aun después de perdonado), para que consideraran lo que es servir a Dios, y lo que significara el servir a otros dioses y a reyes impíos. Si todos pensamos que el perdón debió ser inmediato y final; nos equivocamos. La férrea disciplina que se aplicaría sobre los desobedientes en los tiempos que aún estuvieran cautivos, los traería a una profunda reflexión que los induciría a cambiar su conducta, y a aplicarse en el área de la obediencia, entendiendo que en ella no hay una aburrida rutina, un fastidio constante; sino un principio que les haría entender la sabiduría en el trato con la Deidad, y que la obediencia continua haría que todo funcionara a su sazón, lo cual produciría el disfrute general. Sisac saqueó todo: los tesoros de Yahweh, los del rey, y todo lo que fuera de valor en Israel, despojándolos también de los escudos de oro que Salomón había hecho, habiendo de cambiarlos por unos de bronce, simbolizando el juicio divino aplicado al orgullo israelita. Temamos a Dios, y caminemos gozosos bajo su ordenanza.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 18/04/2019 MENSAJE # 3117
"Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Yahweh, y todo Israel con él.Y por cuanto se habían rebelado contra Yahweh, en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén, con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo; mas el pueblo que venía con él de Egipto, esto es, de libios, suquienos y etíopes, no tenía número, Y tomó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó hasta Jerusalén. Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Yahweh: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac. Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Yahweh. Y cuando Yahweh vio que se habían humillado, vino palabra de Yahweh a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac. Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a mí, y qué es servir a los reinos de las naciones. Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Yahweh, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó, y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey".
=== El cronista nos plantea el panorama relacional del rey y sus súbditos con la Deidad. Así, pues, después de consolidar el reino, y sentirse plenos y realizados, los escogidos de la tierra de Judá, consideraron que Dios ya no era necesario, y que sus tutoriales espirituales y religiosos habían perdido vigencia, y que podían descartarse para darle lugar al placer sensual y a los excesos, abandonando los mandamientos, y el régimen de probidad que les garantizara la paz y la prosperidad que Dios les impartía. Pensemos en esta reflexión de Agur: "Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; NO ME DES POBREZA NI RIQUEZAS; MANTÉNME DEL PAN NECESARIO; NO SEA QUE ME SACIE Y TE NIEGUE, Y DIGA: ¿QUIÉN ES YAHWEH? o que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios" (Pr.30:7-9). Nótese cómo la saciedad promueve en el bendecido, el negar al Dios que lo solventa, cuida y sustenta, desconociendo en esos momentos al Dios vivo, aduciendo que ya no necesita la guianza divina, y que ya ha madurado lo suficiente para dejar a sus ayos espirituales, y moverse al conjuro de su aparente madurez, Tanto la soberbia como la ignorancia de los valores espirituales, en la praxis, nos hacen muy atrevidos: "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu" (Pr.16:18).
=== En el contexto del obrar nacional, la actitud del rey se constituía en el espíritu que gobernara a todos los componentes de aquella nación: "Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No; sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones, y NUESTRO REY NOS GOBERNARÁ, Y SALDRÁ DELANTE DE NOSOTROS, Y HARÁ NUESTRAS GUERRAS" (1S.8:19-20;12:1-2a). De allí el dominio que tenía el rey para llevar tras de sí a todos sus gobernados, aceptando los tales su decisión, yendo en pos de sus determinaciones. Y aquellos tres años de fidelidad a Yahweh, cumpliendo a cabalidad sus ordenanzas, coronaron con el éxito garantizado por la Deidad al comportarse pactualmente. Pero, al abandonar el orden divinal, quebrantando el pacto, el Señor aguardó con paciencia (dos años) que Israel se arrepintiera; y al no hacerlo, les sobrevino el juicio con la invasión de Sisac el rey de Egipto, y un ejército multitudinario compuesto de egipcios y otros mercenarios, conquistando en tiempo breve todas las ciudades fortificadas (Noten los lectores lo sencillo que fue para Sisac el conquistar a Israel en cuanto ellos se apartaron de él). Es en estas instancias que el profeta Semaías los pone al tanto de su impiedad e injusticia, y les revela que esto provenía de Yahweh como un castigo por haber abandonado el pacto. 'Ustedes me dejaron, Yo los dejé'. Y entonces, aquellas cerradas mentalidades se abrieron al conjuro de lo revelado por el profeta, y todos en coro reconocieron la justicia divina, humillándose ante Yahweh.
=== Después de este acontecimiento, en un aparte con el profeta Semaías, Yahweh le refiere la certeza del arrepentimiento del rey y sus gobernantes, y cómo él les revoca la pena (y aquí habla de destrucción, apuntando a un juicio punitivo, vindicativo; y no meramente disciplinario), asegurando que su salvación acontecerá en un breve lapso de tiempo, y que su ira no se derramaría contra Jerusalén mediante la mano de Sisac, el rey de Egipto; pero dejándolos bajo reato (obligación que queda a la pena que corresponde al pecado aun después de perdonado), para que consideraran lo que es servir a Dios, y lo que significara el servir a otros dioses y a reyes impíos. Si todos pensamos que el perdón debió ser inmediato y final; nos equivocamos. La férrea disciplina que se aplicaría sobre los desobedientes en los tiempos que aún estuvieran cautivos, los traería a una profunda reflexión que los induciría a cambiar su conducta, y a aplicarse en el área de la obediencia, entendiendo que en ella no hay una aburrida rutina, un fastidio constante; sino un principio que les haría entender la sabiduría en el trato con la Deidad, y que la obediencia continua haría que todo funcionara a su sazón, lo cual produciría el disfrute general. Sisac saqueó todo: los tesoros de Yahweh, los del rey, y todo lo que fuera de valor en Israel, despojándolos también de los escudos de oro que Salomón había hecho, habiendo de cambiarlos por unos de bronce, simbolizando el juicio divino aplicado al orgullo israelita. Temamos a Dios, y caminemos gozosos bajo su ordenanza.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 18/04/2019 MENSAJE # 3117
LA FIDELIDAD A LA DEIDAD NO ES ALGO QUE DEBA APARECER POR TEMPORADAS, MAS ALGO QUE DEBE PERDURAR, DE MODO QUE SU BONDAD Y SU GRACIA PARA CON NOSOTROS SE MANTENGA EN UN NIVEL QUE NOS COMUNIQUE UN GOZO PERENNE.
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