COLOSENSES 1: 26 - 28
"El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y
enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre"
(Col 1:26-28).
El apóstol Pablo en este capítulo de Colosenses ha sintetizado en una forma general el plano específico de nuestro avance espiritual, hasta alcanzar un sublime entendimiento en lo concerniente al propósito para cada uno de sus escogidos. Es imprescindible que tengamos un conocimiento pleno (epignosis en griego) acerca del propósito de Dios sobre cada uno de nosotros, de modo que nunca perdamos la perspectiva, la visión y el sentido específico de nuestro llamamiento.
No se trata de un conocimiento mental relativo, o de un pensamiento peregrino y fulgurante que se nos pueda olvidar; sino de un claro entendimiento de la voluntad Divina; de un pensamiento gravitacional que orientara nuestro espíritu, alma y cuerpo, a la realización del deseo y determinación del Padre, ya que solo así el creyente persistirá en lo que entienda y aprenda, y hallará el objetivo y la consigna que la Deidad persigue, haciéndose uno con el Padre en principios y prácticas.
Deuteronomio 29:29 nos declara que las cosas secretas pertenecen solamente a Dios; pero que las reveladas o manifiestas son para nosotros y para nuestros hijos, para que cumplamos el panorama revelacional, de modo que nuestro accionar corresponda a la luz recibida, y andemos en luz como él está en luz (1Jn.1:7)
El creyente que ha entendido (captado, comprendido) el panorama de la voluntad Divina, avanzará firme y progresivamente en un acuerdo que lo ennoblecerá, lo enriquecerá y le hará notorio su panorama como una NUEVA CREACIÓN. La guianza espiritual subordina cualquier otra orientación, eligiendo pensar, hablar, obrar y caminar en el Espíritu; y es por eso que el apóstol Juan nos referirá en 1 Jn2:6 "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo"; como también lo menciona Pablo en Colosenses 2:6-7. El apego de la línea conductual y operativa que agrada a Dios, revela el entendimiento espiritual que el creyente entendido (cada uno de ellos) que busca la complacencia Divina, moviéndose de concuno, habiendo asimilado un correcto pensar, hablar y obrar, estableciendo así la voluntad de Dios como su consigna.
La voluntad Divina ya no es algo oculto para el creyente (o los creyentes) identificados con él en su deseo soberano.
COMENTARIO.- Si bien la persona que oye el mensaje, el Evangelio de las Buenas Nuevas, y lo cree hace una oración de entrega, y acepta a Cristo en su corazón, encuentra la salvación y la vida eterna; se hace necesaria una Decisión de Fe para progresar en un sano entendimiento y la adecuada progresión espiritual que lo llevará a ser perfecto en Cristo Jesús como lo revela este pasaje de las escrituras.