LIMA - PERÚ SÁBADO 21 DE SETIEMBRE DEL 2019 MENSAJE # 3273
SEGUNDA DE CRÓNICAS 6:40-42.
"Ahora, pues, oh Yahweh, Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar. Oh Yahweh Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu poder; oh Yahweh Dios, sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad, Yahweh Dios, no rechaces a tu ungido, acuérdate de tus misericordias para con David tu siervo".
=== La dedicación del templo cubría un anhelo largamente acariciado por el rey David, quien deseó fervientemente hacerle al Señor una casa en la que pudiera habitar, compartiendo con la nación israelita la gloria de su presencia. Si bien David tuvo esa carga por mucho tiempo, el Señor le reveló que él no la edificaría, sino un hijo suyo, el cual sería Salomón, quien sería un varón de paz, pues David había derramado mucha sangre, siendo ello lo que lo inhabilitara para edificar el templo de Yahweh. Pero los planes y los planos le fueron entregados al hijo de Isaí, quien acumulara enormes riquezas para dedicarlas a Dios, mostrando con esa actitud con quién estaba su corazón, confirmando la palabra de Yahweh cuando dijo que David era un varón conforme a su corazón. El rey Salomón, en lo concerniente a los sacrificios y a la celebración del pacto, fue muy generoso y exacto en sus precisiones (lo digo por sacrificar veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas, realidades numerológicas que nos hablan de un rendido servicio a la Deidad, por sus ministros; y por toda la asamblea, que simbolizara a la iglesia, con sus ciento veinte mil ovejas sacrificadas, en total dedicación a la Deidad, cediéndose al Padre con gozo).
=== Luego, el rey hizo una pormenorizada cuenta de las falencias que pudiera tener el pueblo hebreo, y la gracia y misericordia que Yahweh les mostraría, recobrándolos para su gloria y honor, en aquel peculiar centro de reconciliación que devolvería a los israelitas a la comunión con el Padre, con sus peticiones regiamente detalladas, a las cuales aspiraba Salomón que la Deidad atendiera de común acuerdo; y cuando consideró que lo había dicho todo, hizo a Dios la cordial invitación para que viniera a ocupar aquel lugar que se le asignara; y me encantan estas palabras que utilizara Salomón para solicitar al Padre su visión y su atención en aquel punto físico que serviría como nexo entre el cielo y la tierra, haciendo de ambas esferas una sola. Así fue que surgió el punto convergente entre la tierra y el cielo, fundiéndose en una base bicampamentaria indisoluble que solamente la fidelidad pactual garantizaría, Y después de hecha la proposición, había de esperarse la divina respuesta.
=== Al pedirle a Yahweh que se levantara y ocupara su lugar, se mencionaba su persona, y el arca de su poder representativo, la cual definía su panorama redentivo: La ley estaba dentro del arca; y el propiciatorio la cubría, haciéndonos ver el valor de la redención triunfando sobe el juicio por la misericordia impartida. ¡todo ello era pura poesía! Los efodes sacerdotales, de lino blanco y finísimo lo iluminaban todo con su tono salvífico, y el gozo de los santos iluminaba más la zona estelar haciéndose uno con el celeste éter. Y a invocación final del rey israelita imploraba por una total aceptación, como cuando terminamos nuestras oraciones y le pedimos al Padre que nos las conceda en el nombre de Jesús, apelando al reino davídico.
EFRAIN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/09/2019 MENSAJE # 3273.
"Ahora, pues, oh Yahweh, Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos, y atentos tus oídos a la oración en este lugar. Oh Yahweh Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu poder; oh Yahweh Dios, sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad, Yahweh Dios, no rechaces a tu ungido, acuérdate de tus misericordias para con David tu siervo".
=== La dedicación del templo cubría un anhelo largamente acariciado por el rey David, quien deseó fervientemente hacerle al Señor una casa en la que pudiera habitar, compartiendo con la nación israelita la gloria de su presencia. Si bien David tuvo esa carga por mucho tiempo, el Señor le reveló que él no la edificaría, sino un hijo suyo, el cual sería Salomón, quien sería un varón de paz, pues David había derramado mucha sangre, siendo ello lo que lo inhabilitara para edificar el templo de Yahweh. Pero los planes y los planos le fueron entregados al hijo de Isaí, quien acumulara enormes riquezas para dedicarlas a Dios, mostrando con esa actitud con quién estaba su corazón, confirmando la palabra de Yahweh cuando dijo que David era un varón conforme a su corazón. El rey Salomón, en lo concerniente a los sacrificios y a la celebración del pacto, fue muy generoso y exacto en sus precisiones (lo digo por sacrificar veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas, realidades numerológicas que nos hablan de un rendido servicio a la Deidad, por sus ministros; y por toda la asamblea, que simbolizara a la iglesia, con sus ciento veinte mil ovejas sacrificadas, en total dedicación a la Deidad, cediéndose al Padre con gozo).
=== Luego, el rey hizo una pormenorizada cuenta de las falencias que pudiera tener el pueblo hebreo, y la gracia y misericordia que Yahweh les mostraría, recobrándolos para su gloria y honor, en aquel peculiar centro de reconciliación que devolvería a los israelitas a la comunión con el Padre, con sus peticiones regiamente detalladas, a las cuales aspiraba Salomón que la Deidad atendiera de común acuerdo; y cuando consideró que lo había dicho todo, hizo a Dios la cordial invitación para que viniera a ocupar aquel lugar que se le asignara; y me encantan estas palabras que utilizara Salomón para solicitar al Padre su visión y su atención en aquel punto físico que serviría como nexo entre el cielo y la tierra, haciendo de ambas esferas una sola. Así fue que surgió el punto convergente entre la tierra y el cielo, fundiéndose en una base bicampamentaria indisoluble que solamente la fidelidad pactual garantizaría, Y después de hecha la proposición, había de esperarse la divina respuesta.
=== Al pedirle a Yahweh que se levantara y ocupara su lugar, se mencionaba su persona, y el arca de su poder representativo, la cual definía su panorama redentivo: La ley estaba dentro del arca; y el propiciatorio la cubría, haciéndonos ver el valor de la redención triunfando sobe el juicio por la misericordia impartida. ¡todo ello era pura poesía! Los efodes sacerdotales, de lino blanco y finísimo lo iluminaban todo con su tono salvífico, y el gozo de los santos iluminaba más la zona estelar haciéndose uno con el celeste éter. Y a invocación final del rey israelita imploraba por una total aceptación, como cuando terminamos nuestras oraciones y le pedimos al Padre que nos las conceda en el nombre de Jesús, apelando al reino davídico.
EFRAIN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/09/2019 MENSAJE # 3273.
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