HAY LA NECESIDAD DE REAFIRMAR LAS ENSEÑANZAS APOSTÓLICAS PARA VOLVER A TRAER A LA REALIDAD A LOS HERMANOS DE TESALONICA, QUIENES HABÍAN SIDO SORPRENDIDOS POR CIERTAS AFIRMACIONES TENDENCIOSAS QUE ASUMÍAN QUE LA VENIDA DEL SEÑOR ESTABA A LAS PUERTAS, Y QUE LAS AFLICCIONES QUE LES HABÍA TOCADO VIVIR, ERAN EL PRELUDIO DE ELLO. PARA LA MANIPULACIÓN SEUDO ESPIRITUAL CUALQUIER AFIRMACIÓN SUPUESTAMENTE VÁLIDA, Y CON UNA PROFECÍA, PALABRA O CARTA QUE PARECIERA DEL APÓSTOL PABLO, NO HABÍA MÁS QUE AÑADIR.

LIMA - PERÚ  JUEVES 04 DE FEBRERO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS TESALONICENSES

Segunda de Tesalonicenses 2:1-3.

"Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y de nuestra reunión con él, os rogamos hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición".

*** Entre los puntos tratados en la primera epístola, el del arrebatamiento y el de la venida del Señor ocupaban un lugar preponderante (1Ts.4:13-17; 5:1-5). Y la grey estaba siendo inquietada por gente malintencionada que los hiciera tropezar, cambiando su modo de pensar y perturbando la paz y torciendo la instrucción que ya el apóstol aparejara cuando estuvo con ellos. Un cambio de dirección, o de línea de pensamiento, puede arruinar la vida eclesial y cambiar su perspectiva, sintiendo que la información sobre un tema tan vital les había sido negada, o mantenida en reserva con fines egoístas e inconfesos, ¡nada más falso!

*** Un panorama doctrinal adecuado puede preservar la paz, o preparar los corazones para lo que venga. El apercibimiento para un pueblo que abriga una esperanza, hará emerger una vital energía que llene de paz nuestros corazones, o de adrenalina para las futuras acciones. Tres son las formas en las que el enemigo hace titubear el correcto balance de los neoconversos en cuanto a la cercanía de la venida del Señor: 

(1) Un espíritu, o una hipotética revelación que pretende provenir de arriba cubierta de un manto profético que pareciera hacerla más digna de crédito. El engaño astral o preternatural siempre es motivo de congoja e inquietud para quien aún no ha afirmado su corazón en las promesas divinas, considerándose vulnerable, o falto de amparo, o desinformado; engendrándose un número considerable de temores que toman el lugar que antes tuvo la fe.

(2) Una palabra, cuando se aísla el panorama espiritual sólido, y se le da crédito a una porción escritural o no de dudoso cuño, el corazón se sobresalta, y más cuando se saca de contexto algo que se había referido con una sana y santa intención, dándole un significado que no tiene, o que se tuerce de modo intencional (1P.3:14-18). La susceptibilidad no es una sana consejera, y el Señor nos llama a solidificarnos en la fe, desechando todo temor, y confiando en la fidelidad de nuestro Dios.

(3) Por carta como si fuera nuestra, el maestro de las falsificaciones quienes poner palabras en la boca y la pluma del apóstol, sabiendo cuán importante es su enseñanza y su cobertura apostólica sobre las iglesias recién fundadas; y esto lo digo en el buen sentido de la expresión, y no para apoyar las exacciones de los obreros fraudulentos que tanto abundan hoy, y que sólo sirven para "sangrar"a los que ingenuamente caen en sus redes. El propósito de todo esto es el poder manipular a los neoconvertidos, y llevarlos a una sazón que sirva a propósitos aviesos, y no a la fe correcta de los herederos.

*** El orden de los eventos, pasan a tener un tono más preciso, señalando la apostasía como un elemento previo, y la manifestación del hombre de pecado, refiriéndose aquí a la bestia, que habrá ganado una fuerza descomunal basada en el engaño, mostrando su naturaleza en forma descarada, haciendo ver la magia de su accionar como muestras de su "divina elevación" (Dn.7:25; 8:25; 11:36). Al referirse a él como el hijo de perdición (comparándolo con Judas Iscariote, el traidor), nos revela que nada lo hará volver atrás, llevando su maldad hasta el clímax. Cuando el influjo satánico llega a su cenit, el diablo se siente libre para operar en el contexto de su maldad, sintiendo que al haberla aceptado la gente, no se resistirá, siéndole más fácil el acoplarse a ella, que el luchar y resistirla.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   04/02/2016