LAS REALIDADES CONCRETAS DE LA OBRA DIVINA HAN DE SER HECHAS CON EL CONSENTIMIENTO DE LOS QUE LE ADORAN EN ESPÍRITU Y VERDAD. NUESTRO PROGRESO ESTÁ LIGADO A NUESTRA RENDICIÓN AL DIVINO FLUIR EN NOSOTROS. LOS ENEMIGOS DE LAS REALIDADES NEOCREACIONALES SE MANTENDRÁN ATADOS A LO TÍPICO POR SU NATURALEZA "ROMÁNTICA" Y SECULAR, MURIENDO ATADOS A UNA RELIGIÓN DESFASADA. Y ENAJENÁNDOSE DE LA REALIDAD TRASCENDENTE DE LA VIDA DE RESURRECCIÓN QUE LES ES MINISTRADA POR EL EVANGELIO. ELEGIR LO UNO, NOS EXCEPTÚA DE LA PARTICIPACIÓN DE LO OTRO.

LIMA - PERÚ  LUNES 22 DE FEBRERO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS FILIPENSES

Filipenses 3:15-21

"Así que todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa. Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a si mismo todas las cosas".

*** El corte definitivo con lo que fue (el pasado), y el extenderse hacia adelante (proyectarse al futuro sin condenación alguna); hace que prosigamos en nuestra marcha a la meta, anhelando el premio del supremo llamamiento de Dios. Cuando esto llega a nuestro plano consciente, el sentido práctico de lo que la perfección es (el ser hechos cabales sin que nos falte cosa alguna, el llegar a la madurez Stg.1:4), compondrá nuestro fluir dentro del mismo sentir. Cuando Dios te revela esto, queda suprimida toda jactancia, emergiendo la gloria corporativa que honra a Dios, y nos hace resplandecer al lado suyo como estrellas a perpetua eternidad (Dn.12:3).

*** Si bien el plano participativo implica el que tengamos que esperarnos mutuamente, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe (He.11:40); en lo concerniente a lo que ya es de acuerdo común, nos amonesta el apóstol a movernos en ello, siguiendo el ritmo y cadencia del concierto corporal que nos mantiene como rebaño (Gn.33:13-14). Llegar a ser de un mismo sentir nos hace conscientes del proceso por el que el Espíritu nos lleva en nuestro peregrinar (Ef.4:15-16).

*** Pablo alienta el corazón de la grey a seguir su ejemplo conductual, y les insta a ser muy observadores de la ética con la que otros ministerios se manejan, evaluándolos en base al ejemplo que él y sus acompañantes dieran cuando estaban entre ellos, porque los auténticos ministros se comportarán en forma análoga. Acto seguido, se refiere a los anunciadores de otro evangelio. El orgullo judaico les impedía identificarse con alguien que muriera colgado como su Mesías (1Co.1:17b-18, 23), los que de modo indubitable se perderían por rechazar la gracia. Tal orgullo racial y religioso, no refrendado por la palabra, sino condenado por ella, redundaría en contra de los rechazadores del evangelio, quienes buscarían seguir el orgullo y descaro de Epicuro, que se gloriarían en sus hechos vergonzosos, y se mantendrían atados al plano de este siglo y su intrascendencia.

*** El creyente renacido, y persuadido de su realidad espiritual en sentido y actitud, buscará las cosas de arriba, percibiendo que sólo ese contacto lo llevará a su plena realización (Col.3:1-4). La expectativa que lleva a un creyente a levantar la mirada lo hace consciente de una esperanza que le será traída desde lo alto, apelando a su herencia, entendiendo así el proceso de transformación que lo coesencia con su Salvador y Señor, tanto en su naturaleza como en su apariencia. Pablo describe la "kenosis humana", el cuerpo de  nuestra humillación, como producto del pecado, desluciendo la imagen y la semejanza que trajimos de la Deidad como parte de nuestra gloriosa integridad; buscando hacernos conscientes de que también Jesús compartirá con nosotros su plerroma (exaltación gloriosa), haciendo que en un abrir y cerrar de ojos seamos trasladados a la esfera célico-pedestre en una semejanza que nos haga uno con él de modo definitivo, haciendo gala de su omnipotencia en este acto soberano maravilloso, y que Pablo describe gráficamente así: "PARA QUE SEA SEMEJANTE AL CUERPO DE LA GLORIA SUYA" (v.21).

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   22/02/2016