LIMA - PERÚ SÁBADO 27 DE FEBRERO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS COLOSENSES
Colosenses 1:1-8.
"Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuetsra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído lor la palabra verdadera del evangelio. que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como la habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu".
*** Colosas está situada a 175 km. al oeste de Éfeso, en Asia menor, actual Turquía. Epafras, consiervo de Pablo en el ministerio itinerante, fue el portador de la palabra del reino para ellos. Pablo, como siempre, propone su autoridad apostólica para puntualizar su plano relacional con todas las iglesias y los santos que las componen, y por eso aparece esta aseveración en la salutación paulina, asociando su fluir al del hermano Timoteo, su más cercano coadjutor en la obra misionera por aquellas regiones. La expresión:
(1) Santos (hablando de la elección divinal para el alcance de la herencia), y
(2) Fieles hermanos (refiriéndose al mantenimiento de la fe y el amor obrador en una misma línea con la apostólica visión, y su sentido corporativo y fraterno como algo que los identifica),
(3) Que están en Colosas (apunta a los destinatarios de esta carta apostólica).
*** Las expresiones apostólicas de Gracia (la inmerecida benevolencia divina que nos recoge en amor para restituirnos a la comunión con el Padre en su propósito regio), y paz (el resultado de aquella obra de amor que nos ubica en el contexto de aquellos que el Padre acepta como parte de su realidad célico-pedestre), nos son enviadas por medio del hombre cuyo nexo con la Deidad le permitió escribir la mitad del nuevo testamento. Así, la gloria dual del Padre, que nos transmite su gracia como el Dador de la misma; y el Hijo, el obrador de aquella gracia como elemento funcional que nos reubica en Yahweh, y nos permite la fusión con él con la realidad de la vida efectiva que opera por la presencia de Jesús en nosotros (Ro.5:10; 8:9-10).
*** La esperanza que nos está guardada en los cielos nos habla de la seguridad de la herencia, la cual se revela por el mantenernos firmes y sin fluctuar en la confesión de nuestra esperanza, la cual se manifiesta mediante la fe que obra por el amor, evidenciando la naturaleza vigente de nuestro Señor en nosotros, operando en los principios divinos por nuestra certeza evangélica. La llegada de las buenas nuevas no es solamente motivo de celebración para esa fecha específica sino para gozarnos en ello el resto de nuestra peregrinación. Lo sabemos porque aquella santa comunicación, venida en forma seminal, fructifica tras desarrollarse plenamente, sintiendo cómo aquella vida ingerida "da pataditas" en el interno fuero, regocijándose como el Bautista dentro del vientre de Elisabet, celebrando la presencia de su Señor por anticipación (Lc.1:44).
*** El conocer de la gracia vino por el oír la palabra del reino, y Epafras era un siervo de Dios con un amplio dominio del mismo, llevándolo a Colosas por divina designación, y haciéndolo de un modo tan idéntico a como lo había oído del ministerio itinerante, convirtiéndose en un ministro él mismo, transportando la realidad del tal hacia Colosas en una forma gloriosa, forjando allí una congregación que tenía un corazón perfecto para con sus maestros espirituales en las cosas del Señor.
*** Cuando Pablo alude a sus oraciones persistentes por los iglesias, nos hace saber lo que es una cobertura espiritual auténtica, la que es operada por el Señor; y no por el prestigio religioso de los que se denominan a sí mismos "cubiertas" en el siglo XXI. La oración paulina no estuvo exenta del agradecimiento al Padre por el mantenimiento de la fe de aquella grey colosense, tranformándose como siempre en un sincero amor fraternal que se abriera hacia los cuatro puntos cardinales, y muy en especial, hacia el ministerio itinerante que les comunicara las buenas nuevas del reino de Dios. Ese amor en el Espíritu acicateaba el corazón de Pablo para gemir, rogar, pedir, implorar, y cubrir con amor a todos aquellos que guardaran en ese amor su identidad con los obreros del Señor
(1) Santos (hablando de la elección divinal para el alcance de la herencia), y
(2) Fieles hermanos (refiriéndose al mantenimiento de la fe y el amor obrador en una misma línea con la apostólica visión, y su sentido corporativo y fraterno como algo que los identifica),
(3) Que están en Colosas (apunta a los destinatarios de esta carta apostólica).
*** Las expresiones apostólicas de Gracia (la inmerecida benevolencia divina que nos recoge en amor para restituirnos a la comunión con el Padre en su propósito regio), y paz (el resultado de aquella obra de amor que nos ubica en el contexto de aquellos que el Padre acepta como parte de su realidad célico-pedestre), nos son enviadas por medio del hombre cuyo nexo con la Deidad le permitió escribir la mitad del nuevo testamento. Así, la gloria dual del Padre, que nos transmite su gracia como el Dador de la misma; y el Hijo, el obrador de aquella gracia como elemento funcional que nos reubica en Yahweh, y nos permite la fusión con él con la realidad de la vida efectiva que opera por la presencia de Jesús en nosotros (Ro.5:10; 8:9-10).
*** La esperanza que nos está guardada en los cielos nos habla de la seguridad de la herencia, la cual se revela por el mantenernos firmes y sin fluctuar en la confesión de nuestra esperanza, la cual se manifiesta mediante la fe que obra por el amor, evidenciando la naturaleza vigente de nuestro Señor en nosotros, operando en los principios divinos por nuestra certeza evangélica. La llegada de las buenas nuevas no es solamente motivo de celebración para esa fecha específica sino para gozarnos en ello el resto de nuestra peregrinación. Lo sabemos porque aquella santa comunicación, venida en forma seminal, fructifica tras desarrollarse plenamente, sintiendo cómo aquella vida ingerida "da pataditas" en el interno fuero, regocijándose como el Bautista dentro del vientre de Elisabet, celebrando la presencia de su Señor por anticipación (Lc.1:44).
*** El conocer de la gracia vino por el oír la palabra del reino, y Epafras era un siervo de Dios con un amplio dominio del mismo, llevándolo a Colosas por divina designación, y haciéndolo de un modo tan idéntico a como lo había oído del ministerio itinerante, convirtiéndose en un ministro él mismo, transportando la realidad del tal hacia Colosas en una forma gloriosa, forjando allí una congregación que tenía un corazón perfecto para con sus maestros espirituales en las cosas del Señor.
*** Cuando Pablo alude a sus oraciones persistentes por los iglesias, nos hace saber lo que es una cobertura espiritual auténtica, la que es operada por el Señor; y no por el prestigio religioso de los que se denominan a sí mismos "cubiertas" en el siglo XXI. La oración paulina no estuvo exenta del agradecimiento al Padre por el mantenimiento de la fe de aquella grey colosense, tranformándose como siempre en un sincero amor fraternal que se abriera hacia los cuatro puntos cardinales, y muy en especial, hacia el ministerio itinerante que les comunicara las buenas nuevas del reino de Dios. Ese amor en el Espíritu acicateaba el corazón de Pablo para gemir, rogar, pedir, implorar, y cubrir con amor a todos aquellos que guardaran en ese amor su identidad con los obreros del Señor
ESTAMOS INICIANDO EL ESTUDIO DE UNA DE LOS ESCRITOS MÁS PROFUNDOS DEL APÓSTOL PABLO, Y RECOMIENDO A MIS LECTORES ESTAR ATENTOS A TODAS LAS COSAS QUE AQUÍ SE DECLARARÁN SOBRE LA PERSONA DEL HIJO Y SU RELACIÓN CON NOSOTROS COMO LA IGLESIA DEL DIOS VIVIENTE
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