LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 03 DE FEBRERO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS TESALONICENSES
Segunda de Tesalonicenses 1:7-12.
"Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros). Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo".
*** (V.6) El sufrimiento que le fuera causado a los hermanos en Tesalónica, alcanzaría retribución de parte de Dios, causando a sus atribuladores la tribulación que ellos les habían propinado, porque esa aflicción fue por causa de su fe en el evangelio del reino. Pero el apóstol no se refería al momento en que esto estaba pasando; sino al destino que les aguarda a quienes se oponen al mensaje del reino; porque hay la posibilidad de rechazarlo, ser indiferentes, y no tomarlo en cuenta; pero estas personas pasaron a la agresión, la infamia, la falsa acusación, y el exponer a la cárcel y a la muerte a los hermanos con sus acusaciones y agravios; execrando la gracia divina tras conocerla.
*** (V.7-8) El apóstol pasa ahora a referir el hecho de la venida del Señor en la forma que le fuera compartida por la revelación divina, y en ello no hay nada de imaginario ni alucinante; y lo que será un reposo para los creyentes, significará dolor para los opositores a la voluntad regia. La compañía angelical, evidenciando el poder que proviene de la gloria celestial, su ira manifiesta viniendo en juicio (la llama de fuego), y la direccionalidad del mismo, convergiendo en aquellas personas que se opusieron con injusticia a la verdad.
*** (V.8-10)El castigo eterno, y la exclusión definitiva de la esfera celeste, resalta el juicio divino, porque la manifestación de la gloria de Dios en sus santos será visible, y lo que fuera un misterio para los rechazadores del reino, se hará evidente ante sus ojos resplandeciendo en sus hijos, como Pablo lo plantea en el capítulo 8 de Romanos. La realidad testimonial, procurará aquello que Juan argumenta: "Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; POR ESTO EL MUNDO NO NOS CONOCE, PORQUE NO LE CONOCIÓ A ÉL. Amados ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, SEREMOS SEMEJANTES A ÉL, porque le veremos tal como él es". Nuestra fe reposa en los hechos divinos declarados por Pablo y por Juan, por cuanto el testimonio de Dios ha sido creído entre los santos, formando parte de su esperanza.
*** Las oraciones del ministerio, son testimonio de su deseo de que Dios preserve esa actitud en los corazones de los siervos de Dios como una norma, ya que ello sería una señal de que Yahweh cumpliría todo su propósito en ellos como una realidad fija, operando todo su deseo por el poder transmitido (dunamis) para la ejecución de su anhelo trascendente con una muestra de mil años como garantía. Será la naturaleza del Señor Jesús (su Nombre), lo que esté operando en ellos como extensiones humanas del poder divino, manifestándose la gloria que estuvo guardada en ellos desde que el Espíritu Santo los hiciera su morada, convirtiéndose en una luminosa expresión de su Señor, revelando su gloria en ellos y a través de ellos, constituyéndose en una identidad única que revele a los primogénitos de una nueva creación en su primorosa naturaleza trascendente.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/02/2016
EL DESEO DEL SEÑOR JESUS DE COESENCIARSE CON NOSOTROS, REVELANDO SU NATURALEZA EN CADA UNO DE SUS HERMANOS, PRESENTÁNDONOS ANTE DIOS EN LA MISMA IMAGEN Y SEMEJANZA SUYA; NOS ES MOSTRADA AQUÍ COMO SU MÁS CARO DESEO; HACIÉNDONOS SABER EL SIGNIFICADO REAL Y TRASCENDENTE DE LA REDENCIÓN CON MUCHOS HIJOS EN LA GLORIA.
ResponderEliminar