LA TERNURA PAULINA APARECE AQUÍ EXHORTANDO A LA GREY FILIPENSE AL MANTENIMIENTO DE LA UNIDAD, A OCUPARSE (DEDICARSE A) EN SU SALVACIÓN (EN EL SENTIDO DE MANTENERSE OPERATIVOS Y DISPUESTOS A LA GUIANZA ESPIRITUAL PERTINENTE PARA EL PROCESO SANTIFICANTE CORRESPONDIENTE). UNA RELIGIÓN SE REACTIVA CON CEREMONIAS Y RITUALES CADA CIERTO TIEMPO; LA VIDA, NO REQUIERE DE PAUSAS, SINO QUE ESTÁ INTERACTUANDO CON EL SEÑOR TODO EL TIEMPO. MIENTRAS QUE LA RELIGIÓN TIENE SUS TIEMPOS Y SUS RITOS, LA RELACIÓN, ES ALGO VIVO, CONSTANTE Y TRASCENDENTE.

LIMA - PERÚ   MARTES 16 DE FEBRERO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS FILIPENSES.

Filipenses 2:12-15.

"Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo".

*** El apóstol insistirá en la importancia de la sumisión a la palabra impartida, por el valor sacrificial de la obra redentora, y todo el trabajo que se tomó la Deidad para devolvernos al plano original, recobrándonos como hijos amados tras la humillación que trajo a Jesús en forma antropomórfica, ejecutando cada parte del panorama redentivo, hasta alcanzar el objetivo señalado; humillando al enemigo, y exaltándonos junto con Jesús en la gloria eternal.

*** La obediencia al Señor no es ocasional y presencial, sino un estilo de vida patrimonial que nos identifica con él en principios y prácticas durante toda nuestra peregrinación. Pablo no habla de la salvación histórica como algo de grata recordación; sino como la salvación que actúa en nosotros día a día; no es un recuerdo romántico, sino un estilo de vida que comprueba la medida de nuestra ligazón con él. El temor (como sentido referencial que lleva al respeto y la honra del Señor), y el temblor (que nos lleva a la aplicación práctica de lo revelado por Jesús), ha de orientarnos a una disposición y una dedicación a la vida espiritual como un compromiso real, sustancial y efectivo.

*** El querer, nos revela el ánimo dispuesto para servir al Señor de un modo eficaz y efectivo; y el hacer, pone de relieve la realidad que nos insta e impulsa a hacer la voluntad divina como un placer personal, como algo que nos motiva y deleita, que le da sentido a nuestra existencia.

*** El fluir corporativo constante traerá sus roces y malentendidos, que deben ser cosas que se superen por vivir en un plano superior, donde la fraternidad rige, y las naturalezas ególatras no hallan eco, deponiendo todo orgullo personal, y despojando  a cada uno de esa "capa de hipersensibilidad" que caracteriza los corazones no tratados en el ámbito relacional. El orden interno de cada siervo de Dios (me refiero al creyente), debe purgar de su lenguaje cualquier frase tendenciosa, prejuicios, duras calificaciones, comentarios negativos y críticas, que dividen los ánimos, y nos revelan las crisis internas de los egos no entrenados en "portar el yugo" (Mt.11:28-30). La contienda es el choque de los caracteres en la búsqueda de reconocimiento, y el que un pensamiento particular (no la palabra de fe oportuna) prevalezca, separando a los santos de su sentido fraterno, y su obediencia al mandato escritural.

*** El espíritu fraterno nos permitirá andar en unidad sin importar las dimensiones de la crisis promoviendo en nosotros el deseo de buscar los puntos de coincidencia (escriturales), para que todos nos sometamos a ello, subordinando nuestros propios deseos al plano corporativo que nos permita andar en una sola dirección: la obediencia a la voluntad divinal. Al mantenernos irreprensibles, ni nuestra conciencia ni las opiniones del adversario encuentran una grieta por la que pudieran pasar para perturbar nuestra paz interior; y nuestra sencillez habla de que no nos desplazamos por la vida "hinchando el pecho como pavos orgullosos", sino como personas que, al estar ejecutando las divinas instancias, nos sentimos seguros del apoyo de la Deidad, y ello nos inyecta una confianza que se traduce en sencillez y humildad.

*** Aquella modestia que caracterizará a los hijos de Dios, les permitirá ser observables a los ojos de los demás; no porque vayan vestidos con colores o brillos que llamen la atención; sino porque desentonan con este siglo y con los habitantes del mismo, ofreciendo un peculiar contraste con la vulgaridad o la vanidad del plano profano característico del presente siglo. Lo valioso puede ser distinguido con increíble facilidad entre los artículos de fantasía que nos rodean, sintiéndose la pirita incómoda entre las pepitas de oro con su brillo real. Aquellos que el profeta Daniel describiera como:  "Los entendidos, resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad" (Dn.12:3). ¿Eres un luminar? ¡Mantén ese brillo glorioso venido de arriba!

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  16/02/2016