LIMA - PERÚ DOMINGO 21 DE FEBRERO DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS FILIPENSES
Filipenses 3:10-14
"A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".
*** Es solamente cuando nos hemos negado a nosotros mismos a cabalidad, que la gracia divina toma autoridad; y lo que Dios nos impartiera a través de ella, emerge al plano exterior, y se hace notorio que somos portadores de una clase de vida que, al pasar por la muerte, y triunfar sobre ella, ya no le teme, y entra "pisando fuerte" en la nueva esfera, donde paulatina y serenamente comienza a concientizarse de quién es, qué tiene, y qué puede lograr, hasta que se familiariza con su condición eternal, sabiéndose trascendente.
*** Así, pues, exento de temor, va dando los pasos vacilantes del inicio, que se van haciendo más firmes entre más va conociendo el ámbito de lo perdurable, y del orden que Dios impusiera en el panorama neocreacional. El conocimiento de Dios es algo que nos llega por revelación, y tiene que ser "digerido" por una nueva mentalidad; para eso se nos da la mente de Cristo (1Co.2:16b). Para que tal conocimiento resulte comprensible, hemos de ser asistidos por el poder de la resurrección, quien mantiene dentro de sí los recuerdos de la muerte en la cruz, y lo que ello se llevara consigo.
*** Tras crear una consciencia sobre el particular, puede abordar los aspectos de la nueva vida neocreacional en todos sus extremos; no poniendo "pausas" frente a cada circunstancia, perdiendo su valioso tiempo en polemizar con los pensamientos que el enemigo inyectará en su mente si ésta no entró en su reposo acerca del divino obrar. Las oraciones de Pablo por las iglesias es que tuvieran espíritu de sabiduría y revelación, porque en ello está la madurez espiritual, y la naturaleza que opera en nosotros como nuestra veteranía militar, moviéndonos en la cuarta dimensión con gran plasticidad y practicidad.
*** Asemejarnos a Jesús en su muerte, tiene que ver con movernos en el plano ideal en que el Señor no encuentre en nosotros traba alguna. Así, el nuevo género vital nos hará capaces de tolerar o soportar lo que venga con el más increíble estoicismo, pudiendo participar del dolor y los padecimientos del Señor en un sentido literal; y cuando eso pasa, valoramos cada gota de sangre, de sudor y lágrimas, que le costamos a Jesús, dejando de ser indolentes en cuanto a la obra divina. La pauta paulina al decir: "si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos", no nos comunica falta de fe; sino de desconocimiento del tiempo de su partida, pero viviendo con la expectativa de ello.
*** El avance espiritual es una realidad que nos afecta de manera particular a todos, y al poner el termómetro en el área experimental, hemos de confesar hasta dónde hemos llegado en cuanto a nuestra comprensión del progreso espiritual pertinente. El apóstol, como alguien que no es ajeno al hecho, nos dice: "...Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado", no quedándose en el plano de la modestia, como hacen los fracasados al intentar parecer humildes, añadiendo: "...Pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante"...y este es el meollo del asunto; no consolarse por no haber llegado, sino por esforzarse en seguir adelante, aferrándose con todo al Señor que a la gloria lo llamó: Olvidar y extenderse; lo primero, acaba con lo anterior, con el decepcionante pasado; y lo segundo, apunta a un futuro con promesa.
*** El proseguir a la meta es propio de los que tienen la certeza que llegarán hasta ella. El supremo llamamiento de Dios en Cristo, implica el desarrollo de todo nuestro potencial, siendo revelados como hijos de Dios ante el Padre, el diablo y el mundo, en lo que Pablo denomina: La manifestación de los hijos de Dios (Ro.8:16-21).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/02/2016
*** Así, pues, exento de temor, va dando los pasos vacilantes del inicio, que se van haciendo más firmes entre más va conociendo el ámbito de lo perdurable, y del orden que Dios impusiera en el panorama neocreacional. El conocimiento de Dios es algo que nos llega por revelación, y tiene que ser "digerido" por una nueva mentalidad; para eso se nos da la mente de Cristo (1Co.2:16b). Para que tal conocimiento resulte comprensible, hemos de ser asistidos por el poder de la resurrección, quien mantiene dentro de sí los recuerdos de la muerte en la cruz, y lo que ello se llevara consigo.
*** Tras crear una consciencia sobre el particular, puede abordar los aspectos de la nueva vida neocreacional en todos sus extremos; no poniendo "pausas" frente a cada circunstancia, perdiendo su valioso tiempo en polemizar con los pensamientos que el enemigo inyectará en su mente si ésta no entró en su reposo acerca del divino obrar. Las oraciones de Pablo por las iglesias es que tuvieran espíritu de sabiduría y revelación, porque en ello está la madurez espiritual, y la naturaleza que opera en nosotros como nuestra veteranía militar, moviéndonos en la cuarta dimensión con gran plasticidad y practicidad.
*** Asemejarnos a Jesús en su muerte, tiene que ver con movernos en el plano ideal en que el Señor no encuentre en nosotros traba alguna. Así, el nuevo género vital nos hará capaces de tolerar o soportar lo que venga con el más increíble estoicismo, pudiendo participar del dolor y los padecimientos del Señor en un sentido literal; y cuando eso pasa, valoramos cada gota de sangre, de sudor y lágrimas, que le costamos a Jesús, dejando de ser indolentes en cuanto a la obra divina. La pauta paulina al decir: "si en alguna manera llegase a la resurrección de los muertos", no nos comunica falta de fe; sino de desconocimiento del tiempo de su partida, pero viviendo con la expectativa de ello.
*** El avance espiritual es una realidad que nos afecta de manera particular a todos, y al poner el termómetro en el área experimental, hemos de confesar hasta dónde hemos llegado en cuanto a nuestra comprensión del progreso espiritual pertinente. El apóstol, como alguien que no es ajeno al hecho, nos dice: "...Yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado", no quedándose en el plano de la modestia, como hacen los fracasados al intentar parecer humildes, añadiendo: "...Pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante"...y este es el meollo del asunto; no consolarse por no haber llegado, sino por esforzarse en seguir adelante, aferrándose con todo al Señor que a la gloria lo llamó: Olvidar y extenderse; lo primero, acaba con lo anterior, con el decepcionante pasado; y lo segundo, apunta a un futuro con promesa.
*** El proseguir a la meta es propio de los que tienen la certeza que llegarán hasta ella. El supremo llamamiento de Dios en Cristo, implica el desarrollo de todo nuestro potencial, siendo revelados como hijos de Dios ante el Padre, el diablo y el mundo, en lo que Pablo denomina: La manifestación de los hijos de Dios (Ro.8:16-21).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/02/2016
LA PARTE MÁS DIFÍCIL DE NUESTRA MARCHA A LA GLORIA ES PROBADA EN MEDIO DE LA ADVERSIDAD. SI NO DESARROLLAMOS NUESTRAS DOTACIONES, Y NO ALCANZAMOS EL NIVEL IDEAL DE LOS HEREDEROS; NO SE LO ACHAQUEMOS AL SEÑOR, SINO A NUESTRA FALTA DE FE Y DEDICACIÓN. SOMOS LLAMADOS A SER PERSISTENTES, Y A OBTENER EL PREMIO. NO DEFRAUDEMOS A NUESTRO SEÑOR, NO DEJEMOS MAL AL ESPÍRITU SANTO, HONREMOS AL PADRE.
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