lunes, 1 de febrero de 2016

PABLO, AL CONCLUIR SU CARTA A LOS HERMANOS TESALONICENSES, LES SEÑALA LAS PAUTAS QUE LES PERMITIRÁN TENER UNA VIDA SIN TROPIEZOS; UN PLANO SANTIFICANTE ALTAMENTE VALEDERO; A CONTINUACIÓN, HACE UNA SÚPLICA PARTICULAR PARA QUE OREN POR ÉL Y SU EQUIPO MINISTERIAL; Y TAMBIÉN HACE LA CONMINACIÓN PARA QUE LA CARTA SEA LEÍDA POR TODOS EN TESALÓNICA, TRAS LO CUAL LES DA SU BENDICIÓN APISTÓLICA.

LIMA - PERÚ   LUNES 01 DE FEBRERO DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS TESALONICENSES

Primera de Tesalonicenses 5:19-28.

"No apaguéis al Espíritu. No menospreciés las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique; y todo vuestro ser: espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. Hermanos, orad por nosotros. Saludad a todos los hermanos con ósculo santo. Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén".

*** Las pautas aquí mencionadas son una instancia al caminar espiritual propio de los hijos de Dios. La ordenanza de no apagar al Espíritu, nos habla del ánimo y el panorama conductual que caracteriza a los santos en cualquier época. Dado que la impartición de la luz divinal se origina en el Espíritu Santo que mora en nosotros, y que no funciona a título personal como si fuéramos un robot comandado por una entidad extraña, sin voluntad, sin opinión, sin expresión propia. El andar en el Espíritu es una expresión consensual célico-pedestre en la que se opera de un modo perfecto la voluntad divina con nuestro consentimiento. Sólo cuando la carne prevalece, el espíritu es inhibido o apagado, privándolo de su participación utilitaria, estorbando al Señor en las cosas inherentes al reino. El príncipe se prepara para gobernar; el haragán, será tributario.

*** El menosprecio a las profecias es algo común para quien vive en un mar de dudas, y que no se aparejó para discernir, viviendo siempre en la incertidumbre. El examen de las cosas, no infiere el involucrarnos en las mentiras y engaños del enemigo; sino en comprender totalmente las cosas basados en la información divina. Cuando conozcas la verdad, la mentira no hallará cabida en tu corazón, ni siquiera en la forma del engaño falaz y pueril. ¿Cómo podríamos retener lo bueno si no conocemos lo inherente a ello? Esta mención nos habla de la capacidad de los santos para discernir lo que se expone ante ellos (He.5:14).

*** Cuando conocemos el bien en sus múltiples manifestaciones, el mal es detectado prestamente; y nuestros corazones rechazarán las cosas y las personas por su naturaleza, y no por su apariencia. La santificación debe darse en las tres áreas que componen nuestra naturaleza tripartita: espíritu, alma y cuerpo. Los cultivadores de la apariencia, sólo se ocupan del aspecto externo; maquillándolo con las palabras que han llegado a convertirse en eslóganes y con gestos que suponen ganarse simpatías, vestimentas apropiadas y pudorosas; luciendo igual que los fariseos, mientras que se oculta la intención con el manto de la hipocresía; y por eso Jesús referirá que si nuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no estamos aptos para el reino (Mt.5:20). La naturaleza santa e incólume que ha de primar en nuestra línea conductual no debe conocer de variables ni pausas; preservando nuestra integridad como sello de la realidad operativa de nuestro Dios en nosotros.

*** Nuestro llamamiento es hecho con la certeza de que Yhaweh, santo y perfecto como es, obrará en nosotros, mediante el Espíritu, la naturaleza santa de los herederos. Él lo garantiza. Y aquí acontece algo que siempre debe sorprendernos: ¡Pablo solicita la oración de los hermanos tesalonicenses! ¿Por qué? Porque él tenía fe en la obra divinal actuando en nosotros, y de que nuestras oraciones intercesoras por él serían escuchadas y contestadas por el Padre.

*** El saludo a los hermanos debía manifestar nuestro afecto y cordialidad, mirando el uno al otro en el Señor, con todo el respeto y veneración que ello implica. El conjuro que hace Pablo a los ancianos en Tesalónica, es que esta carta sea leída por todos; invocando la gracia de nuestro Señor sobre todos como una bendición de tipo sacerdotal.




EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   01/02/2016.

2 comentarios:

  1. LA CONCLUSIÓN DE LA EPÍSTOLA MOSTRÓ LA CARGA DE PABLO POR LA CONGREGACIÓN TESALÓNICA. SUS CONSEJOS SON VITALES Y OPORTUNOS, Y CADA UNA DE LAS PARTES DOCTRINALES HAN SIDO EXPLICADAS CON MAGNÍFICA SENCILLEZ.

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  2. Gracias a Dios queTodo lo tiene ya he preparado y el Espíritu Santo es la garantía que el Señor va a terminar la obra en nosotros. Gracias Señor te damos toda la gloria Todo el honor en el nombre de Jesús ¡amén!

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