LIMA - PERÚ VIERNES 19 DE JULIO DEL 2019 MENSAJE # 3209
ECLESIASTÉS 3:9-15. (VERSIÓN DIOS HABLA HOY)
"¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar? Me doy cuenta de la carga que Dios ha puesto sobre los hombres para humillarlos con ella. Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará. Yo sé que lo mejor que puede hacer el hombre es divertirse y disfrutar de la vida, pues si comemos y bebemos y contemplamos los beneficios de nuestro trabajo, es porque Dios nos lo ha concedido. Y también sé que lo que Dios ha hecho permanecerá para siempre. No hay nada que añadirle ni nada que quitarle; Dios lo ha hecho así para que ante de él se guarde reverencia. Nada existe que no haya existido antes, y nada existirá que no exista ya. Dios hace que el pasado se repita".
=== El predicador (Eclesiastés significa eso mismo) hace notorio ante sus escuchas circunstanciales las cosas que ha llegado a colegir en base a sucesivas prácticas y experiencias que, en su peculiarísima posición y condición, ha llegado a comprobar. Dadas sus dotaciones y capacidades admirables, él buscó entender el significado de la existencia humana, sus privilegios, sus ansiedades, sus temores y sus torpezas, sus genialidades y su estulticia; procurando hallarle sentido a la vida en su plano más natural. Y después de girar como el viento en sus idas y vueltas, en sus aciertos y desaciertos; en aquellas convicciones que parecieran finales y específicas, y que luego parecieran diluirse al conjuro de los reveses que les quitaran las certidumbres, pasando de la fijación al acaso, del firme 'así es', al eventual 'tal vez'; trabando así sus perspectivas. Y si nos preguntamos el por qué, el autor nos responde con este verso: "Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, CON RETENCIÓN DE LA NECEDAD, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida" (Ec.2:3). Así, pues, sin aplicar demérito al sabio analista en su genial introspección, hemos de observar muy sosegada y escrupulosamente las perspectivas que se nos proponen, de modo que captemos a cabalidad sus inferencias, y no nos perdamos en un limbo filosófico que nos torne dispersos y difusos en lo concerniente a la realidad tripartita en la que fuimos invitados a vivir por la bondad divinal.
=== El provecho que el género humano puede alcanzar, ha de magnificarse sobre la base de sus objetivos: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt.7:16a). Los prejuicios, los antejuicios y las falsas perspectivas, proponen resultados a su sazón; pero al involucrarnos en el teorema, vamos hundiéndonos paulatinamente en un mar de confusiones cuyos postulados nos parecieran lógicos, coherentes y legítimos; hasta que la realidad nos golpea con su inalterabilidad, desdibujando en el horizonte todas nuestras ideas, hasta diseminarse completamente en ese horizonte inasible que se reirá de nuestras ilusiones con siniestras carcajadas tras consumir nuestra ilusa existencia en aquella burbuja que estallaría ante nuestra absorta mirada, revelando nuestra dolorosa realidad después de correr tras el viento en nuestra vana ilusión. La vanidad de las vanidades, cuando muestra su esencia, nos deja con las manos vacías y la mente en un estado caótico. En aquella súbita desorientación, buscamos desesperadamente la tangente que nos saque del círculo de nuestra vana ilusión, para meternos en otro cuya apariencia nos parezca mejor que la anterior.
=== Cuando se nos refiere que Dios lo hizo todo hermoso en su tiempo, nos revela que lo que entendemos es regular, exacto y progresivo; si nos alineamos en la corriente del tiempo con la Deidad, su voluntad y su propósito; de modo tal que entendamos el sentido y perspectiva generacional, siendo ello lo que nos concatena en principios y prácticas que corresponden a nuestra edad, y a nuestro vínculo real y trascendente con la soberana voluntad divinal, y el cubrimiento de su propósito para el ideal beneplácito. Fuera de ello, siguiendo cualquier otra filosofía, inclinación o teoría, no hallaremos sino frustración. La eternidad, no es una ilusión para las mentes finitas, o algo ímprobo; es aquella dimensión para la que fuimos diseñados originalmente, y que solamente será entendida o comprendida cuando estemos a ella conectados: "Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, pero MIRÁNDOLO DE LEJOS, Y CREYÉNDOLO, Y SALUDÁNDOLO, Y CONFESANDO QUE ERAN EXTRANJEROS Y PEREGRINOS SOBRE LA TIERRA. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria ... pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les HA PREPARADO UNA CIUDAD" (He.11:13-14,16). Es sólo cuando nustras mentes y nuestros corazones se acoplan al divino pensar y obrar, que operamos en Dios, y nuestro pensar se aclara, buscando llegar al blanco objetivo que Dios diseñara desde el principio.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/07/2019 MENSAJE # 3209
"¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar? Me doy cuenta de la carga que Dios ha puesto sobre los hombres para humillarlos con ella. Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará. Yo sé que lo mejor que puede hacer el hombre es divertirse y disfrutar de la vida, pues si comemos y bebemos y contemplamos los beneficios de nuestro trabajo, es porque Dios nos lo ha concedido. Y también sé que lo que Dios ha hecho permanecerá para siempre. No hay nada que añadirle ni nada que quitarle; Dios lo ha hecho así para que ante de él se guarde reverencia. Nada existe que no haya existido antes, y nada existirá que no exista ya. Dios hace que el pasado se repita".
=== El predicador (Eclesiastés significa eso mismo) hace notorio ante sus escuchas circunstanciales las cosas que ha llegado a colegir en base a sucesivas prácticas y experiencias que, en su peculiarísima posición y condición, ha llegado a comprobar. Dadas sus dotaciones y capacidades admirables, él buscó entender el significado de la existencia humana, sus privilegios, sus ansiedades, sus temores y sus torpezas, sus genialidades y su estulticia; procurando hallarle sentido a la vida en su plano más natural. Y después de girar como el viento en sus idas y vueltas, en sus aciertos y desaciertos; en aquellas convicciones que parecieran finales y específicas, y que luego parecieran diluirse al conjuro de los reveses que les quitaran las certidumbres, pasando de la fijación al acaso, del firme 'así es', al eventual 'tal vez'; trabando así sus perspectivas. Y si nos preguntamos el por qué, el autor nos responde con este verso: "Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, CON RETENCIÓN DE LA NECEDAD, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida" (Ec.2:3). Así, pues, sin aplicar demérito al sabio analista en su genial introspección, hemos de observar muy sosegada y escrupulosamente las perspectivas que se nos proponen, de modo que captemos a cabalidad sus inferencias, y no nos perdamos en un limbo filosófico que nos torne dispersos y difusos en lo concerniente a la realidad tripartita en la que fuimos invitados a vivir por la bondad divinal.
=== El provecho que el género humano puede alcanzar, ha de magnificarse sobre la base de sus objetivos: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt.7:16a). Los prejuicios, los antejuicios y las falsas perspectivas, proponen resultados a su sazón; pero al involucrarnos en el teorema, vamos hundiéndonos paulatinamente en un mar de confusiones cuyos postulados nos parecieran lógicos, coherentes y legítimos; hasta que la realidad nos golpea con su inalterabilidad, desdibujando en el horizonte todas nuestras ideas, hasta diseminarse completamente en ese horizonte inasible que se reirá de nuestras ilusiones con siniestras carcajadas tras consumir nuestra ilusa existencia en aquella burbuja que estallaría ante nuestra absorta mirada, revelando nuestra dolorosa realidad después de correr tras el viento en nuestra vana ilusión. La vanidad de las vanidades, cuando muestra su esencia, nos deja con las manos vacías y la mente en un estado caótico. En aquella súbita desorientación, buscamos desesperadamente la tangente que nos saque del círculo de nuestra vana ilusión, para meternos en otro cuya apariencia nos parezca mejor que la anterior.
=== Cuando se nos refiere que Dios lo hizo todo hermoso en su tiempo, nos revela que lo que entendemos es regular, exacto y progresivo; si nos alineamos en la corriente del tiempo con la Deidad, su voluntad y su propósito; de modo tal que entendamos el sentido y perspectiva generacional, siendo ello lo que nos concatena en principios y prácticas que corresponden a nuestra edad, y a nuestro vínculo real y trascendente con la soberana voluntad divinal, y el cubrimiento de su propósito para el ideal beneplácito. Fuera de ello, siguiendo cualquier otra filosofía, inclinación o teoría, no hallaremos sino frustración. La eternidad, no es una ilusión para las mentes finitas, o algo ímprobo; es aquella dimensión para la que fuimos diseñados originalmente, y que solamente será entendida o comprendida cuando estemos a ella conectados: "Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, pero MIRÁNDOLO DE LEJOS, Y CREYÉNDOLO, Y SALUDÁNDOLO, Y CONFESANDO QUE ERAN EXTRANJEROS Y PEREGRINOS SOBRE LA TIERRA. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria ... pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les HA PREPARADO UNA CIUDAD" (He.11:13-14,16). Es sólo cuando nustras mentes y nuestros corazones se acoplan al divino pensar y obrar, que operamos en Dios, y nuestro pensar se aclara, buscando llegar al blanco objetivo que Dios diseñara desde el principio.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 19/07/2019 MENSAJE # 3209
ES IMPERATIVO QUE LOS CREYENTES CONOZCAN LAS REALIDADES ESPIRITUALES EN EL SENTIDO DELA CORRECTA REVELACIÓN, Y NO EN LA INCONSISTENCIA DE UNA NATURAL PERCEPCIÓN.
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