LIMA - PERÚ JUEVES 15 DE AGOSTO DEL 2019 MENSAJE # 3236
SANTIAGO 1:16-18. (VERSIÓN REINA-VALERA CONTEMPORÁNEA)
"Queridos hermanos míos, no se equivoquen. Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por medio de la palabra de verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación".
=== Las referencias de Santiago, son sencillas y variadas, como las de un padre que procura dar a sus hijos entendimiento y prudencia sobre aspectos cruciales de la vida misma, procurando impartir una sabiduría práctica, revelándonos que el deseo de Dios es que sus hijos se comporten a la altura de una formación espiritual, anímica y física que los identifique con él en un panorama dimensional correcto. Él hace precisiones que han de ser tomadas en cuenta, de modo que le agrademos en todo nuestro andar, buscando que nuestro discernimiento y criterio actúen de modo tal que nuestra vida se llene de bienestar, y nuestro sino le cause satisfacción. El autor siempre se dirigirá a los destinatarios como 'hermanos míos'; no haciendo ninguna diferencia en lo concerniente al plano relacional con la Deidad, mirando a cada uno de los demás como a sí mismo, entendiendo las cualidades y las debilidades de cada quien, y dirigiendo sus pasos hacia las decisiones más alturadas para obtener un rédito total, y fructificar para la gloria de Dios. Las salvedades que aquí se mencionan, semejan las líneas rectas o directas que nos conducen al éxito en cada gestión; mostrando un corazón paternal, accesible y dispuesto para toda cosa buena.
=== Es interesante que al mencionar los dones y las dádivas generosas del Padre las describe como perfectas y cabales, y que al ser venidas de lo alto, revelan su origen o procedencia (semejante al maná y a las aves que recibiera el pueblo hebreo como la divina provisión en el desierto, nutriendo y alimentando a su pueblo con una dieta acorde con sus necesidades en aquella peregrinación a la tierra de promisión). Al expresarse del Padre como progenitor de las luces, nos menciona como seres espirituales de lumínica esencia (de la misma naturaleza que el Padre, apuntando a la trascendencia más allá de los límites generacionales estrictamente humanos); deja ver también el panorama de la invariabilidad, ciñéndonos al propósito de su voluntad soberana. El designio divino había de cubrirse inexorablemente. ¡Gocémonos en ello, amados!
=== Santiago vuelve a insistir en el designio de su voluntad, hablándonos del nuevo nacimiento cuya simiente era LA PALABRA DE VERDAD; la misma que se constituyera en nuestra NUEVA NATURALEZA, revistiéndonos de nuestra herencia en la forma de HIJOS DE DIOS, ESTIRPE REAL, LINAJE ESCOGIDO POR DIOS; para que vivamos con él y para él a su imagen y semejanza. Sí, somos las primicias neocreacionales, adelantándonos a los que luego vendrán como herederos y coherederos con Cristo Jesús. Que nuestra consciencia de Hijos de Dios no sea un valor que ignoremos; no por jactancia o petulancia; sino por honor y dignidad que exige de nosotros un respeto por lo que se nos ha otorgado por gracia, de modo que vivamos en el contexto de nuestra realidad como LA FAMILIA DE DIOS.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/08/2019 MENSAJE # 3236.
"Queridos hermanos míos, no se equivoquen. Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por medio de la palabra de verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación".
=== Las referencias de Santiago, son sencillas y variadas, como las de un padre que procura dar a sus hijos entendimiento y prudencia sobre aspectos cruciales de la vida misma, procurando impartir una sabiduría práctica, revelándonos que el deseo de Dios es que sus hijos se comporten a la altura de una formación espiritual, anímica y física que los identifique con él en un panorama dimensional correcto. Él hace precisiones que han de ser tomadas en cuenta, de modo que le agrademos en todo nuestro andar, buscando que nuestro discernimiento y criterio actúen de modo tal que nuestra vida se llene de bienestar, y nuestro sino le cause satisfacción. El autor siempre se dirigirá a los destinatarios como 'hermanos míos'; no haciendo ninguna diferencia en lo concerniente al plano relacional con la Deidad, mirando a cada uno de los demás como a sí mismo, entendiendo las cualidades y las debilidades de cada quien, y dirigiendo sus pasos hacia las decisiones más alturadas para obtener un rédito total, y fructificar para la gloria de Dios. Las salvedades que aquí se mencionan, semejan las líneas rectas o directas que nos conducen al éxito en cada gestión; mostrando un corazón paternal, accesible y dispuesto para toda cosa buena.
=== Es interesante que al mencionar los dones y las dádivas generosas del Padre las describe como perfectas y cabales, y que al ser venidas de lo alto, revelan su origen o procedencia (semejante al maná y a las aves que recibiera el pueblo hebreo como la divina provisión en el desierto, nutriendo y alimentando a su pueblo con una dieta acorde con sus necesidades en aquella peregrinación a la tierra de promisión). Al expresarse del Padre como progenitor de las luces, nos menciona como seres espirituales de lumínica esencia (de la misma naturaleza que el Padre, apuntando a la trascendencia más allá de los límites generacionales estrictamente humanos); deja ver también el panorama de la invariabilidad, ciñéndonos al propósito de su voluntad soberana. El designio divino había de cubrirse inexorablemente. ¡Gocémonos en ello, amados!
=== Santiago vuelve a insistir en el designio de su voluntad, hablándonos del nuevo nacimiento cuya simiente era LA PALABRA DE VERDAD; la misma que se constituyera en nuestra NUEVA NATURALEZA, revistiéndonos de nuestra herencia en la forma de HIJOS DE DIOS, ESTIRPE REAL, LINAJE ESCOGIDO POR DIOS; para que vivamos con él y para él a su imagen y semejanza. Sí, somos las primicias neocreacionales, adelantándonos a los que luego vendrán como herederos y coherederos con Cristo Jesús. Que nuestra consciencia de Hijos de Dios no sea un valor que ignoremos; no por jactancia o petulancia; sino por honor y dignidad que exige de nosotros un respeto por lo que se nos ha otorgado por gracia, de modo que vivamos en el contexto de nuestra realidad como LA FAMILIA DE DIOS.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 15/08/2019 MENSAJE # 3236.
LA PLENA CONSCIENCIA DE LA HERENCIA DEBE CORONAR NUESTRAS SIENES DURANTE TODA NUESTRA PEREGRINACIÓN. APRENDAMOS A VIVIR COMO EL LINAJE ESCOGIDO QUE SOMOS.
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