LIMA - PERÚ MARTES 11 DE ABRIL DEL 2017 MENSAJE # 1686
SEGUNDA DE TESALONICENSES 1:5-
"Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo".
=== El apóstol no deja de reconocer la valentía y el coraje que le eran tan propios a los hermanos de Tesalónica, y de la fe siempre creciente que los impulsara a seguir adelante en medio de enormes adversidades y gran oposición (v.3); siendo su ejemplo un motivo de gloria para el equipo apostólico que operara tal convicción de fe en los habitantes de la capital de Macedonia. La paciencia, que es el fruto de las pruebas por las que nuestra fe pasa, ha llegado a ser como un sello prevaleciente en los corazones y las actitudes de los hermanos tesalonicenses, los mismos que observaran estas aflicciones como gajes del oficio, y parte integrante de lo que habían de soportar por haber dejado atrás el señorío satánico y la idolatría (1Ts.1:9-10). El diablo no se queda dormido al ver que sus esclavos se van en estampida, decretando para ellos un horno de aflicciones y persecución que hará notoria la divina elección, y el acoso más terrible vendrá por la religión, tanto la hebraica como la pagana, buscando el apoyo político y militar de los gobeernantes de turno (2Ts.1:4).
=== Al referirse Pablo a las aflicciones y persecuciones que sufren los hermanos, no dice que ese es el justo juicio de Dios para con ellos; porque ya Cristo sufrió las aflicciones que nos tocaran en la cruz del Calvario, y nuestra salvación es un hecho histórico y profético; histórico en lo concerniente a que fue realizado conforme a la voluntad divina en el momento adecuado en el monte Calvario; y profético, por que ello apuntaba a nuestra total redención cuando el Señor venga por nosotros. El justo juicio de Dios es el que él le aplicará a los malvados para resarcir el daño que ellos le han hecho a los creyentes durante el trámite de esta dispensación. Nuestras aflicciones no son por nuestros pecados, sino por nuestra fidelidad al vivir como agrada a Dios, y nuestro estado de separación del paganismo y la idolatría ofende a los cultores de tales tradiciones, viéndonos como sus enemigos o rivales espirituales, o "hermanos separados", viéndonos con rechazo, o benévolamente, esperando por nuestra "vuelta al redil".
=== Recordemos que para el tiempo en que esta carta fue escrita (51 DC) el templo judío seguía en pie, y los criterios apriorísticos suponían que la venida del Señor podría ser por aquella época, o en un tiempo no muy lejano, y aunque el apóstol nos dice cómo será, nos mantiene en ascuas respecto al tiempo, promoviendo una vida santa y recta como el mejor seguro para ser considerados dignos de la gloria regia. La venida del Señor es acompañada de la celeste parafernalia, refiriéndose a la compañía angélica, en los tiempos en que la celeste confluencia se hará una con los elementos constitutivos de la nueva creación; o sea, nosotros. Toda rebelión y rechazo contra la autoridad divina gustará la ígnea cólera divinal, quien vino hasta nosotros para mostrarnos su amor y su misericordia; al ser rechazadas ambas dádivas divinales, sólo queda la eterna perdición de los renuentes, obteniendo como su condena la exclusión de la presencia de Dios con todo lo que ello compone, y esa gente no conocerá jamás la gloria que rechazó en un acto de increíble estulticia y de repulsión para su Creador Redentor (v.9).
"Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo".
=== El apóstol no deja de reconocer la valentía y el coraje que le eran tan propios a los hermanos de Tesalónica, y de la fe siempre creciente que los impulsara a seguir adelante en medio de enormes adversidades y gran oposición (v.3); siendo su ejemplo un motivo de gloria para el equipo apostólico que operara tal convicción de fe en los habitantes de la capital de Macedonia. La paciencia, que es el fruto de las pruebas por las que nuestra fe pasa, ha llegado a ser como un sello prevaleciente en los corazones y las actitudes de los hermanos tesalonicenses, los mismos que observaran estas aflicciones como gajes del oficio, y parte integrante de lo que habían de soportar por haber dejado atrás el señorío satánico y la idolatría (1Ts.1:9-10). El diablo no se queda dormido al ver que sus esclavos se van en estampida, decretando para ellos un horno de aflicciones y persecución que hará notoria la divina elección, y el acoso más terrible vendrá por la religión, tanto la hebraica como la pagana, buscando el apoyo político y militar de los gobeernantes de turno (2Ts.1:4).
=== Al referirse Pablo a las aflicciones y persecuciones que sufren los hermanos, no dice que ese es el justo juicio de Dios para con ellos; porque ya Cristo sufrió las aflicciones que nos tocaran en la cruz del Calvario, y nuestra salvación es un hecho histórico y profético; histórico en lo concerniente a que fue realizado conforme a la voluntad divina en el momento adecuado en el monte Calvario; y profético, por que ello apuntaba a nuestra total redención cuando el Señor venga por nosotros. El justo juicio de Dios es el que él le aplicará a los malvados para resarcir el daño que ellos le han hecho a los creyentes durante el trámite de esta dispensación. Nuestras aflicciones no son por nuestros pecados, sino por nuestra fidelidad al vivir como agrada a Dios, y nuestro estado de separación del paganismo y la idolatría ofende a los cultores de tales tradiciones, viéndonos como sus enemigos o rivales espirituales, o "hermanos separados", viéndonos con rechazo, o benévolamente, esperando por nuestra "vuelta al redil".
=== Recordemos que para el tiempo en que esta carta fue escrita (51 DC) el templo judío seguía en pie, y los criterios apriorísticos suponían que la venida del Señor podría ser por aquella época, o en un tiempo no muy lejano, y aunque el apóstol nos dice cómo será, nos mantiene en ascuas respecto al tiempo, promoviendo una vida santa y recta como el mejor seguro para ser considerados dignos de la gloria regia. La venida del Señor es acompañada de la celeste parafernalia, refiriéndose a la compañía angélica, en los tiempos en que la celeste confluencia se hará una con los elementos constitutivos de la nueva creación; o sea, nosotros. Toda rebelión y rechazo contra la autoridad divina gustará la ígnea cólera divinal, quien vino hasta nosotros para mostrarnos su amor y su misericordia; al ser rechazadas ambas dádivas divinales, sólo queda la eterna perdición de los renuentes, obteniendo como su condena la exclusión de la presencia de Dios con todo lo que ello compone, y esa gente no conocerá jamás la gloria que rechazó en un acto de increíble estulticia y de repulsión para su Creador Redentor (v.9).
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 11/04/2017 MENSAJE # 1686.
YAHWEH NUNCA NOS DEJA SOLOS, Y EN LOS TRANCES MÁS DIFÍCILES ES CUANDO MÁS SE GLORIFICA SU NOMBRE Y SU PODER. SI EL CAMINO ES DURO, RECUERDA QUE EO BUEN PASTOR CONTIGO VA, Y QUE ÉL ADEREZA PARA TI UNA MESA EN PRESENCIA DE TUS ANGUSTIADORES.
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