domingo, 16 de abril de 2017

UNA GENUINA ADORACIÓN AL PADRE HA DE CONSTITUIRSE EN UN EXCELENTE Y SATISFACTORIO SERVICIO A LO QUE ÉL ES Y REPRESENTA. LOS RECLAMOS DIVINOS A LA NACIÓN, A LOS SACERDOTES, Y ASÍ A CADA INDIVIDUO, TIENE QUE VER CON EL HECHO DE QUE LA RELACIÓN CÉLICO-PEDESTRE NO SE ESTÁ AJUSTANDO A LO SOLICITADO POR EL PADRE.

LIMA - PERÚ    DOMINGO 16 DE ABRIL DEL 2017               MENSAJE # 1696

MALAQUÍAS 1:6-9.

"El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Yahweh de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Yahweh es despreciable. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto?, dice Yahweh de los ejércitos. Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Yahweh de los ejércitos".

=== El último de los profetas arqueotestaentarios está haciendo un análisis de los que componen la nación hebraica, basado en el amor ministrado para con ellos por causa de la elección, ya que Esaú fue desechado, y destruido como nación debido a su espíritu infraterno; mientras que Israel gozó de la benevolencia divina, disfrutando de todo lo que él dispuso para ellos. Y en esta porción, el Señor habla concretamente con la élite sacerdotal de la tribu levítica. En ella se presentan dos puntos específicos sobre los que la casta sacerdotal fallaba clamorosamente, desdiciendo su condición de hijos al deshonrar al Padre, y prescindiendo de su labor como ministros o siervos de Dios, no adorándolo por su Señorío. Todos los que somos hijos, entendemos lo que es honrar a nuestros padres, mostrándoles el respeto y el honor que se merecen; pero cuando observamos el plano del Señorío, lo primero que viene a nuestras mentes es el temor de, y hacia Dios, sirviéndole por ello mismo de todo corazón, mostrando nuestra veneración como un acto consciente, constante y persistente como lo que nos une a él por su exaltada posición, obedeciéndole en todo como lo hace un soldado ante su superior inmediato.

=== Yahweh identifica la actitud de los sacerdotes como un público menosprecio, y si hay algo importante para el Padre, es la gloria de su nombre. ¿Cómo podemos plantearle al Padre nuestro menosprecio? Por la calidad del pan (Palabra) que ofrecemos en su mesa, vale decir, todo el pueblo de Dios, quienes deben ser ministrados con toda la vida de Dios que él nos imparte para bendecir a sus santos en calidad de invitados comensales que disfrutan del divino fluir. En el fluir sacerdotal el más mínimo detalle era castigado con la excepción. Un detalle de más o de menos, una mancha en tu efod; y cualquier otra cosa que pudiera parecernos minúscula; porque Dios demanda de nosotros un servicio con excelencia. Cualquier actitud negativa o de descuido por nuestra parte, plantea nuestro desprecio para con el Señor; y es por ello que debemos de ser sumamente cuidadosos en lo relacionado con nuestra forma de adorar y servir al Padre. Luego el Padre apunta a la naturaleza perfecta del sacrificio: "sin defecto" ¿por qué? Porque es para Yahweh nuestro Dios. Cuando él elige el alimento de sus sacerdotes les da la espaldilla derecha, o todo un pernil y la piel del animal sacrificado, mostrando así la forma como él mismo ha de ser tratado por el sacerdocio. Si el Padre nos dispensa lo mejor de lo mejor, ¿qué nos hace pensar que él se contentará con menos que eso?


 === Darle al Padre un animal ciego, cojo o enfermo; muestra a las claras que no conoces a Dios y que no hay en ti una genuina adoración, porque en lo profundo de tu ser lo catalogas como un ídolo que tiene ojos, y no ve; tiene boca, y no habla; tiene pies, y no anda; tiene oídos, y no oye; y tu forma de conceptuar a Dios pone en evidencia que no crees en él como el  Creador del mundo, tu Salvador, tu Redentor y tu Señor. Él, para ti, es como alguno de los ídolos de las naciones circunvecinas, los cuales no existen, no son, ni actúan en lo más mínimo; porque un ídolo en el mundo nada es. Al pedir que sea presentado ante el príncipe de una manera oficial, nos pone en antecedentes sobre cómo es que él juzga las cosas, testificando proféticamente de que él está consciente de cada individuo, de los detalles más ínfimos, y de la actitud de sus corazones al venir a su presencia en su santo templo. Cuando todas estas cosas son el estándar de la adoración ritual o ceremonial de los tradicionalistas, el Señor nos rechaza totalmente, y su agrado o satisfacción con nosotros es nula, mereciendo disciplina y castigo. Si mis lectores leen cada capítulo, y cada división, al final de las mismas consta una maldición de Dios para con las gentes que así se comportan, mostrando su desprecio para con el Padre. ¡Atentos! ¡Hay que cambiar nuestra actitud, y ser genuinos adoradores del Señor en espíritu y verdad!


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA        16/04/2017           MENSAJE # 1696

1 comentario:

  1. NUESTRA RELACIÓN CON LA DEIDAD ES ABSOLUTAMENTE PERSONAL Y ALTAMENTE RESPONSABLE, DE ALLÍ QUE DEBEMOS OCUPARNOS PREVIAMENTE DE TODOS LOS DETALLES PARA QUE TODO LO QUE INFIERE LA COMUNIÓN CON ÉL SEA PERFECTA. APAREJÉMONOS PARA LLEGAR ANTE SU PRESENCIA CON REGOCIJO Y CON LA PLENA CERTEZA DE QUE LE ESTAMOS SIENDO AGRADABLES

    ResponderEliminar