LIMA - PERÚ VIERNES 14 DE ABRIL DEL 2017 MENSAJE # 1692
ZACARÍAS 3:1-5.
"Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Yahweh, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Yahweh a Satanás: Yahweh te reprenda, oh Satanás; Yahweh que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Y después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Yahweh estaba en pie".
=== Si estamos atentos al divino fluir en esta profecía, hemos visto cómo Dios llamó a Zacarías, y cómo éste amonestó a la nación escogida; el cómo vio lo que el Padre había aparejado para la restauración del pueblo de Dios, y la viabilización para el cubrimiento de su propósito, haciéndole saber que así como de los cuatro puntos cardinales fue atacada Judá, siendo dispersada, así también el Señor levantaría a quienes destruirían a los tales para una plena restauración. Luego el Señor le mostró al profeta cada uno de los pasos que habían de darse para que llegara la plena restitución de la nación escogida. Y es así como llegamos a la visión que tuvo Zacarías respecto al sumo sacerdote Josué protagonista neto de la relación célico-pedestre de Yahweh con su pueblo, su patética condición (representando la crisis situacional de todo el pueblo judío, y el cómo se veía delante del Dios vivo y verdadero), y a su mano derecha, el Acusador: Satanás. La visión se centraba en lo que pasaba en aquella sala del juicio con asistentes peculiares. Yahweh, el Juez supremo; el ángel de Yahweh (tipo y sombra de Jesús como nuestro abogado para con el Padre); y el infame acusador de los hermanos: Satán, quien operara como lo hacen los fiscales en las cortes actuales, llevando sus acusaciones al clímax ante la Corte Suprema celestial.
=== Tras la acusación (la cual se veía fehacientemente comprobada por las vestiduras viles que Josué tenía como repulsivo atuendo, representando la condición de la nación hebraica ante Dios y su segura condenación en su más excelso representante); aparecen los alegatos de nuestro Abogado Defensor, respondiendo a Satanás con estas poderosas palabras: "Yahweh te reprenda, oh Satanás", e inmediatamente apela a la elección divina, y a todo lo que el Padre había de hacer para que dicha determinación se mantenga allende las edades por ello mismo, recordando el valor de nuestra redención como una realidad trascendente que el enemigo no puede evitar, y que la presencia divinal en el Paracleto, operando la regeneración y la renovación haría posible en medio de nuestro proceso santificante (Zac.2:10-13; Tit. 3:4-7,5e). La reprensión hacia el enemigo, lo deja sin posibilidades ante el Juez; y el ángel de Yahweh nos certifica como redimidos al argüir que somos como tizones arrebatados del incendió, no habiendo sido combustionados por el fuego de la condenación que sí quema a los adversarios. ¿Nos acordamos de aquella zarza que ardía y no se consumía allá en el monte Horeb? He aquí una aplicación de valor práctrico. ¡Te amamos, Padre!
=== Así, después de patear al enemigo en salva sea la parte, el Señor se ocupa del recobro de su siervo (y de toda la nación, y de nosotros por extensión). Veamos lo que hace Dios. Aquí tenemos un Josué silencioso y repelente por sus vestiduras (la vileza de sus pecados, que son los nuestros), en la presencia del ángel Yahweh. Y comenzó el proceso redentivo, ordenándole el Padre a sus ayudantes (parte de aquella corte angelical que asistía sin opinar y participar, y que ahora sí le toca hacerlo). "Quitadle esas ropas viles" (y fue así que Josué quedó desnudado de su naturaleza pecaminosa, aguardando la misericordia divinal); y ahotra el lenguaje del tiene una variable que nos dice qué fue lo que hizo: "Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir ropas de gala" (aunque esto último no se había dado todavía, el Señor lo daba por hecho, pasando de la frase a la acción en el siguiente verso). Y el ángel Yahweh comienza por la cabeza (equivaliendo esto a la renovación de nuestro entendimiento, como en Romanos 12:1-3), y luego le vistieron las ropas, implicando un solo acto con un sentido específico: Una completa restauración. Y el ángel Yahweh estaba en pie...pero esto último lo dejo para otra ocasión...
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/04/2017 MENSAJE # 1692.
=== Tras la acusación (la cual se veía fehacientemente comprobada por las vestiduras viles que Josué tenía como repulsivo atuendo, representando la condición de la nación hebraica ante Dios y su segura condenación en su más excelso representante); aparecen los alegatos de nuestro Abogado Defensor, respondiendo a Satanás con estas poderosas palabras: "Yahweh te reprenda, oh Satanás", e inmediatamente apela a la elección divina, y a todo lo que el Padre había de hacer para que dicha determinación se mantenga allende las edades por ello mismo, recordando el valor de nuestra redención como una realidad trascendente que el enemigo no puede evitar, y que la presencia divinal en el Paracleto, operando la regeneración y la renovación haría posible en medio de nuestro proceso santificante (Zac.2:10-13; Tit. 3:4-7,5e). La reprensión hacia el enemigo, lo deja sin posibilidades ante el Juez; y el ángel de Yahweh nos certifica como redimidos al argüir que somos como tizones arrebatados del incendió, no habiendo sido combustionados por el fuego de la condenación que sí quema a los adversarios. ¿Nos acordamos de aquella zarza que ardía y no se consumía allá en el monte Horeb? He aquí una aplicación de valor práctrico. ¡Te amamos, Padre!
=== Así, después de patear al enemigo en salva sea la parte, el Señor se ocupa del recobro de su siervo (y de toda la nación, y de nosotros por extensión). Veamos lo que hace Dios. Aquí tenemos un Josué silencioso y repelente por sus vestiduras (la vileza de sus pecados, que son los nuestros), en la presencia del ángel Yahweh. Y comenzó el proceso redentivo, ordenándole el Padre a sus ayudantes (parte de aquella corte angelical que asistía sin opinar y participar, y que ahora sí le toca hacerlo). "Quitadle esas ropas viles" (y fue así que Josué quedó desnudado de su naturaleza pecaminosa, aguardando la misericordia divinal); y ahotra el lenguaje del tiene una variable que nos dice qué fue lo que hizo: "Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir ropas de gala" (aunque esto último no se había dado todavía, el Señor lo daba por hecho, pasando de la frase a la acción en el siguiente verso). Y el ángel Yahweh comienza por la cabeza (equivaliendo esto a la renovación de nuestro entendimiento, como en Romanos 12:1-3), y luego le vistieron las ropas, implicando un solo acto con un sentido específico: Una completa restauración. Y el ángel Yahweh estaba en pie...pero esto último lo dejo para otra ocasión...
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/04/2017 MENSAJE # 1692.
LA MARAVILLOSA OBRA DE LA REDENCIÓN, ES MOSTRADA AQUÍ EN UNA FORMA GRÁFICA Y GLORIOSA, REVELÁNDONOS LA MANERA CÓMO OPERA DIOS NUESTRO PANORAMA REDENTIVO, Y CÓMO DESPUÉS DE RECOBRARNOS Y RESTITUIRNOS, NOS UBICA EN UN SITIO DE HONOR QUE COMPONE NUESTRO DESTNO COMO SIERVOS OPERATIVOS DEL PADRE.
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