LIMA - PERÚ MARTES 10 DE SETIEMBRE DEL 2019 MENSAJE # 3262.
PRIMERA DE CORINTIOS 14:26-33.
"Por lo tanto, hermanos, cuando ustedes se reúnan, tal vez cada uno tenga un salmo, una enseñanza, una revelación, un mensaje en lengua extraña, o una interpretación; pero todo deben hacerlo para edificación. Si se habla en una lengua extraña, que hablen dos, y hasta tres, pero que lo hagan por turnos; y que uno de ellos interprete lo que se diga. Pero si no hay quien interprete, esa persona debe guardar silencio en la iglesia, y hablar para sí mismo y para Dios. De la misma manera, que hablen dos y hasta tres profetas, y que los demás juzguen lo dicho. Si alguien estando sentado recibe una revelación, el primero debe dejar de hablar; así todos podrán profetizar por turno, a fin de que todos aprendan y sean exhortados. El don de profecía debe estar bajo el control de los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz".
=== Los hermanos corintios tenían un afán de protagonismo, y muchas veces el tal era causa de ciertos desasosiegos y tropiezos, cayendo en caóticas situaciones que desdoraban el orden y el recogimiento (sin caer en la religiosidad que todo lo viera como tropiezo o digno de condenación), pero sí en un accionar censurable y grotesco que convirtieran las reuniones de adoración, alabanza y enseñanza, en un caos deleznable que Dios viera como una afrenta particular contra su santidad y dignidad particular. Era imperativo restablecer el orden, y hacerlo con pinzas, dado el orgullo helenista que caracterizara a los habitantes de la región. Los cultos no eran para gentes pasivas e indiferentes, ni para momias en sus catafalcos; eran algo vivo y de plena participación, mas manteniendo la serenidad y el tino que correspondieran a una reunión solemne para la gloria y la adoración del Dios todopoderoso. La naturaleza procaz y chabacana de los irreverentes y profanos debía ser reprendida, corregida y transformada, para que la iglesia de Dios mostrara su gozo en medio de un ambiente ordenado, adecuado y piadoso. Cuando se pierde la perspectiva espiritual correcta, es cambiada por ciertas prácticas de tipo pagano que son vergüenza y oprobio para el pueblo de Dios; y se hace necesaria una reforma o un cambio que le devuelva a las reuniones eclesiales la gloria que les pertenece.
=== El v. 26 señala las pautas que corresponden a un correcto fluir eclesial, revelando la tenencia de dones, ministerios y operaciones; y de la participación cultual ordenada y correcta en el trámite del servicio a la Deidad. Así. se cita un salmo o un cántico de adoración y alabanza al Dios vivo como lo primero; lo siguiente (considerando los tales como prioridades a nivel de la grey local), es la enseñanza doctrinal, fortaleciendo e entendimiento y conocimiento de cada creyente para hacerlos sanos en la fe y en el obrar; lo tercero, es la revelación (lo dicho con anterioridad, la iglesia es algo vivo, vigente, emergente y actuante, manteniéndose al día con el divino accionar; lo cuarto, es la ministración en lenguas, como señal para la gente que visita la iglesia por vez primera, acompañada de la debida interpretación para la edificación de todos los creyentes y los nuevos asistentes; solicitando el apóstol que todo se haga para la edificación que corresponde a la vida eclesial normal.
=== Al referir la importancia de los turnos, se enfatiza el buen orden como la base sólida para el adecuado avance espiritual. EL ORDEN ES DE IMPORTANCIA VITAL PARA LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA DE DIOS, no excediendo el número de ministraciones más allá de dos o tres, capitalizando la reunión desde la perspectiva eclesiástica y la de los oyentes, quienes considerarán el tiempo de su dedicación dentro de lo aceptable. La interpretación es básica para la edificación de los oyentes. Y es imperativo, también, conocer a los dotados para que la ministración en otras lenguas no caiga en el vacío ante la ausencia de los intérpretes, inhibiéndose el público fluir, guardándolo para la intimidad particular del hablante y Dios, por ser lo más oportuno. El panorama profético también es limitado al mismo plano numérico, promoviendo el juicio espiritual entre los oyentes. Si algo le es revelado a otro de los profetas, debe hacérselo saber al profeta de turno, para que le ceda el uso de la palabra. Todos son llamados a APRENDER A PROFETIZAR, y no a estar allí como convidados de piedra. Es maravilloso el apreciar cómo el espíritu de profecía se sujeta a los profetas, pues Dios no gusta de la confusión, sino del buen orden y la decencia en el andar y obrar.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/09/2019 MENSAJE # 3262
"Por lo tanto, hermanos, cuando ustedes se reúnan, tal vez cada uno tenga un salmo, una enseñanza, una revelación, un mensaje en lengua extraña, o una interpretación; pero todo deben hacerlo para edificación. Si se habla en una lengua extraña, que hablen dos, y hasta tres, pero que lo hagan por turnos; y que uno de ellos interprete lo que se diga. Pero si no hay quien interprete, esa persona debe guardar silencio en la iglesia, y hablar para sí mismo y para Dios. De la misma manera, que hablen dos y hasta tres profetas, y que los demás juzguen lo dicho. Si alguien estando sentado recibe una revelación, el primero debe dejar de hablar; así todos podrán profetizar por turno, a fin de que todos aprendan y sean exhortados. El don de profecía debe estar bajo el control de los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz".
=== Los hermanos corintios tenían un afán de protagonismo, y muchas veces el tal era causa de ciertos desasosiegos y tropiezos, cayendo en caóticas situaciones que desdoraban el orden y el recogimiento (sin caer en la religiosidad que todo lo viera como tropiezo o digno de condenación), pero sí en un accionar censurable y grotesco que convirtieran las reuniones de adoración, alabanza y enseñanza, en un caos deleznable que Dios viera como una afrenta particular contra su santidad y dignidad particular. Era imperativo restablecer el orden, y hacerlo con pinzas, dado el orgullo helenista que caracterizara a los habitantes de la región. Los cultos no eran para gentes pasivas e indiferentes, ni para momias en sus catafalcos; eran algo vivo y de plena participación, mas manteniendo la serenidad y el tino que correspondieran a una reunión solemne para la gloria y la adoración del Dios todopoderoso. La naturaleza procaz y chabacana de los irreverentes y profanos debía ser reprendida, corregida y transformada, para que la iglesia de Dios mostrara su gozo en medio de un ambiente ordenado, adecuado y piadoso. Cuando se pierde la perspectiva espiritual correcta, es cambiada por ciertas prácticas de tipo pagano que son vergüenza y oprobio para el pueblo de Dios; y se hace necesaria una reforma o un cambio que le devuelva a las reuniones eclesiales la gloria que les pertenece.
=== El v. 26 señala las pautas que corresponden a un correcto fluir eclesial, revelando la tenencia de dones, ministerios y operaciones; y de la participación cultual ordenada y correcta en el trámite del servicio a la Deidad. Así. se cita un salmo o un cántico de adoración y alabanza al Dios vivo como lo primero; lo siguiente (considerando los tales como prioridades a nivel de la grey local), es la enseñanza doctrinal, fortaleciendo e entendimiento y conocimiento de cada creyente para hacerlos sanos en la fe y en el obrar; lo tercero, es la revelación (lo dicho con anterioridad, la iglesia es algo vivo, vigente, emergente y actuante, manteniéndose al día con el divino accionar; lo cuarto, es la ministración en lenguas, como señal para la gente que visita la iglesia por vez primera, acompañada de la debida interpretación para la edificación de todos los creyentes y los nuevos asistentes; solicitando el apóstol que todo se haga para la edificación que corresponde a la vida eclesial normal.
=== Al referir la importancia de los turnos, se enfatiza el buen orden como la base sólida para el adecuado avance espiritual. EL ORDEN ES DE IMPORTANCIA VITAL PARA LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA DE DIOS, no excediendo el número de ministraciones más allá de dos o tres, capitalizando la reunión desde la perspectiva eclesiástica y la de los oyentes, quienes considerarán el tiempo de su dedicación dentro de lo aceptable. La interpretación es básica para la edificación de los oyentes. Y es imperativo, también, conocer a los dotados para que la ministración en otras lenguas no caiga en el vacío ante la ausencia de los intérpretes, inhibiéndose el público fluir, guardándolo para la intimidad particular del hablante y Dios, por ser lo más oportuno. El panorama profético también es limitado al mismo plano numérico, promoviendo el juicio espiritual entre los oyentes. Si algo le es revelado a otro de los profetas, debe hacérselo saber al profeta de turno, para que le ceda el uso de la palabra. Todos son llamados a APRENDER A PROFETIZAR, y no a estar allí como convidados de piedra. Es maravilloso el apreciar cómo el espíritu de profecía se sujeta a los profetas, pues Dios no gusta de la confusión, sino del buen orden y la decencia en el andar y obrar.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 10/09/2019 MENSAJE # 3262
LA IMPORTANCIA DE CORREGIR LAS DEFECCIONES ECLESIALES, HACIÉNDOLO CON AMOR Y CON LA DEBIDA FIRMEZA AL MISMO TIEMPO. VALOREMOS LA ENSEÑANZA PARA NUESTRO ADECUADO CRECIMIENTO ESPIRITUAL.
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