LIMA - PERÚ SÁBADO 22 DE ABRIL DEL 2017 MENSAJE # 1708
LEVÍTICO 10:1-3.
"Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Yahweh fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Yahweh y los quemó, y murieron delante de Yahweh. Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Yahweh, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló".
=== En el capítulo 9 podemos apreciar el inicio de la labor sacerdotal de Aarón (como Sumo Sacerdote), y de sus hijos, quienes habrían de sucederlo para mantener el orden sacerdotal Aarónico hasta el tiempo señalado por Dios. Invito a mis lectores a leer esa porción de la Palabra para que estén más al tanto de lo que aquí se menciona. Al culminar cada detalle de lo ordenado por el Padre, y alzar las manos para bendecir a todo el pueblo tras haber efectuado los sacrificios requeridos, Aarón y Moisés entraron en el tabernáculo, y al bendecir al pueblo la gloria de Dios se le apareció a todos, y salió fuego delante de Yahweh para consumir el holocausto ofrecido en señal de su plena aceptación, y todo el pueblo, sumamente impresionado se prosternó ante el Padre (vs.23-24). Al parecer, esto afectó a Nadab y Abiú, quienes suspiraban por esa gloria siendo ellos los oferentes, aunque ello representara una intrusión en las labores que correspondían al Sumo Sacerdote, y no a ellos aún. Y luego, para darse valor, ambos hermanos se dieron a beber en exceso (Lv.10:8-11), y en esa condición ingresaron a ofrecerle al Padre fuego extraño que él nunca pidió, sufriendo las consecuencias de su falta de criterio y su conducta profana. Así de celoso es Dios con sus cosas y sus ordenanzas en el servicio que a él prestamos después de haber sido elegidos e instruidos.
=== Los dos hijos mayores de Aarón, en su intento de imitar a su padre, pensaron que esto se trataba de una tosca emulación, y asumiendo un rol para el cual no estaban asignados, pecaron contra la santidad divina, la cual debe ser considerada ampliamente para entender nuestro llamamiento al ministerio, nuestra exaltada posición, y nuestra necesidad de obedecer cada una de las órdenes divinas a su sazón. La relación sacerdotal con el Padre no es como la que tenemos con nuestros amigos, colegas o parientes; debiendo de guardar una solemnidad y un recogimiento que sólo los que están involucrados entienden. El respeto y el honor que Yahweh nuestro Dios se merece no tiene parangón o comparación con ninguna otra relación, y toda acción errónea o inconveniente es considerada por la Deidad como algo profano: ¿Recuerdan la muerte de Uza por su temeridad al tocar el arca del pacto cuando esta era conducida hacia su ubicación allá en Jerusalén siguiendo un precedente filisteo al llevarlo en una carreta y no sobre los hombros de los autorizados levitas? (2S.6:6-8; 1Cr.13:9-10). El arca divina no era un mueble que cualquiera pudiera tocar, sólo los levitas elegidos para ello podían hacerlo, siguiendo las pautas que Yahweh les indicara; y la elección divina es algo que Dios nunca discute con los espontáneos, mostrando cómo su SANTIDAD debe ser estimada, valorada y respetada en cada una de las instancias que él precisara con suma claridad. El irrespeto, la irreverencia, la profanidad y la conducta y laspalabras blasfemas, no son para el Padre "pecados veniales".
=== Un dolorido Aarón observaba los cadáveres quemados de sus hijos, experimentando en su corazón una serie de cosas indecibles, no sabiendo que actitud tomar; si la de un padre compungido y dolido; o la de un Sumo Sacerdote que aguarda por el veredicto divinal, para ubicarse en el contexto ideal que le permitiera admitir esta crisis como algo justo y coherente con su misión como nexo entre el cielo y la tierra, sirviendo a sus hermanos de casta para el sustento relacional pertinente según la divina voluntad. La expresión: "Y murieron delante de Yahweh", es algo que pesa mucho para cualquiera de nosotros, pues ello apunta al juicio irreversible del Padre contra la naturaleza que lo profana. Y es por ello que Moisés se acerca a su hermano mayor para revelarle las razones divinas para que esto pasara, diciéndole escuetamente: "Esto es lo que habló Yahweh, diciendo: EN LOS QUE A MÍ SE ACERCAN, ME SANTIFICARÉ"; y la versión Peshitta en español dice: "SERÉ SANTIFICADO EN LOS QUE SE ACERCAN A MÍ..."; y como consecuencia el Padre se verá glorificado ante todo el pueblo. La naturaleza santísima de nuestro Señor y Dios no puede verse profanada sin que surjan las consecuencias correspondientes. Sólo la sobriedad absoluta puede garantizar el discernimiento oportuno entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio (Lv.10:9-10). Es imperativo que los que servimos a Dios estemos plenamente balanceados espiritual, anímica y físicamente; para interpretar a nuestro Padre Dios a su sazón.
"Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Yahweh fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Yahweh y los quemó, y murieron delante de Yahweh. Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Yahweh, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló".
=== En el capítulo 9 podemos apreciar el inicio de la labor sacerdotal de Aarón (como Sumo Sacerdote), y de sus hijos, quienes habrían de sucederlo para mantener el orden sacerdotal Aarónico hasta el tiempo señalado por Dios. Invito a mis lectores a leer esa porción de la Palabra para que estén más al tanto de lo que aquí se menciona. Al culminar cada detalle de lo ordenado por el Padre, y alzar las manos para bendecir a todo el pueblo tras haber efectuado los sacrificios requeridos, Aarón y Moisés entraron en el tabernáculo, y al bendecir al pueblo la gloria de Dios se le apareció a todos, y salió fuego delante de Yahweh para consumir el holocausto ofrecido en señal de su plena aceptación, y todo el pueblo, sumamente impresionado se prosternó ante el Padre (vs.23-24). Al parecer, esto afectó a Nadab y Abiú, quienes suspiraban por esa gloria siendo ellos los oferentes, aunque ello representara una intrusión en las labores que correspondían al Sumo Sacerdote, y no a ellos aún. Y luego, para darse valor, ambos hermanos se dieron a beber en exceso (Lv.10:8-11), y en esa condición ingresaron a ofrecerle al Padre fuego extraño que él nunca pidió, sufriendo las consecuencias de su falta de criterio y su conducta profana. Así de celoso es Dios con sus cosas y sus ordenanzas en el servicio que a él prestamos después de haber sido elegidos e instruidos.=== Los dos hijos mayores de Aarón, en su intento de imitar a su padre, pensaron que esto se trataba de una tosca emulación, y asumiendo un rol para el cual no estaban asignados, pecaron contra la santidad divina, la cual debe ser considerada ampliamente para entender nuestro llamamiento al ministerio, nuestra exaltada posición, y nuestra necesidad de obedecer cada una de las órdenes divinas a su sazón. La relación sacerdotal con el Padre no es como la que tenemos con nuestros amigos, colegas o parientes; debiendo de guardar una solemnidad y un recogimiento que sólo los que están involucrados entienden. El respeto y el honor que Yahweh nuestro Dios se merece no tiene parangón o comparación con ninguna otra relación, y toda acción errónea o inconveniente es considerada por la Deidad como algo profano: ¿Recuerdan la muerte de Uza por su temeridad al tocar el arca del pacto cuando esta era conducida hacia su ubicación allá en Jerusalén siguiendo un precedente filisteo al llevarlo en una carreta y no sobre los hombros de los autorizados levitas? (2S.6:6-8; 1Cr.13:9-10). El arca divina no era un mueble que cualquiera pudiera tocar, sólo los levitas elegidos para ello podían hacerlo, siguiendo las pautas que Yahweh les indicara; y la elección divina es algo que Dios nunca discute con los espontáneos, mostrando cómo su SANTIDAD debe ser estimada, valorada y respetada en cada una de las instancias que él precisara con suma claridad. El irrespeto, la irreverencia, la profanidad y la conducta y laspalabras blasfemas, no son para el Padre "pecados veniales".
=== Un dolorido Aarón observaba los cadáveres quemados de sus hijos, experimentando en su corazón una serie de cosas indecibles, no sabiendo que actitud tomar; si la de un padre compungido y dolido; o la de un Sumo Sacerdote que aguarda por el veredicto divinal, para ubicarse en el contexto ideal que le permitiera admitir esta crisis como algo justo y coherente con su misión como nexo entre el cielo y la tierra, sirviendo a sus hermanos de casta para el sustento relacional pertinente según la divina voluntad. La expresión: "Y murieron delante de Yahweh", es algo que pesa mucho para cualquiera de nosotros, pues ello apunta al juicio irreversible del Padre contra la naturaleza que lo profana. Y es por ello que Moisés se acerca a su hermano mayor para revelarle las razones divinas para que esto pasara, diciéndole escuetamente: "Esto es lo que habló Yahweh, diciendo: EN LOS QUE A MÍ SE ACERCAN, ME SANTIFICARÉ"; y la versión Peshitta en español dice: "SERÉ SANTIFICADO EN LOS QUE SE ACERCAN A MÍ..."; y como consecuencia el Padre se verá glorificado ante todo el pueblo. La naturaleza santísima de nuestro Señor y Dios no puede verse profanada sin que surjan las consecuencias correspondientes. Sólo la sobriedad absoluta puede garantizar el discernimiento oportuno entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio (Lv.10:9-10). Es imperativo que los que servimos a Dios estemos plenamente balanceados espiritual, anímica y físicamente; para interpretar a nuestro Padre Dios a su sazón.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 22/04/2017 MENSAJE # 1708.
EL ORDEN DIVINAL ES ALGO QUE EL PADRE SE TOMA MUY EN SERIO, DE ALLÍ QUE LAS INSTRUCCIONES DEL SEÑOR SEAN SUMAMENTE DETALLADAS, HACIENDO QUE NO HAYA ERRORES EN CUANTO A LO QUE CADA QUIÉN HABRÍA DE HACER EN CALIDAD DE SACERDOTES. ELLO NO HA CAMBIADO EN ESTE PERIÍODO NEOTESTAMENTARIO, Y EL MINISTERIO QUÍNTUPLE DEBE ENTENDER SU MISIÓN Y POSICIÓN COMO SIERVOS DE DIOS.
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