sábado, 29 de abril de 2017

LA VIGENCIA DE LOS PRINCIPIOS DIVINOS NOS HABLA DE SU VALOR ETERNAL, INVARIABLE Y TRASCENDENTE. EVENTUALMENTE, LOS AÚN INEXPERTOS MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO, JUZGAN NUESTRO FLUIR COMO ALGO QUE PERTENECE AL PASADO, Y QUE YA NO TIENE VALIDEZ EN LA ACTUALIDAD, HASTA QUE EL ACCIONAR DIVINO REFRENDA CADA PALABRA SUYA, HACIENDO NOTORIA SU VALIDEZ Y SU EFICACIA EN MEDIO DE LOS TIEMPOS.

LIMA - PERÚ      SÁBADO 29 DE ABRIL DEL 2017              MENSAJE # 1722

PRIMERA DE JUAN 2:7-11.

"Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tuvimos desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va; porque las tinieblas le han cegado los ojos".


=== Al rememorar el discurso sobre lo que fuera en Jesús una característica fundamental, Juan nos recuerda lo que ya él había recalcado desde siempre: Lo imperativo del amor fraternal como una señal fidedigna de nuestra filiación con Jesús, y con todos los creyentes que lo confiesan como su Señor y Salvador, entendiendo que somos una Familia en el Señor, y que nuestros lazos deben ser manifestados, no como algo simbólico, sino como una literal expresión de que hemos entendido lo que somos por lo que el Padre ha puesto en nosotros como hijos suyos. El anciano apóstol nos dice que es el tiempo de reactivar lo que fuera, es y será nuestra característica como la familia de Dios. Debajo del sol (frase que utiliza mucho el autor del Eclesiastés), siempre se esperaba algo nuevo; mas cuando penetramos en la celeste esfera lo que hay son principios, y no modas o bogas siempre cambiantes, y ocasionalmente redundantes. Los valores eternos son invariables; los naturales, llevan el sello de lo perentorio o pasajero, variable o cambiable; y cuando se vive dentro del panorama secular, la gente se aburre rápidamente de lo ciclico, lo repetitivo, y lo cansador o agotador del mundo natural; donde todo es hecho para la diversión o lo vano; no apuntando a la satisfacción, sino a la naturaleza multiorgásmica de los sentidos y de lo pueril. ¿Hemos notado como cuando llegamos a la madurez, sólo lo que tiene sentido práctico y utilitario, y que agrada a Dios, ha permanecido como algo perenne en nosotros? Las fijaciones infantiles, los resabios y los vicios; son elementos típicos de la inmadurez; de nuestro deseo de seguir en la niñez para no tener que responder por cada uno de nuestros actos; del rechazo a las figuras de autoridad, y de no saber abandonar con donaire los errores de la juventud, prefiriendo los valores móviles y renovables de quien no sabe que "el añejo es mejor". 


=== La palabra que se ha oído desde el principio, posee la peculiaridad del Logos eternal, y se supone que aparecerá reiterativamente en el trámite de las edades en la forma de sucesivas Rhemas, o partes del Logos para un tiempo, persona, intento y propósito específicos. No es algo reutilizable, sino aquella verdad que no deja su esencia y te lleva a la libertad, devolviéndote a la senda profética dentro del panorama cronológico, alineándote dentro del programa que Dios estableciera para las edades, cubriendo así tu protagonismo individual dentro de la realidad corporativa que Yahweh armara para la realización de su propósito conforme a su beneplácito. La gama de prototipos que nos ofreciera la galería de los héroes de la fe sólo concluiría cuando el plano corporativo: El Cuerpo de Cristo, la Familia de Dios, la Casa de Dios, llegase a establecerse como una sólida realidad trascendente, de la que nunca se dice que estaría sujeta a cambios; y es porque Dios es muy ordenado y preciso en lo que hace, y cuando él tiene lo que deseaba su corazón, y "hecho a su medida", viene a habitarlo u ocuparlo, para que todos entendamos lo que la gloria es, como pasó con el tabernáculo y el templo de Salomón, y pasará con nosotros el día que él sea todo en todos.

=== Aquella verdad que sólo estuviera en Jesús, nos ha sido impartida por su divino poder, y cuando nos vamos haciendo conscientes de ello, las tinieblas se diseminan, y la luz va ocupando su lugar, y nuestra consciente filiación nos hace participar con nuestros hermanos en Cristo de toda la bondad divinal. Este despejamiento en nosotros, nos hace ver nuestros errores infraternos, pues con ellos estamos negando nuestra filiación, porque la fe sin obras es muerta en sí misma; y si arguyo que estoy en la luz, y no tengo paz o no me he reconciliado con mi hermano, permanezco en tinieblas, sirviendo de piedra de tropiezo en medio de la grey. La luz es la que permite vernos, conocernos y amarnos; a la par que nos coacta a no consentir ninguna amargura, fastidio o enojo, que me divida de mi hermano, provocando la desunión corporativa. Si queremos gozar de la luz y la dirección divina, debemos dejar de andar en tinieblas, tropezándonos con todo el mundo, vagando en el desierto de la incertidumbre, donde no hay maná, ni agua de la roca, ni columna de nube, ni columna de fuego, y todo no es sino aridez, soledad y desconcierto. Ubiquémonos amados en el contexto del AMOR FRATERNAL.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA          29/04/2017            MENSAJE # 1722

1 comentario:

  1. LOS PRINCIPIOS DEL REINO SON NUESTRA CARTA MAGNA, Y AUNQUE LAS ÉPOCAS Y LOS SUJETOS CAMBIEN PERIÓDICAMENTE, LOS PRINCIPIOS SE MANTIENEN EN EL MISMO ESTADO. ERL AMOR FRATERNAL ES UNA CONSIGNA DIVINA, PENSANDO EN LA LEY DE LA PROPORCIONALIDAD, PUES ESTO FUNCIONA DE AMBAS PARTES, DEL QUE LO RECIBE, Y DE QUIEN LO APORTA, RECIBIENDO A SU VEZ EN UNA JUSTA RETRIBUCIÓN.

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