lunes, 10 de abril de 2017

SIEMPRE ME LLENA DE CONSTERNACIÓN EL VER DECLARACIONES DIVINAS DE ESTE CALIBRE, Y QUE EL PUEBLO ESCOGIDO SÓLO TENGA LOS HOMBROS ENCOGIDOS, MOSTRÁNDOSE EXENTOS DE TEMOR, IRREVERENTES, PROFANOS Y APÓSTATAS. ¿QUÉ HA PASADO CON LA NACIÓN ESCOGIDA? HAN DESECHADO EL ORDEN DIVINAL, Y BUSCAN HACER LAS COSAS A SU SAZÓN; NO ENTENDIENDO QUE NUESTRA ADORACIÓN A YAHWEH ES PRIORIDAD PARA EL CONTACTO CÉLICO-PEDESTRE. ¡ALERTA, PUEBLO DE DIOS!

LIMA - PERÚ    LUNES 10 DE ABRIL DEL 2017              MENSAJE # 1684

SOFONÍAS 1:2-4.

"Destruiré todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Yahweh. Destruiré a los hombres y a las bestias, destruiré las aves de los cielos y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la tierra, dice Yahweh. Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes".

=== El ministerio profético de Sofonías se dio en la época inicial o intermedia de Josías rey de Judá, tiempos en que la apostasía israelita aún recordara los reinados de Manasés y Amón, y todas sus herejías e idolatrías que pusieran a punto la ira divina contra Judá. Era tal la ira divina contra la ciudad elegida y sus habitantes, que el Padre pensó en raer a los participantes de esta maldad repetitiva, pero ya Dios había referido proféticamente el nacimiento del rey Josías, y lo que él haría para reivindicar el nombre de Dios en la nación judaica, y cómo éste profanaría los altares paganos quemando los huesos de los adoradores del sol, la luna, los signos del zodíaco, tras desenterrarlos, mostrando un corazón para Dios como no hubo otro igual, aunque ya el Padre había definido la suerte de los Jerosolimitanos y de todo Judá (2R.23; 1R.13:2; 2R.24:24-27). Si Sofonías no mencionó estas cosas, era porque durante el trámite de su profecía aún no habían acontecido al parecer. La determinación de Yahweh era tan firme, que ni siquiera la obra reformadora de Josías pudo evitar que ello se diera, habiendo de conservar un remanente que será descrito en el capítulo 3 de este texto. Dios conoce los corazones de todos, y no asume estos tardíos arrepentimientos (relativos en muchos sentidos por lo que se vio en Judá tras la muerte prematura de Josías en las manos del Faraón Necao). ¡Dios jamás hace injusticia!

=== La fría determinación del Padre es causada por la obstinación idolátrica de la nación, por el consentimiento del pueblo con la política regia que se aplicara, yendo en contra de la ley establecida. Sabemos eso porque el libro la ley "fue descubierto en el templo de Dios cuando este estaba siendo reparado" (2R.22:8-17, 18-20). ¡Qué terrible es ver que un sacerdote descubra la ley, y que un escriba la lea totalmente impresionado; que un rey tenga que rasgar sus vestiduras, y que se tenga que consultar con una profetisa para saber qué hacer al respecto; recibiendo una respuesta conforme a la voluntad divina, eximiendo al rey Josías de las consecuencias de toda la maldad que sus predecesores trajeran sobre la nación escogida, la cual no se vería revocada! Este rey de dieciocho años experimentó en carne propia el dolor que sentía Dios, su decepción ante aquellas personas que no reaccionaron a tiempo para dejar atrás toda su maldad, y que se complacieran en ella, olvidando la ley de su Dios hasta el completo descarte de la misma, habiendo cambiado el orden divino por las mentiras de las costumbres paganas de sus vecinos. Cuando se pierde la perspectiva real del divino fluir, se suele reemplazar el tal con el panorama idolátrico de las naciones circunvecinas, venerando sus abominables ídolos con las aborrecibles formas de adoración pagana.

=== Esa crisis de identidad, fue lo que más dañó a la nación escogida. En el contexto de nuestra fe en el Señor, y de nuestra manera de adorarle en la sencillez neotestamentaria, se pueden haber perdido muchos ritos o ceremonias veterotestamentarias; pero jamás el recogimiento que compete a nuestra forma de rendirnos a él. La frialdad del corazón, típica de la religiosidad clásica de quienes han diseñado un sistema de modos inalterables; el anhelo de cambiar los moldes por ritmos innovadores traídos de Babilonia; el dejarnos llevar por los mercenarios de la música y la composición (de ecuménica catadura), etc.; son las cosas que nos han sacado de una genuina adoración que componga las cosas con aquellos sacrificios que Dios acepta, y no con aquellos que nos ensimisman o nos divierten, por los que los mercenarios de la música obtienen pingües ganancias, en sus multiformes composiciones que les permitan tener un público mayoritario en medio de sus mixturas. La adoración, supone contacto, gozo y deleite con la Deidad, la misma que se habrá de traducir en un servicio útil, en una elevación espiritual que nos permita percibir que somos seres espirituales adorando a Dios en espíritu y en verdad; y no en los fans de alguien. Los samaritanos adoraban lo que no sabían; pero los verdaderos hijos de Dios saben a quien tienen que adorar, y cuál es la clase de adoración que llega hasta él como un delicioso holocausto, consumiéndose totalmente en su altar, señalando su aceptación. Dejemos a Caín con sus verduras al vapor; y asumamos el presentar nuestra adoración como Dios quiere, como una parte vital de nuestra ofrenda a Dios.

EFRAÍN ARTURO CHAVEZ ESPARTA        10/04/2017          MENSAJE # 1684

1 comentario:

  1. CUANDO NOS ACERCAMOS "A DIALOGAR CON LOS PROFETAS JUDÍOS", NO PODEMOS EVITAR EL RECIBIR NOTICIAS NEGATIVAS POR LA CONDUCTA ERRÁTICA Y APÓSTATA DE LA NACÓN ISRAELITA, Y NOS SORFPRENDEMOS MÁS CUANDO VEMOS CÓMO DIOS EN MEDIO DE SU IRA CONTRA EL PECADO NACIONAL, CONSERVA ESPACIO PARA MOSTRAR SU MISERICORDIA, MARAVILLÁNDONOS CON ELLO.

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