LIMA - PERÚ MARTES 16 DE JULIO DEL 2019 MENSAJE # 3206
JUAN 3:31-36. (VERSIÓN REINA VALERA CONTEMPORÁNEA).
"El que viene de arriba, está por encima de todos; el que es de la tierra es terrenal, y haba cosas terrenales; el que viene del cielo está por encima de todos y da testimonio de lo que vio y oyó, pero nadie recibe su testimonio. El que acepta su testimonio, confirma que Dios es veraz. Porque el enviado de Dios habla las palabras de Dios; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y ha puesto en sus manos todas las cosas. El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios recae sobre él".
=== Después de que Juan dialogara con sus discípulos respecto a su posición como Heraldo del Rey -en lo tocante al reino-; y de Amigo del Esposo, en la figura del pacto matrimonial entre Dios hijo y la nación escogida; Juan reafirma su condición y le da la gloria al Señor Jesús, según correspondiera al plan divino, anunciando el cubrimiento de su rol pre-mesiánico gozándose de que la imagen de su Señor fuera creciendo, mientras que la suya llegara a su ocaso en un glorioso nadir. La figura que usa el Bautista, llamando a Jesús como AQUÉL QUE VIENE DE ARRIBA, es exacta en su apreciación, obligando a los que vieran en él un mentor de sana doctrina, y de alguien que pusiera a tono el sentir de los corazones israelitas para recibir a su Señor en una adecuada disposición, cerrando las brechas entre las dos generaciones: La guardadora de la esperanza, y la que recepcionara las realidades regias que Jesús y su obrar operaran en los principios que regirían al inaugurarse el reino, del que Jesús daría muestras, aplastando el reino demoníaco en todos sus frentes haciendo uso de su gracia redentora para con todo aquel que en él creyera.
=== Siendo su celestial esencia su particular referencia, Jesús estaba por encima de todos los que fueron antes que él, de allí que su lenguaje celeste marcara su fluir como la trascendencia que en su discurrir por el océano temporal de las edades agregara el valor eterno que el reino celestial postulara como su más destacable característica. El valor eterno de su redención le hacía saber a la condenación que el arca salvífica iba de surcada, recogiendo. vía la redención, a todos los que compondrían la nueva generación que habitaría la santa ciudad; pues los cielos nuevos y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén precisaban de gente nueva, la cual sería llamada LA FAMILIA DE DIOS. Nuestra visión de los hechos divinos es relativa y fragmentaria; la divina, posee un valor absoluto e inalterable; la cual el mundo no puede recibir porque deberá ser discernida espiritualmente, y para ello sería preciso UN NUEVO NACIMIENTO, de modo que podamos ver el reino y tengamos la capacidad de entrar en él; y mientras que eso no se dé oficialmente nuestra visión y perspectiva lucirá remota, distante e inaccesible, dejando pasmado a un versado maestro de la palabra en Israel (Véase Jn.3:10).
=== Recibir, pues, el testimonio de Dios, no es un asunto de audiencia y percepción propia de los recién iniciados; es un asunto de REVELACIÓN (ver las cosas como Dios las ve cuando el velo racional y finito es quitado). Recordemos que el velo en el templo se rasgó en dos de arriba abajo, dejando un acceso que antaño fuera inexpugnable para las profanas visiones de los que no tuvieran una entrada legal al lugar santísimo, según Mateo 27:51. Aquellos que aceptan el testimonio divino pueden certificar que el Padre es veraz; los demás, vivirán siempre en un mar de dudas e insatisfacciones. De allí que el Bautista penetrara en el ámbito celestial con sus escuchas para hacerlos conscientes del lenguaje divinal, y su sentido a través de las edades, invitándolos a trascender mediante el lenguaje inefable que el Señor les proporcionara (2Co.12:4). El Verbo posee la realidad total y perfecta del Padre, y cuando se explana nos hace viajar espiritualmente en la divina contextualidad, y nos hace captar las cosas inherentes al panorama divino y su intento, llenándonos de una realidad tripartita que nos contacta con él a plenitud: "... Esta enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, sabrá si la enseñanza es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Jn.7:16-17). El amoroso Padre puso todas las cosas en las manos del Hijo, y es por eso que el que cree en el Hijo TIENE VIDA ETERNA; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/07/2019 MENSAJE # 3206.
"El que viene de arriba, está por encima de todos; el que es de la tierra es terrenal, y haba cosas terrenales; el que viene del cielo está por encima de todos y da testimonio de lo que vio y oyó, pero nadie recibe su testimonio. El que acepta su testimonio, confirma que Dios es veraz. Porque el enviado de Dios habla las palabras de Dios; pues Dios no da el Espíritu por medida. El Padre ama al Hijo, y ha puesto en sus manos todas las cosas. El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios recae sobre él".
=== Después de que Juan dialogara con sus discípulos respecto a su posición como Heraldo del Rey -en lo tocante al reino-; y de Amigo del Esposo, en la figura del pacto matrimonial entre Dios hijo y la nación escogida; Juan reafirma su condición y le da la gloria al Señor Jesús, según correspondiera al plan divino, anunciando el cubrimiento de su rol pre-mesiánico gozándose de que la imagen de su Señor fuera creciendo, mientras que la suya llegara a su ocaso en un glorioso nadir. La figura que usa el Bautista, llamando a Jesús como AQUÉL QUE VIENE DE ARRIBA, es exacta en su apreciación, obligando a los que vieran en él un mentor de sana doctrina, y de alguien que pusiera a tono el sentir de los corazones israelitas para recibir a su Señor en una adecuada disposición, cerrando las brechas entre las dos generaciones: La guardadora de la esperanza, y la que recepcionara las realidades regias que Jesús y su obrar operaran en los principios que regirían al inaugurarse el reino, del que Jesús daría muestras, aplastando el reino demoníaco en todos sus frentes haciendo uso de su gracia redentora para con todo aquel que en él creyera.
=== Siendo su celestial esencia su particular referencia, Jesús estaba por encima de todos los que fueron antes que él, de allí que su lenguaje celeste marcara su fluir como la trascendencia que en su discurrir por el océano temporal de las edades agregara el valor eterno que el reino celestial postulara como su más destacable característica. El valor eterno de su redención le hacía saber a la condenación que el arca salvífica iba de surcada, recogiendo. vía la redención, a todos los que compondrían la nueva generación que habitaría la santa ciudad; pues los cielos nuevos y la tierra nueva con la Nueva Jerusalén precisaban de gente nueva, la cual sería llamada LA FAMILIA DE DIOS. Nuestra visión de los hechos divinos es relativa y fragmentaria; la divina, posee un valor absoluto e inalterable; la cual el mundo no puede recibir porque deberá ser discernida espiritualmente, y para ello sería preciso UN NUEVO NACIMIENTO, de modo que podamos ver el reino y tengamos la capacidad de entrar en él; y mientras que eso no se dé oficialmente nuestra visión y perspectiva lucirá remota, distante e inaccesible, dejando pasmado a un versado maestro de la palabra en Israel (Véase Jn.3:10).
=== Recibir, pues, el testimonio de Dios, no es un asunto de audiencia y percepción propia de los recién iniciados; es un asunto de REVELACIÓN (ver las cosas como Dios las ve cuando el velo racional y finito es quitado). Recordemos que el velo en el templo se rasgó en dos de arriba abajo, dejando un acceso que antaño fuera inexpugnable para las profanas visiones de los que no tuvieran una entrada legal al lugar santísimo, según Mateo 27:51. Aquellos que aceptan el testimonio divino pueden certificar que el Padre es veraz; los demás, vivirán siempre en un mar de dudas e insatisfacciones. De allí que el Bautista penetrara en el ámbito celestial con sus escuchas para hacerlos conscientes del lenguaje divinal, y su sentido a través de las edades, invitándolos a trascender mediante el lenguaje inefable que el Señor les proporcionara (2Co.12:4). El Verbo posee la realidad total y perfecta del Padre, y cuando se explana nos hace viajar espiritualmente en la divina contextualidad, y nos hace captar las cosas inherentes al panorama divino y su intento, llenándonos de una realidad tripartita que nos contacta con él a plenitud: "... Esta enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, sabrá si la enseñanza es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta" (Jn.7:16-17). El amoroso Padre puso todas las cosas en las manos del Hijo, y es por eso que el que cree en el Hijo TIENE VIDA ETERNA; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/07/2019 MENSAJE # 3206.
ES ALGO DE SUMO GOZO EL SER INTRODUCIDOS EN LAS VERDADES ESPIRITUALES QUE COMPONEN NUESTRA UNIÓN-FUSIÓN CON EL SEÑOR, EVIDENCIANDO NUESTRA ASOCIACIÓN ESPIRITUAL Y LA SEGURIDAD DE NUESTRO SINO ETERNAL.
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