miércoles, 14 de agosto de 2019

NADA ES TAN IMPORTANTE COMO ESTAR PRESENTES EN EL TIEMPO Y SAZÓN QUE EL PADRE SEPARARA EN SU SOLA POTESTAD PARA QUE SU VOLUNTAD LLEGARA A CULMINAR EN SU BENEPLÁCITO. DIOS LE CONCEDIÓ A JUAN, Y A NOSOTROS POR EXTENSIÓN, EL PARTICIPAR DE ELLO EN EL ESPÍRITU, SIRVIENDO COMO CORRESPONSALES PARA NUESTROS HERMANOS EN NUESTRA GENERACIÓN.

LIMA - PERÚ   LUNES 08 DE JULIO DEL 2019   MENSAJE # 3198

APOCALIPSIS 5:1-7.

"Y vi en la mano derecha de quien estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono".



=== Tras haber discurrido sobre la historia de la Iglesia (con las cartas a siete de ellas: Éfeso, Esmirna, Tiatira, Pérgamo, Sardis, Filadelfia y Laodicea); y ser llamado desde la celeste esfera para que se hiciera parte de la revelación sobre lo que sería después de ello; Juan entra en la célica mansión, donde ve a la Deidad entronada, y a los que están en su presencia para ser testigos presenciales de lo que vendría en lo tocante al panorama redentivo, y al plano profético de lo que el Señor aparejara para la realización de su propósito; algo que omitiremos por razones de espacio; para pasar a disertar sobre nuestro párrafo de un modo directo. Así, pues, tras la adoración universal por los asistentes, pasamos a observar las cosas que el apóstol está apreciando. Él va a focalizar su visión al que está en el trono, quien tiene en su mano derecha un opistógrafo (un rollo escrito por delante y por detrás, y sellado con siete sellos, que simboliza el top secret divinal). El panorama histórico-profético está contenido en él, y el único que tiene la autoridad y el poder para hacer que todo lo que está escrito en él llegue a desarrollarse óptimamente, es el Cordero de Dios, haciéndose responsable de lo que ha de ser, según lo determinado por el Padre. Así como Yahweh creó y diseñó las edades, y les dio un inicio y un concurso dentro de las mismas, cubriendo progresivamente su propósito y garantizando que todo sería conforme a lo predeterminado, así su soberana voluntad se ejecuta para su gloria.


=== El opistógrafo nos muestra la voluntad perfecta de Dios, sin futuras inclusiones y sin exclusiones. El ángel fuerte, inquiere en la celeste esfera sobre la dignidad o el derecho que le asiste a quien se atreva a desatar los sellos; y Juan, que observara lo que acontecía como un silente espectador, se derrumba emocionalmente al ver que no hay respuesta al desafío proclamado por el agente divino, no sabiendo qué pensar ni qué hacer, Ninguno de los que ya habían pasado a la presencia del Padre: patriarcas, profetas, apóstoles; ni María la madre del Señor, quien hallara gracia ante el Padre para cubrir tan honorable rol; ni Pedro. ni Pablo, ni él mismo se acercaron al que estaba sentado en el trono, sintiéndose excluidos por su testimonio interior; pero el abrumado hijo de Zebedeo, escucharía la voz de uno de los ancianos que estuviera atento a los eventos aguardando por la gracia divina, refiriendo que había alguien que sí podía tomar el libro, mirarlo, abrirlo y leerlo; desatando sus sellos uno por uno. Lo extraño es que el anciano habló del León de la tribu de Judá; y cuando Juan lo vio, era un Cordero como inmolado. En el Apocalipsis, que significa QUITAR EL VELO PARA VER LAS COSAS COMO DIOS LAS VE, nos toca adecuarnos a los lentes programables para obtener la perfecta visión que otorga la perfecta interpretación, ajustando nuestra visión a la correcta perspectiva en la que el Padre ejecuta su voluntad, y cubre su bendito propósito y beneplácito. El anciano actuó aquí como lo hace el Espíritu Santo, pidiendo que no nos aceleremos, esperando que el Lucero de la mañana salga en nuestros corazones, y que la plena iluminación nos dé una cierta revelación, descansando en el divino obrar, nunca apriorístico, y siempre preciso.


=== El llanto de Juan, cual una brumosa cascada, le impidió ver el cómo Jesús llegó a aparecer en medio del trono, de los seres vivientes, y de los ancianos; y la figura de aquel Cordero inmolado (más cercano ahora), tenía siete cuernos (plenitud de fuerza y poder), y siete ojos (que son los siete espíritus de Dios descritos en Isaías 11:1 y ss.; enviados por toda la tierra); y que avanzando con paso firme se llega hasta el trono para tomar el libro de la mano derecha de quien lo sujetara, llevando el gozo celestial hasta una total efervescencia, una exultante explosión que anticipara que la voluntad divina se ejecutaría sin más trámite, sintiéndose Juan parte de ese deleite etéreo que, sin ser entendido plenamente por la mente natural, suponía que los planes divinos de larga data (por decirlo de alguna manera) se llevarían a cabo hasta alcanzar el pleno cumplimiento de la voluntad divinal para que el reino divino pasara a ser una realidad trascendente.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    08/07/2019   MENSAJE # 3198

1 comentario:

  1. CUANDO DIOS NOS MUESTRA SU GLORIA, ANTICIPANDO SU OBRAR REDENTOR EN NUESTRO FAVOR, NO PODEMOS MENOS QUE SALTAR DE GOZO AL VER EL RESULTADO DE SU GRACIA. GOCÉMONOS EN SU AMOR.

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