LIMA - PERÚ MARTES 09 DE JULIO DEL 2019 MENSAJE # 3199
NEHEMÍAS 5:1-9.
"Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir. Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano a causa del hambre. Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas,porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros. Y me enojé en gran manera cuando o;i su clamor y estas palabras. Entonces lo medité y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno de vuestro hermano? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis, ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?".
=== El desafío que se le presentara a Nehemías, en su intento por restaurar la nación hebrea es descrito capítulo por capítulo, haciéndonos ver que la tarea era enorme, y que se requería de la mutua colaboración de todos los restauradores, más allá de poner paredes y puertas y cerrojos para protegerse de las naciones que fueran transportadas por los asirios a sus posesiones; los cuales lucieran amigables al inicio, y hostiles después, al querer involucrarse en la reconstrucción de una heredad que no les competía, y donde ellos no tuvieran memoria. El rechazo hebreo, no implicaba menosprecio, sino un compromiso que correspondía sólo al pueblo judío. Muy pronto la oposición de sus vecinos se hizo notoria, con críticas, vejámenes, amenazas, burlas y desprecios; causando en los israelitas una continua zozobra, teniendo que animar constantemente al pueblo para reconstruir la muralla, y restaurar a plenitud el amparo y la protección que se necesitara para estar salvaguardados de la agresividad de todas las naciones circunvecinas, que no simpatizaban con la nación hebrea, y que no querían ver reconstruida la misma. Cada paso que se dio para restaurar Jerusalén fue en medio de grandes adversidades por el enemigo externo; por la crisis anímica, y por la burla de la que eran objeto; cosas todas que habían de ser superadas.
=== Después de superar gradualmente todos aquellos reveses, surgiría el dilema interno, el cual se viera caracterizado por LA USURA, algo que el pueblo judío lleva como un estigma: EL AMOR AL DINERO, EL APROVECHARSE DE LOS MÁS POBRES, LA NATURALEZA INFRATERNA, Y LA DESMESURADA CODICIA QUE LOS DESCALIFICARA COMO PUEBLO DE DIOS. Recordemos que si bien Dios había despertado el espíritu de la nación para la reedificación, sus corazones y sus naturalezas no se habían visto afectadas en el área pecuniaria, mirando a los menos afortunados como a ciudadanos de quinta categoría, como seres explotables, y como la vergüenza de la casa de su Señor; indignos de su misericordia o de algo de compasión (si alguna vez la tuvieron). Cuando estas personas hicieron saber a Nehemías, el gobernador, la razón de sus aflicciones, su estado, y el de sus hijos e hijas; y la pérdida de sus tierras, viñas y olivares, las cuales ya eran de otros; las deudas con la corona, con el pago de impuestos, y con el hambre que padecían por ser sus familias numerosas; el gobernante se quedó pasmado, al saber que sus paisanos no tenían ningún apego a su perspectiva fraterna; y podían ser muchas cosas, menos solidarios; viendo en cada coterráneo pobre a su víctima; nunca a un hermano en desgracia a quien era necesario apoyar: "PRIMERO, DIÑERO". La fama de mezquinos y usureros ha sido siempre su 'sambenito', con honrosas excepciones.
=== Nehemías supo que había que tratar con estos desalmados en la única forma en que ellos entendieran: VIÉNDOSE EXPUESTOS ANTE LOS DEMÁS POR SU CALAÑA. Así, Nehemías mandó venir a los nobles y los oficiales, quienes jamás trataran este punto como algo digno de preocupación, asumiéndolo como algo natural y típico que siempre habría de existir, y que en esta ocasión llegaría a su fin, al levantar Nehemías el estandarte de la fraternidad y la misericordia que debían distinguir al pueblo judío, evidenciando una naturaleza semejante a la del Señor, quien los reuniera con su GRACIA para mostrar la misma a todos sin distinción alguna, cualquiera que fuera su condición. Y así, frente a la interrogante gubernativa, nadie levantó la mirada ni dio respuesta alguna. La asamblea fue CONTRA ESTA GENTE SIN CORAZÓN, emplazándola a justificarse o disculparse; sintiéndose viles, bajos, ruines e indignos de ser llamados judíos. Cuando Nehemías les recuerda al pariente redentor, el que rescata al hermano, les hace ver la antítesis de su naturaleza; y su necesidad de arrepentirse para poder redimir (pagar el precio por un rescate, y sacar del mercado al esclavo mediante ese pago único y final). Esta gente infame se vio obligada a quitar el yugo y las cadenas de la esclavitud, devolviendo la totalidad de lo conseguido mediante la usura, siendo obligados a jurar que lo harían, bajo juicio de maldición si no cumplían con su palabra. Allá afuera el enemigo extranjero amenazaba; aquí adentro el espíritu infraterno hacía otro tanto para agudizar la crisis. ¡Quitémosle ese gravamen a nuestros hermanos!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 09/07/2019 MENSAJE # 3199.
"Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir. Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano a causa del hambre. Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas,porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros. Y me enojé en gran manera cuando o;i su clamor y estas palabras. Entonces lo medité y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno de vuestro hermano? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis, ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?".
=== El desafío que se le presentara a Nehemías, en su intento por restaurar la nación hebrea es descrito capítulo por capítulo, haciéndonos ver que la tarea era enorme, y que se requería de la mutua colaboración de todos los restauradores, más allá de poner paredes y puertas y cerrojos para protegerse de las naciones que fueran transportadas por los asirios a sus posesiones; los cuales lucieran amigables al inicio, y hostiles después, al querer involucrarse en la reconstrucción de una heredad que no les competía, y donde ellos no tuvieran memoria. El rechazo hebreo, no implicaba menosprecio, sino un compromiso que correspondía sólo al pueblo judío. Muy pronto la oposición de sus vecinos se hizo notoria, con críticas, vejámenes, amenazas, burlas y desprecios; causando en los israelitas una continua zozobra, teniendo que animar constantemente al pueblo para reconstruir la muralla, y restaurar a plenitud el amparo y la protección que se necesitara para estar salvaguardados de la agresividad de todas las naciones circunvecinas, que no simpatizaban con la nación hebrea, y que no querían ver reconstruida la misma. Cada paso que se dio para restaurar Jerusalén fue en medio de grandes adversidades por el enemigo externo; por la crisis anímica, y por la burla de la que eran objeto; cosas todas que habían de ser superadas.
=== Después de superar gradualmente todos aquellos reveses, surgiría el dilema interno, el cual se viera caracterizado por LA USURA, algo que el pueblo judío lleva como un estigma: EL AMOR AL DINERO, EL APROVECHARSE DE LOS MÁS POBRES, LA NATURALEZA INFRATERNA, Y LA DESMESURADA CODICIA QUE LOS DESCALIFICARA COMO PUEBLO DE DIOS. Recordemos que si bien Dios había despertado el espíritu de la nación para la reedificación, sus corazones y sus naturalezas no se habían visto afectadas en el área pecuniaria, mirando a los menos afortunados como a ciudadanos de quinta categoría, como seres explotables, y como la vergüenza de la casa de su Señor; indignos de su misericordia o de algo de compasión (si alguna vez la tuvieron). Cuando estas personas hicieron saber a Nehemías, el gobernador, la razón de sus aflicciones, su estado, y el de sus hijos e hijas; y la pérdida de sus tierras, viñas y olivares, las cuales ya eran de otros; las deudas con la corona, con el pago de impuestos, y con el hambre que padecían por ser sus familias numerosas; el gobernante se quedó pasmado, al saber que sus paisanos no tenían ningún apego a su perspectiva fraterna; y podían ser muchas cosas, menos solidarios; viendo en cada coterráneo pobre a su víctima; nunca a un hermano en desgracia a quien era necesario apoyar: "PRIMERO, DIÑERO". La fama de mezquinos y usureros ha sido siempre su 'sambenito', con honrosas excepciones.
=== Nehemías supo que había que tratar con estos desalmados en la única forma en que ellos entendieran: VIÉNDOSE EXPUESTOS ANTE LOS DEMÁS POR SU CALAÑA. Así, Nehemías mandó venir a los nobles y los oficiales, quienes jamás trataran este punto como algo digno de preocupación, asumiéndolo como algo natural y típico que siempre habría de existir, y que en esta ocasión llegaría a su fin, al levantar Nehemías el estandarte de la fraternidad y la misericordia que debían distinguir al pueblo judío, evidenciando una naturaleza semejante a la del Señor, quien los reuniera con su GRACIA para mostrar la misma a todos sin distinción alguna, cualquiera que fuera su condición. Y así, frente a la interrogante gubernativa, nadie levantó la mirada ni dio respuesta alguna. La asamblea fue CONTRA ESTA GENTE SIN CORAZÓN, emplazándola a justificarse o disculparse; sintiéndose viles, bajos, ruines e indignos de ser llamados judíos. Cuando Nehemías les recuerda al pariente redentor, el que rescata al hermano, les hace ver la antítesis de su naturaleza; y su necesidad de arrepentirse para poder redimir (pagar el precio por un rescate, y sacar del mercado al esclavo mediante ese pago único y final). Esta gente infame se vio obligada a quitar el yugo y las cadenas de la esclavitud, devolviendo la totalidad de lo conseguido mediante la usura, siendo obligados a jurar que lo harían, bajo juicio de maldición si no cumplían con su palabra. Allá afuera el enemigo extranjero amenazaba; aquí adentro el espíritu infraterno hacía otro tanto para agudizar la crisis. ¡Quitémosle ese gravamen a nuestros hermanos!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 09/07/2019 MENSAJE # 3199.
LA AVARICIA, LA USURA, LA TACAÑERÍA, SON DISTINTAS EXPRESIONES DE UN AMOR INFRATERNO, DE UN DESMESURADO DESEO POR POSEER RIQUEZAS SIN IMPORTAR EL COSTO, Y APROVECHÁNDOSE DEL INFORTUNIO DE LOS DEMÁS.
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