LIMA - PERÚ DOMINGO 14 DE JULIO DEL 2019 MENSAJE # 3204
LUCAS 1:5-16.
"En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías, cuya esposa Elisabet, era descendiente de Aarón. Ambos eran íntegros delante de Dios y obedecían de manera irreprensible todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril y los dos eran ya muy ancianos. Un día en que Zacarías oficiaba como sacerdote delante de Dios, pues le había llegado el turno de su grupo, le tocó en suerte entrar en el santuario del Señor para ofrecer incienso, conforme a la costumbre del sacerdocio. Mientras se quemaba el incienso, todo el pueblo estaba orando afuera, En eso, un ángel del Señor se le apareció a Zacarías. Estaba parado a la derecha del altar del incienso. Cuando Zacarías lo vio, se desconcertó y le sobrevino un gran temor; pero el ángel le dijo: Zacarías, no tengas miedo, porque tu oración ha sido escuchada. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento, pues ante Dios será un hombre muy importante. No beberá vino ni licor, y tendrá la plenitud del Espíritu Santo desde antes de nacer. Él hará que muchos de los hijos de Israel se vuelvan al Señor su Dios".
=== El doctor Lucas, reconocido historiador de la Iglesia, busca pormenorizar cada detalle de lo que fuera relevante para el pueblo de Dios en lo concerniente al fluir neotestamentario; esto es desde la anunciación del nacimiento del Heraldo intertestamentario, y el modo portentoso en el que el Elías que había de venir fue introducido en el programa divino para la realización ideal del propósito de la Deidad en todo lo concerniente a la gracia, la divina visitación antropomórfica, y el anuncio sobre la inauguración del reino de Dios; haciéndolo paso a paso para que el panorama histórico y profético, fundiera el cielo con la tierra, y fuéramos testigos del divino obrar a su sazón revelándonos dicha vinculación en el espacio y en el tiempo según el previo acuerdo trinitario. Cuando nos detenemos a observar detalladamente el accionar divino, nos damos cuenta de lo valioso que es para él el ordenar las cosas a su sazón, coordinando el obrar espacio-temporal para una total sincronía por las edades, revelando gradualmente su perspectiva, concatenando hechos, ocasiones, circunstancias, individuos y cosas. para ponerle un escenario a la vida, y una locación a cada hecho histórico mientras escribía nuestra historia en el discurrir de su propósito.
=== Y el historiador se remite al centro de adoración de la época para enfocar su visión en la persona de un anciano sacerdote de la orden de Abías que había gemido por años para ser padre, y que se dolía de la esterilidad de su esposa, temiendo que su participación en el sacerdocio llegara a desfasarlo, hasta que vio su opción por sorteo llegar como la mejor noticia de su vida, pues le había llegado la oportunidad de ofrecer el incienso en el lugar santo, y sintiéndose dentro del cielo mismo quiso insistir una vez más por verse incluido dentro de la paternidad, al igual que los miles que ya lo fueran, y que hubieran visto ya un par de generaciones florecer y dejar su huella en la historia del pueblo hebreo para no ser 'una estrella fugaz', o alguien que no siguiera vigente ni siquiera como un vago o remoto recuerdo. En este día especial el cielo se comunicó con la tierra mediante una visita angelical, en una forma querida pero inesperada, sobresaltando el corazón del debutante sacerdotal en el lugar santo mientras el incienso se fuera combustionando. Y el viejo sacerdote se sorprendería ante la visita celestial con las más grandes noticias que jamás esperó que llegaran, y que ahora embotaban sus sentidos hasta el extremo, atemorizándolo por el contacto célico-pedestre.
=== Y la visita de arriba hubo de despejar su temor con una frase serena, y con un mensaje que dejara a Zacarías lleno de consternación, mientras certificaba que su oración de mucho tiempo atrás, con eventuales insistencias al parecer nunca oídas, les fueran referidas por el ángel Gabriel como algo que tenía respuesta en este día tan especial. Los ancianos serían padres, el niño se llamaría Juan, y sería un gran hombre y el mensajero por excelencia del Dios vivo, teniendo la plenitud del Espíritu Santo desde antes de nacer, siendo el Heraldo del Rey de reyes, y el Elías que había de venir, y el postrer profeta arqueotestamentario, e intertestamentario. La interrogante de Zacarías al ángel resultaría irreverente y profana, indicando que su nivel de fe era muy bajo, y la expectativa divina muy alta; pero eso no impediría que el Señor se expresara a su sazón. ¡Cuántos nos parecemos a Zacarías para la recepción! ¡Cuántos quisiéramos que Dios nos dispensara semejante honor con nuestros descendientes!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/07/2019 MENSAJE # 3204.
"En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías, cuya esposa Elisabet, era descendiente de Aarón. Ambos eran íntegros delante de Dios y obedecían de manera irreprensible todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril y los dos eran ya muy ancianos. Un día en que Zacarías oficiaba como sacerdote delante de Dios, pues le había llegado el turno de su grupo, le tocó en suerte entrar en el santuario del Señor para ofrecer incienso, conforme a la costumbre del sacerdocio. Mientras se quemaba el incienso, todo el pueblo estaba orando afuera, En eso, un ángel del Señor se le apareció a Zacarías. Estaba parado a la derecha del altar del incienso. Cuando Zacarías lo vio, se desconcertó y le sobrevino un gran temor; pero el ángel le dijo: Zacarías, no tengas miedo, porque tu oración ha sido escuchada. Tu esposa Elisabet te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Juan. Tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento, pues ante Dios será un hombre muy importante. No beberá vino ni licor, y tendrá la plenitud del Espíritu Santo desde antes de nacer. Él hará que muchos de los hijos de Israel se vuelvan al Señor su Dios".
=== El doctor Lucas, reconocido historiador de la Iglesia, busca pormenorizar cada detalle de lo que fuera relevante para el pueblo de Dios en lo concerniente al fluir neotestamentario; esto es desde la anunciación del nacimiento del Heraldo intertestamentario, y el modo portentoso en el que el Elías que había de venir fue introducido en el programa divino para la realización ideal del propósito de la Deidad en todo lo concerniente a la gracia, la divina visitación antropomórfica, y el anuncio sobre la inauguración del reino de Dios; haciéndolo paso a paso para que el panorama histórico y profético, fundiera el cielo con la tierra, y fuéramos testigos del divino obrar a su sazón revelándonos dicha vinculación en el espacio y en el tiempo según el previo acuerdo trinitario. Cuando nos detenemos a observar detalladamente el accionar divino, nos damos cuenta de lo valioso que es para él el ordenar las cosas a su sazón, coordinando el obrar espacio-temporal para una total sincronía por las edades, revelando gradualmente su perspectiva, concatenando hechos, ocasiones, circunstancias, individuos y cosas. para ponerle un escenario a la vida, y una locación a cada hecho histórico mientras escribía nuestra historia en el discurrir de su propósito.
=== Y el historiador se remite al centro de adoración de la época para enfocar su visión en la persona de un anciano sacerdote de la orden de Abías que había gemido por años para ser padre, y que se dolía de la esterilidad de su esposa, temiendo que su participación en el sacerdocio llegara a desfasarlo, hasta que vio su opción por sorteo llegar como la mejor noticia de su vida, pues le había llegado la oportunidad de ofrecer el incienso en el lugar santo, y sintiéndose dentro del cielo mismo quiso insistir una vez más por verse incluido dentro de la paternidad, al igual que los miles que ya lo fueran, y que hubieran visto ya un par de generaciones florecer y dejar su huella en la historia del pueblo hebreo para no ser 'una estrella fugaz', o alguien que no siguiera vigente ni siquiera como un vago o remoto recuerdo. En este día especial el cielo se comunicó con la tierra mediante una visita angelical, en una forma querida pero inesperada, sobresaltando el corazón del debutante sacerdotal en el lugar santo mientras el incienso se fuera combustionando. Y el viejo sacerdote se sorprendería ante la visita celestial con las más grandes noticias que jamás esperó que llegaran, y que ahora embotaban sus sentidos hasta el extremo, atemorizándolo por el contacto célico-pedestre.
=== Y la visita de arriba hubo de despejar su temor con una frase serena, y con un mensaje que dejara a Zacarías lleno de consternación, mientras certificaba que su oración de mucho tiempo atrás, con eventuales insistencias al parecer nunca oídas, les fueran referidas por el ángel Gabriel como algo que tenía respuesta en este día tan especial. Los ancianos serían padres, el niño se llamaría Juan, y sería un gran hombre y el mensajero por excelencia del Dios vivo, teniendo la plenitud del Espíritu Santo desde antes de nacer, siendo el Heraldo del Rey de reyes, y el Elías que había de venir, y el postrer profeta arqueotestamentario, e intertestamentario. La interrogante de Zacarías al ángel resultaría irreverente y profana, indicando que su nivel de fe era muy bajo, y la expectativa divina muy alta; pero eso no impediría que el Señor se expresara a su sazón. ¡Cuántos nos parecemos a Zacarías para la recepción! ¡Cuántos quisiéramos que Dios nos dispensara semejante honor con nuestros descendientes!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/07/2019 MENSAJE # 3204.
SI AGUARDAMOS UNA MILAGROSA RESPUESTA DE DIOS, REALMENTE; NO NOS ASUSTEMOS CUANDO ÉL NOS RESPONDA A SU SAZÓN, Y NOS DÉ MÁS DE LO QUE ESPERAMOS EN LO NATURAL. ESPEREMOS COSAS SOBRENATURALES.
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