lunes, 29 de abril de 2019

LA ESPLENDIDEZ DE LA LUZ DIVINA, EN LA FAZ DE JESUCRISTO, ES LO QUE HEMOS DE EXPONER, PARA QUE LA GLORIA DE DIOS PUEDA SER VISTA, RECONOCIDA Y ACEPTADA POR TODOS.

LIMA - PERÚ   JUEVES 11 DE ABRIL DEL 2019     MENSAJE # 3109

SEGUNDA DE CORINTIOS 4:1-6.

"Por lo tanto, puesto que por la misericordia de Dios hemos recibido este ministerio, no nos desanimamos; por el contrario, renunciamos a lo oculto y vergonzoso, y no andamos con engaños, ni falseamos la palabra de Dios, sino que por medio de la manifestación de la verdad nos recomendamos a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, lo está entre los que se pierden; pues como ellos no creen, el dios de este siglo les ha cegado el entendimiento para que no resplandezca en ellos la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Nosotros no nos predicamos a nosotros mismos, sino que proclamamos a Jesucristo como Señor, y nos declaramos siervos de ustedes por amor a Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas surgiera la luz, es quien brilló en nuestros corazones para que se revelara el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo".


=== Desde el capítulo 3 el apóstol ha comenzado a defender su ministerio ante la desconfianza del pueblo corintio, la cual fuera motivada por algunos elementos en la grey, los cuales buscaban desautorizar la labor paulina en el plano apostólico, haciendo patente que ellos en Cristo eran su más fehaciente demostración del éxito de su ministerio en la región de Acaya. Las 'credenciales' que después comenzaran a circular para identificar a los genuinos ministerios, no eran necesarios para quien había forjado y plantado iglesias en toda aquella región; y los que vinieran después, aduciendo ser algo o alguien no eran quiénes para exigir semejantes requerimientos, ya que procuraban edificar sobre fundamentos ajenos, y maltrataran a quienes se habían esforzado por fundar y establecer las iglesias que ellos pretendían explotar en ese momento. Ya Pablo había advertido a la gente de Éfeso en Mileto en un retiro ministerial que significara su despedida de las comunidades evangélicas fundadas y sustentadas por él sobre lo que vendría después; y que de ellos mismos surgirían ministros que dispersarían el rebaño; y aunque esto aconteció en una época posterior, vale la pena usarlo como ejemplo para que nos percatemos del espíritu que gobierna a los divisionistas, los cuales se ven en la necesidad de satanizar y cuestionar a los genuinos siervos de Dios, para que surja la desconfianza, y se legitime la separación siguiendo las banderías y las recias personalidades que no temen hacer estas maldades para conseguir sus siniestros fines.


En el párrafo que estamos considerando no vemos a un Pablo soberbio reclamando una posición glorisa entre sus hermanos; sino a alguien que entiende que su posición es obra de la MISERICORDIA DIVINA, y no de su excelente preparación o su impresionante apariencia física o su grandilocuencia, comprendiendo su elección con la humildad que corresponde a los que son puestos en autoridad por el divino favor; y por su gracia extendida para quien caminara en un judaísmo recalcitrante bajo un celo sin ciencia. Toda aquella cascada de insultos y desprecios no tuvo la capacidad de desalentar a Pablo, ni a su equipo ministerial, respondiendo por ellos su integridad, su solvencia moral, y su probada fidelidad al predicar la palabra tal como le fuera revelada; y mostrando la palabra y el poder que correspondieran al evangelio en tiempo real, para que la fe corintia no estuviera cifrada en la sabiduría humana (el deleite helenista) sino en el poder de Dios (1Co.2:5); siendo imposible negar la actividad del plano celeste al ver el divino obrar (Jn.10:25, 37-38). El evangelio no contiene ningún engaño ni falsedades; abriéndose paso la verdad entre la más terca  cerrada oposición. Todas las conciencias humanas se veían coactadas a dar fe de que el obrar apostólico correspondía al divino obrar. Así, pues, todo encubrimiento era causado por el obrar del maligno en las mentes aturdidas de los incrédulos, los cuales se tornaran incapaces de entender la actividad de la Deidad en la figura antropomórfica de Jesús, el Verbo divino.


=== Los que se predican a sí mismos (hay mucho de eso hoy en todas las latitudes), siempre estarán llamando la atención hacia sus personas, sus prodigiosos hechos, su gloria particular, su nombradía; omitiendo mencionar que sin Jesús no son nada. Y es solamente el SEÑORÍO DE JESÚS, lo que garantiza la eficacia en el servicio a los que habrán de ser salvos y heredarán el reino. ¿Qué declara Pablo acerca de sí mismo y de sus compañeros de milicia? Que son SIERVOS DE SUS HERMANOS POR AMOR A JESÚS. Y es cuando somos testigos del esparcimiento de la luz, que la negra obscuridad se ve abatida, dejando que la luz ocupe su espacio para mostrar la realidad del reino divino, haciendo desaparecer las tinieblas hasta no haber ninguna. un brillo de forma acorazonada nos permitirá ver la gloria de Dios, revelando en cada siervo de Dios la presencia del Señor, reconociéndolo en la faz del carpintero de Nazaret; NUESTRO SEÑOR Y NUESTRO DIOS.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    11/04/2019    MENSAJE # 3109

1 comentario:

  1. LA NATURALEZA HUMILDE DE UN VERDADERO MINISTRO DE LA PALABRA ES L DE AQUEL QUE SABE ESCONDER SU ROSTRO COMO UN SERAFÍN, Y PROCLAMA LA SANTIDAD DEL DIOS VIVO COMO LO ÚNICO QUE HAY QUE ADMIRAR.

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