martes, 30 de abril de 2019

UN SENTIDO CLARO DE LA JUSTICIA ARQUEOTESTAMENTARIA, NOS PERMITE VER LA EQUIDAD CON LA QUE DIOS SE CONDUCE AL MOMENTO DE JUZGAR. TENGAMOS CONFIANZA EN LA JUSTICIA DIVINA.

LIMA - PERÚ  VIERNES 12 DE ABRIL DEL 2019    MENSAJE # 3110

SEGUNDA DE SAMUEL 22:26-34.

"Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio, y rígido para con el perverso. Porque tú salvas al pueblo elegido, mas tus ojos están sobre los impíos para abatirlos. Tú eres mi lámpara, oh Yahweh; mi Dios alumbrará mis tinieblas. Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré muros. En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Yahweh. Escudo es a todos los que en él esperan. Porque ¿quién es Dios, sino sólo Yahweh? ¿y qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios es quien me ciñe de fuerza, y quien despeja mi camino; quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas".



=== Este es el cántico de liberación de David, y si seguimos su ritmo y orientación, descubriremos la manera gloriosa en la que él ha mantenido su comunión con la Deidad en cada momento, y el cómo Dios lo ha llevado de la mano para alcanzar todo lo que él había designado para el dulce cantor de Israel, y cuando llega a mencionar el plano de su justicia, nos permite apreciar la divina bondad actuando sobre todas las áreas de su vida. Y al llegar al punto en que se describe el accionar divinal con cada uno de sus siervos, él proclama la equidad sobre todos sin tener preferencia alguna; siendo plenamente equilibrado para con todos y cada uno a su sazón; dando a entender con ello que opera en consecuencia directa con la obediencia y  con  la desobediencia, en una perspectiva directamente proporcional al accionar de cada persona. Las divinas retribuciones, no demuestran favoritismos para con ninguno, y cuando toca aplicar una disciplina, un castigo; o un  reconocimiento positivo que ha de galardonarse por coincidir con los divinos principios; podemos apreciar que Dios es justo hasta el extremo. Así, pues, si nosotros mostramos misericordia o compasión a alguien, el Señor lo ve, y guarda para con nosotros algo semejante, porque nos parecemos a él en pensamiento, en sentimiento y voluntad, calibrando con exactitud los detalles operativos en que nos movemos, mostrando una ajustada manera de obrar que honra a quien representamos, apelando a lo mejor que él ha puesto en nosotros: El deseo de recobrar al caído, perdonar al que se arrepiente, y dar al obstinado recalcitrante el castigo que se merece, con el deseo de que amanezca en él la virtud y la justicia que el Padre propugna a través de sus hechos.



=== La rectitud de ser y de hacer (la justicia como principio, y como capacidad operativa que nos identifica con él), es la que nos permite estar en su presencia con paz interior, y con la confianza de que nuestra comunión con él obedece a que todos nosotros trabajamos en el mismo principio, gozando de su aceptación: "Bien hecho, buen siervo y fiel...". La limpidez aquí mencionada, tiene que ver con la forma de pensar y sentir que rima con el obrar en consecuencia, siguiendo un pensamiento de orden gravitacional, el mismo que se sostiene en nuestra naturaleza tripartita como un PRINCIPIO ESPIRITUAL, ANÍMICO Y FÍSICO, moviéndonos en compañía de la esfera celeste, consintiendo con ella, y obrando en consecuencia. Jesús refería que él hacía lo que le  veía hacer al Padre (Jn.5:19-20. Esto equivalía a lo que afirmaran en su momento Elías y Eliseo, quienes referían que estaban en la presencia de Dios en todo lo que hacían (salvando las enormes distancias entre ellos y el Verbo, pero lo hago para alumbrar entendimientos entre mis lectores). La rigidez o severidad con la que él tratará a los perversos (esto es la maldad repetitiva e impenitente de los tales) corresponderá a los que la buscaran, no pudiendo eludir las consecuencias de su actuar deliberante. Aquí no hay maldad o crueldad en Dios; sino justicia implacable contra los opositores, los mismos que pretenden detener la verdad con su injusticia y su impiedad (Ro.1:18).



=== No es el deseo del Padre el mantener al pueblo en aflicción, o perennizar el sufrimiento, estando su vigilante mirada sobre todo altivo (fanfarrones que creen que pueden detener a Dios, o burlarse de su justicia; no estoy hablando de los fiscales y jueces humanos a quienes puedes coimear a tu regalado gusto para que la maldad triunfe, y los justos sean decepcionados y frustrados; hablo de la divina intervención haciendo justicia a su estilo). Independientemente de lo que parezca estar o no estar pasando, ¡Dios está obrando! Sometámonos a él, y veamos su justicia en acción. Los versos 29-34 componen nuestro panorama profético, y hemos de aferrarnos a ellos con todas las fuerzas de nuestro ser.




EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA     12/04/2019   MENSAJE # 3110.

1 comentario:

  1. LA JUSTICIA DIVINA SIEMPRE HARÁ LO QUE ES EQUITATIVO, PROPORCIONAL Y CONFORME A SU VOLUNTAD SOBERANA. ESTE PÁRRAFO NOS AYUDARÁ A OBSERVAR ESTA AFIRMACIÓN COMO UNA REALIDAD INALTERABLE.

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