LIMA - PERÚ VIERNES 10 DE MAYO DEL 2019 MENSAJE # 3139
LAMENTACIONES 2:1-5.
"¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su furor. Destruyo el Señor, y no perdonó; destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob; echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, humilló al reino y a sus príncipes. Cortó con el ardor de su ira todo el poderío de Israel; retiró de él su diestra frente al enemigo, y se encendió en Jacob como llama de fuego que ha devorado alrededor. Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, y destruyó cuanto era hermoso. En la tienda de la hija de Sión derramó como fuego su enojo. El Señor llegó a ser como enemigo, destruyó a Israel; destruyó todos sus palacios, derribó sus fortalezas. multiplicó en la hija de Judá la tristeza y el lamento".
=== La naturaleza del rebelde y apóstata, no considera en serio las advertencias de la Deidad, y lleno de su orgullo y su engaño, pretende que Dios no hará nada contra los que estimaba como la descendencia de Abraham, su amigo. Aquellos que asumen su relación con Dios en un plano sacrificial y ceremonial; pero no moral; yerran por completo en cuanto a la comunión con él en calidad de socio mayoritario del pacto que comprometiera a dos en todos los sentidos. La suspensión de ciertos derechos a uno de los concertantes, equivalía a un nefasto quebrantamiento de los acuerdos que obligaran a ambos en igualdad de condiciones de modo irrestricto. Si después de estar advertidos, persuadidos y comprometidos, alguno tiene la temeridad de romper el pacto, desobliga al socio del tal, y lo pone en su contra, conforme a lo estipulado en el sentido de guardar absoluta y permanente fidelidad, habiendo ligado sus almas por un juramento de carácter indisoluble y perenne.
=== Y aquí tenemos a la ciudad comprometida con Yahweh por un pacto indisoluble, la cual, por haberlo quebrantado, se hizo acreedora a todas las desgracias que Jeremías nos describe con llanto en los ojos, dolor en el corazón, e impotencia en lo más profundo de su alma. Cuando el amor y la misericordia son desechados por los escogidos, solamente queda el juicio y el castigo; hasta que Dios declare satisfecho su corazón y saciada su ira; no habiendo forma de detener el furor del Padre, causado por la impenitencia y la rebelión de su pueblo, la cual ha de ser castigada hasta el extremo. Dada la naturaleza creativa, justa y restauradora del Padre, todo lo que significara algo para él perdía su valor adjudicado, y se convertía en elemento de desecho, siendo por ello que el templo que hubo en Silo, y el que hubo en Jerusalén fueron destruidos, siendo quemados y desolados por completo, implicando el abandono de la presencia divina entre los que su amor había elegido, y su gracia había reunido para hacerlos su representación. Todo lo simbólico, que suponía la gloria divina sobre la faz de la tierra, fue devastado, perdiendo su capacidad representativa, desapareciendo el lugar de las fiestas solemnes, y la sede donde Dios y su pueblo tenían el contacto que hacía de ellos algo especial para Yahweh.
=== La violencia y la destrucción que sobre los rebeldes operara, fue auspiciada por Dios mismo, dándole al enemigo la potestad de hollar lugares, personas, reyes y sacerdotes. No fue la potencia o la habilidad de los atacantes lo que les dio victoria sobre la nación caída; sino el pecado consentido, la maldad y la perversión de quienes blasfemaron el nombre del Señor, e hicieron abominable su heredad, y sirvieron a otros dioses, practicando la idolatría y las abominaciones que les eran características. Ninguna amonestación, aviso o advertencia, que eran manifestaciones de las muchas misericordias del Padre a pesar de sus abominaciones, logró abatir su rebelión contra el orden instituido, viniendo el juicio ineludible. Cuando se desprecia la gracia divina, y se vilipendia el sagrado nombre que fuera sobre ellos invocado; la ira divina viene con todas sus fuerzas, y desbarata todo lo que se hubiera construido, haciendo que la muerte se enseñoree y proclame su dominio donde antes gobernara la vida. Apelemos a la gracia divina, abandonemos el pecado consentido, y volvámonos a Dios, el cual es amplio en perdonar, recogiéndonos por su misericordia.
EFRAÍN ARTUERO CHÁVEZ ESPARTA 11/05/2019 MENSAJE # 3139.
"¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su furor. Destruyo el Señor, y no perdonó; destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob; echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, humilló al reino y a sus príncipes. Cortó con el ardor de su ira todo el poderío de Israel; retiró de él su diestra frente al enemigo, y se encendió en Jacob como llama de fuego que ha devorado alrededor. Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, y destruyó cuanto era hermoso. En la tienda de la hija de Sión derramó como fuego su enojo. El Señor llegó a ser como enemigo, destruyó a Israel; destruyó todos sus palacios, derribó sus fortalezas. multiplicó en la hija de Judá la tristeza y el lamento".
=== La naturaleza del rebelde y apóstata, no considera en serio las advertencias de la Deidad, y lleno de su orgullo y su engaño, pretende que Dios no hará nada contra los que estimaba como la descendencia de Abraham, su amigo. Aquellos que asumen su relación con Dios en un plano sacrificial y ceremonial; pero no moral; yerran por completo en cuanto a la comunión con él en calidad de socio mayoritario del pacto que comprometiera a dos en todos los sentidos. La suspensión de ciertos derechos a uno de los concertantes, equivalía a un nefasto quebrantamiento de los acuerdos que obligaran a ambos en igualdad de condiciones de modo irrestricto. Si después de estar advertidos, persuadidos y comprometidos, alguno tiene la temeridad de romper el pacto, desobliga al socio del tal, y lo pone en su contra, conforme a lo estipulado en el sentido de guardar absoluta y permanente fidelidad, habiendo ligado sus almas por un juramento de carácter indisoluble y perenne.
=== Y aquí tenemos a la ciudad comprometida con Yahweh por un pacto indisoluble, la cual, por haberlo quebrantado, se hizo acreedora a todas las desgracias que Jeremías nos describe con llanto en los ojos, dolor en el corazón, e impotencia en lo más profundo de su alma. Cuando el amor y la misericordia son desechados por los escogidos, solamente queda el juicio y el castigo; hasta que Dios declare satisfecho su corazón y saciada su ira; no habiendo forma de detener el furor del Padre, causado por la impenitencia y la rebelión de su pueblo, la cual ha de ser castigada hasta el extremo. Dada la naturaleza creativa, justa y restauradora del Padre, todo lo que significara algo para él perdía su valor adjudicado, y se convertía en elemento de desecho, siendo por ello que el templo que hubo en Silo, y el que hubo en Jerusalén fueron destruidos, siendo quemados y desolados por completo, implicando el abandono de la presencia divina entre los que su amor había elegido, y su gracia había reunido para hacerlos su representación. Todo lo simbólico, que suponía la gloria divina sobre la faz de la tierra, fue devastado, perdiendo su capacidad representativa, desapareciendo el lugar de las fiestas solemnes, y la sede donde Dios y su pueblo tenían el contacto que hacía de ellos algo especial para Yahweh.
=== La violencia y la destrucción que sobre los rebeldes operara, fue auspiciada por Dios mismo, dándole al enemigo la potestad de hollar lugares, personas, reyes y sacerdotes. No fue la potencia o la habilidad de los atacantes lo que les dio victoria sobre la nación caída; sino el pecado consentido, la maldad y la perversión de quienes blasfemaron el nombre del Señor, e hicieron abominable su heredad, y sirvieron a otros dioses, practicando la idolatría y las abominaciones que les eran características. Ninguna amonestación, aviso o advertencia, que eran manifestaciones de las muchas misericordias del Padre a pesar de sus abominaciones, logró abatir su rebelión contra el orden instituido, viniendo el juicio ineludible. Cuando se desprecia la gracia divina, y se vilipendia el sagrado nombre que fuera sobre ellos invocado; la ira divina viene con todas sus fuerzas, y desbarata todo lo que se hubiera construido, haciendo que la muerte se enseñoree y proclame su dominio donde antes gobernara la vida. Apelemos a la gracia divina, abandonemos el pecado consentido, y volvámonos a Dios, el cual es amplio en perdonar, recogiéndonos por su misericordia.
EFRAÍN ARTUERO CHÁVEZ ESPARTA 11/05/2019 MENSAJE # 3139.
LA GENUINA ADORACIÓN ES EN ESPÍRITU Y EN VERDAD. ELLA ES LA QUE NOS UNE A DIOS DE FORMA INDISOLUBLE, BENDITA Y PERFECTA; LIGÁNDONOS A ÉL EN LA FORMA POR ÉL INDICADA.
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