viernes, 31 de mayo de 2019

LA IMPORTANCIA Y LA VIGENCIA DEL ANDAR EN LA LUZ Y LA VERDAD, COMO UNA MANIFESTACIÓN DE LA GLORIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA DIARIA.

LIMA - PERÚ   SÁBADO 11 DE MAYO DEL 2019   MENSAJE # 3140

SEGUNDA DE JUAN  2-7.

"Gran regocijo me ha causado el hallar algunos de tus hijos andando en la verdad y conforme al mandamiento que recibimos del Padre.Ahora, señora, te ruego que nos amemos unos a otros. Pero no como si te escribiera un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio. Éste es el amor: que andemos según sus mandamientos. Y éste es el mandamiento: que ustedes anden en amor, como desde el principio lo han oído. Porque muchos engañadores han salido por el mundo, los cuales no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Éstos son engañadores, son el anticristo". 


=== Esta salutación, como ya lo viéramos en mensajes anteriores, obedecía a cierto grado de prudencia para evitar posibles interceptaciones por el gobierno hostil al evangelio. Luego, el apóstol se circunscribe el plano de la verdad (Cristo dijo que él era la Verdad, y que ésta los haría libres); aunque aquí la referencia es a la Verdad como el cuerpo doctrinal que hace de la Iglesia lo que es, trayendo la conciencia pactual al corazón y la mente de cada uno de los discípulos, lo cual se traduce en un correcto ANDAR EN LA VERDAD, conforme al mandamiento que se recibiera de parte del Padre, componiendo ello nuestra milicia célico-pedestre. La Verdad, según lo que Juan regula aquí, es una realidad permanente e inmutable, siendo el principio en el que debemos vivir, andar y ser, porque ello compone nuestra realización como hijos de Dios. Y como siempre, Juan, pronunciará la bendición del Padre y del hijo, porque esta realidad dual es sustentada por la labor espiritual del Paracleto, el Espíritu Santo en su fluir laboral trino. ¡Aleluya! La bendición apostólica incluye la verdad y el amor en esa unidad binaria con la que Dios siempre actúa: La Verdad, como la esencia, y el Amor, como la divina manifestación de la realidad que nos embarga; hasta constituirnos en la fuente rebosante que sacia la sed del Altísimo en quienes lo anhelan.

=== Al referirse a algunos de los discípulos andando en la Verdad; vale decir en una abierta manifestación de su fe en todo su obrar como una básica premisa, el apóstol se regocija, y como él mismo lo refrenda: conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Estas dos características son las que definen el divino fluir actuando poderosamente en cada creyente, quienes acatan dócilmente el mandato divino, estando al incondicional servicio de la Deidad. Sin embargo, el apóstol insiste en que ello persista inalterablemente, haciendo algo así como una RENOVACIÓN DEL PACTO. Y aquí, Juan, define el amor como un continuo andar y permanecer en los mandamientos (ésta es la forma en la que damos fe de la realidad espiritual y eterna que vive, permanece y actúa en nosotros). Y luego, Juan le da vuelta a su afirmación, solicitándonos que ANDEMOS EN AMOR. Es así que el punto de partida se transforma en meta; y la meta, en punto de partida; aplicándolo indistintamente, pero manteniéndonos en el mismo principio.


=== Y ahora, el apóstol nos refiere que hemos de ser muy cautelosos con lo que oímos y vemos, porque el afán de los falsos maestros es introducir sus herejías en un modo sutil, tenue y translúcido; de modo que sus estrategias pasen inadvertidas ante los ojos de los creyentes bisoños o neófitos, sorprendiéndolos con sus sofismas (razones aparentes con las que se quiere defender lo falso), promoviendo entre los creyentes de ascendencia helenista la curiosidad y afán por las novedades. Recordemos que los principios gnósticos, sugieren que: 

(1) El conocimiento postulado por ellos, es superior a la fe sencilla. La gnosis supera la pistis. (La gnosis es fabulación gnóstica; la fe es revelación divina).

(2) Que el sentido alegórico es más importante que el literal, lo que sólo es entendido por una élite de iniciados y supuestos poseedores de una iluminación especial. Los gnósticos siempre presentan su forma de pensar como algo de divino cuño; como algo de naturaleza superior, invitando a los neófitos a superarse y endiosarse). (Véase Romanos 12:3 y Filipenses 2:3).


(3) Que la materia es mala, pero moralmente neutral (licencia para pecar). Que no fue creada por Dios, como ningún otro mal en este mundo (como factores exógenos que ni hacen bien ni mal). (Véase 2Co.5:10).

(4) Que la ENCARNACIÓN  es imposible (su tremendo caballito de batalla), pues les repugna que la Deidad se una a un cuerpo material, aduciendo que el cuerpo de Cristo no era real, sino aparente (Véase 1Jn.4:16).

(5) Que la luz del conocimiento es más importante que la virtud de la conducta (tu conocimiento disculpa tus desviaciones de todo orden; por eso son tan degenerados
y estrafalarios). (Véase Tito 2:11-13)

(6) Que como la materia no guarda relación con la moral, no importa lo que se hace mediante el cuerpo (Por eso la inmoralidad y la tergiversación de lo creado por Dios resulta inconsecuente para ellos) (Véase Romanos 1:18-32)


. Éstos son los engañadores, y el anticristo.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    11/05/2019   MENSAJE # 3140.

1 comentario:

  1. NUESTRA REALIDAD ESPIRITUAL HA DE MANTENERSE VIGENTE, TANTO EN NUESTROS CORAZONES COMO EN NUESTRO ANDAR, RECHAZANDO TODO ENGAÑO QUE EL ENEMIGO NOS QUIERA PRESENTAR EN LA FORMA QUE SEA.

    ResponderEliminar