domingo, 2 de junio de 2019

LA AUTORIDAD DEL SONIDO DE LA TROMPETA, EQUIVALE A LA RESPONSABILIDAD DE QUIEN LA OYE Y ACATA; O SE NIEGA A APERCIBIRSE, RECIBIENDO EN SÍ MISMOS LA RETRIBUCIÓN CORRESPONDIENTE.

LIMA - PERÚ   DOMINGO 12 DE MAYO DEL 2019  MENSAJE # 3141

EZEQUIEL 33:1-9.

"Vino a mí palabra de Yahweh, diciendo: Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere salvará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya, A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere impío: Impío de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado; pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú librarás tu vida".


=== Son muchas las ocasiones en que la palabra de Yahweh vino a Ezequiel, y que éste las compartió de primera mano, porque esa era su función como profeta. Y en este párrafo, el Padre toma como ejemplo de responsabilidad y compromiso al hombre que es puesto como un ATALAYA O CENTINELA para guardar la integridad de la nación hebrea, advertirla y ponerla a salvo de cualquier peligro; así como de anticipar cualquier evento que viniera sobre ellos, positivo o negativo, para lo cual era ubicado en una torre alta que le sirviera como otero, de modo que pudiera captar el horizonte a gran distancia hacia los cuatro puntos cardinales, sirviendo de ojos  a todos los habitantes de la ciudad, para las alarmas, alertas y advertencias, apercibiendo a todos  del diario acontecer. Le corresponde al ministerio profético esa función. De allí que nuestros ojos ocupen la más alta posición en nuestros cuerpos, suponiendo un privilegio y una responsabilidad. Recordemos también que al que ahora se le llama profeta, era llamado vidente con anterioridad (1S.9:9).


=== El ministerio profético es aquí presentado en una forma sencilla y práctica, para lo cual se indica su rol y compromiso, el cual está asociado a Dios y su cobertura para con su pueblo elegido. Cabe acotar que el Señor refiere que es e'l quien trae la espada, implicando que lo hace como un juicio contra los desobedientes y rebeldes, y lo que él pone para salvaguardar la integridad de sus escogidos, y el hecho de que la fidelidad del vigía debe ser reconocida por quienes lo aparten para su función, ya que serán ellos los que lo elijan para asegurar la estabilidad social, y para preservar sus vidas en  casos de emergencia, siendo ella su función más específica. La  vida del centinela estaba ligada a su trompeta de atalaya, y por sus sonidos habían de interpretarse sus mensajes. La espada era mensajera de muerte violenta, y cada uno debía saber cómo actuar cuando la trompeta sonara en señal de alarma, alertando al defensor, causando movimientos previamente ensayados para subir a la muralla, para parapetarse, para refugiarse, y para disponerse a la defensa de la ciudad y de sus habitantes. Así como el profeta usa la palabra de edificación, exhortación y consuelo; para traer a la grey al sentido ideal de su oportuna reflexión y las debidas actualizaciones; así fluía la trompeta del atalaya, marcando los tiempos y compases de la  vida cotidiana de la ciudad amurallada.


=== También se nos refiere que la fe viene por el oír, y el oír, la palabra de Dios (Ro.10:17). De modo análogo, el apercibimiento de los que están atentos, los hará aptos para preservar sus vidas. Lo mismo pasa con los que acatan dócilmente la enseñanza, y se apartan del mal, y se vuelven al Señor, preservando sus vidas al apercibirse, entendiendo el sonido de la trompeta. Si al sonar ésta, el renuente no se apercibe, morirá por su pecado, y el vigía quedará exento de culpa. Pero si el vigía no hace sonar la trompeta, y alguien sale herido o muerto, será su responsabilidad al omitir el oportuno aviso para con todos o para con algún individuo. Y Yahweh le dice a Ezequiel que él ha sido puesto por atalaya a la casa de Israel, y lo describe así: "A ti hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestará de mi parte" (v.7). Y luego se ocupa del plano individual, dando al desobediente la pauta para que se arrepienta, y si hace caso omiso, morirá por su pecado; mas el vigía resultará inocente al haber cubierto su responsabilidad; pero en caso contrario; si el ministro no cubre su labor espiritual competente, él llevará su pecado, y Dios le hará la demanda pertinente, castigándolo como corresponde. La responsabilidad del individuo y la del vigilante están compartidas, habiendo de dar cuenta por cada uno ante la Deidad.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    132/05/2019   MENSAJE # 3141.

1 comentario:

  1. LA CARGA DEL VIGILANTE O ATALAYA ES SEMEJANTE A LA QUE TIENE EL PROFETA PARA EL PUEBLO DE DIOS, SIENDO EL PRIMERO QUE OIRÁ Y VERÁ LOS EVENTOS QUE HABRÁN DE CUMPLIRSE, ANTICIPANDO TODO ELLO PARA ESTAR ALERTAS Y DISPUESTOS.

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