LIMA - PERÚ VIERNES 24 DE MAYO DEL 2019 MENSAJE # 3153
JONÁS 2:1-10.
"Entonces oró Jonás a Yahweh su Dios desde el vientre del gran pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Yahweh, y él me oyó. Desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre, mas tu sacaste mi vida de la sepultura, oh Yahweh Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Yahweh, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Yahweh. Y mandó Yahweh al gran pez, y vomitó a Jonás en tierra".
===Tras la comunicación de Yahweh a Jonás, su siervo en el plano profético, éste huyó hacia el otro extremo del lugar a donde se le enviara: Tarsis (identificada por muchos como España), procurando huir de la presencia divina, y de la responsabilidad que le cabía tras la comisión dada por la Deidad. Jonás no era un profeta novel; sino alguien que ya había sido utilizado por Yahweh para otros casos, habiendo en el un relativo conocimiento sobre la base de sus comunicaciones; y fue este entendimiento lo que le hacía presentir el resultado de profetizarle a Nínive (Véase Jonás 4:1-2), y el profeta no quería verse involucrado en ello, esperando la destrucción de aquella nación perversa y brutal, que tanto daño hiciera en todas partes, ganándose el odio y el rencor de sus vecinos, quienes fueran muchas veces invadidos por las hordas ninivitas en su afán insaciable por riquezas y poder, y por el placer que le causaba la hegemonía sobre todos los habitantes del Mediterráneo. y Jonás no consideró su negativa a obedecer la consigna divina como un pecado, sino como un acto patriótico que sus compatriotas quizás valoraran, o tal vez no. Pero él asumía su escape a Tarsis como una legítima insurgencia ante una Deidad que no iba a actuar como un judío belicista; sino que actuaría en su fase redentora; algo que los judíos asumían como un derecho exclusivo de la nación elegida, y DE NADIE MÁS.
=== El profeta de sueño pesado (Jon.1:6); y que pidió que lo echaran al mar para que el tal se aquietase: ¿Por qué no se tiró por la borda él mismo? Esa gente buscó la forma de salvarlo y salvarse; hasta que se convenció que su acto obedecía a una orden divinal que había de ser ejecutada irremediablemente. En medio de una orden pural de perdón por lo que podría pasarle al pasajero judío, procedieron a lanzarlo al mar, el cual se aquietó al instante, reconociendo en Yahweh un poder que ninguno de sus falsos dioses podría replicar jamás. Y aquí tenemos al terco Jonás en la zona VIP del gran pez, con setentidós horas para reflexionar en un viaje submarino que su más fecunda imaginación no podría imaginar. Y fue en ese soliloquio que el profeta comenzó a meditar, e invocó el nombre del Dios que nunca estuvo lejos, oyéndolo atentamente. Y desde lo que Jonás supuso su sepulcro, el profeta intuía la divina presencia; y en medio de su húmeda experiencia, pudo apreciar el ir y venir del mar, sintiendo que todas las ondas y las olas pasaran por él, mientras rumiara su estulticia. Nótese luego el lenguaje depresivo percibiendo su cercana muerte, para luego contradecirse, arguyendo que volvería a ver a Yahweh en su santo templo. Los súbitos tragos de agua del enorme pez, le hacían sentir salobre el gusto salado del mar, mientras las corrientes marinas iban siendo surcadas hacia su destino allá en Nínive.
=== El profundo descenso le hacía saber cómo era el mar en sus entrañas, en sus giros súbitos, y en la hediondez y sofocos que le tocara experimentar, haciéndolo desfallecer, mas transportándolo hacia la celeste esfera, desde donde Dios lo alentara, devolviéndole la confianza y la certeza que le permitieran alabar a Yahweh y ofrecerle sacrificios, hasta cubrir sus deudas con la Deidad, brotadas en sus momentos de desesperación, y cuando conoce que la salvación es de Yahweh, recibe como recompensa el salir vomitado del gran pez en las playas ninivitas, donde el Padre le reasignaría para su labor por la despiadada Nínive, algo que le permitiría a Jonás conocer algo más del Redentor en su función recobradora. ¡Cuánto nos falta conocer de ti, oh Señor!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/05/2019 MENSAJE # 3153
"Entonces oró Jonás a Yahweh su Dios desde el vientre del gran pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Yahweh, y él me oyó. Desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, rodeóme el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre, mas tu sacaste mi vida de la sepultura, oh Yahweh Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Yahweh, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Yahweh. Y mandó Yahweh al gran pez, y vomitó a Jonás en tierra".
===Tras la comunicación de Yahweh a Jonás, su siervo en el plano profético, éste huyó hacia el otro extremo del lugar a donde se le enviara: Tarsis (identificada por muchos como España), procurando huir de la presencia divina, y de la responsabilidad que le cabía tras la comisión dada por la Deidad. Jonás no era un profeta novel; sino alguien que ya había sido utilizado por Yahweh para otros casos, habiendo en el un relativo conocimiento sobre la base de sus comunicaciones; y fue este entendimiento lo que le hacía presentir el resultado de profetizarle a Nínive (Véase Jonás 4:1-2), y el profeta no quería verse involucrado en ello, esperando la destrucción de aquella nación perversa y brutal, que tanto daño hiciera en todas partes, ganándose el odio y el rencor de sus vecinos, quienes fueran muchas veces invadidos por las hordas ninivitas en su afán insaciable por riquezas y poder, y por el placer que le causaba la hegemonía sobre todos los habitantes del Mediterráneo. y Jonás no consideró su negativa a obedecer la consigna divina como un pecado, sino como un acto patriótico que sus compatriotas quizás valoraran, o tal vez no. Pero él asumía su escape a Tarsis como una legítima insurgencia ante una Deidad que no iba a actuar como un judío belicista; sino que actuaría en su fase redentora; algo que los judíos asumían como un derecho exclusivo de la nación elegida, y DE NADIE MÁS.
=== El profeta de sueño pesado (Jon.1:6); y que pidió que lo echaran al mar para que el tal se aquietase: ¿Por qué no se tiró por la borda él mismo? Esa gente buscó la forma de salvarlo y salvarse; hasta que se convenció que su acto obedecía a una orden divinal que había de ser ejecutada irremediablemente. En medio de una orden pural de perdón por lo que podría pasarle al pasajero judío, procedieron a lanzarlo al mar, el cual se aquietó al instante, reconociendo en Yahweh un poder que ninguno de sus falsos dioses podría replicar jamás. Y aquí tenemos al terco Jonás en la zona VIP del gran pez, con setentidós horas para reflexionar en un viaje submarino que su más fecunda imaginación no podría imaginar. Y fue en ese soliloquio que el profeta comenzó a meditar, e invocó el nombre del Dios que nunca estuvo lejos, oyéndolo atentamente. Y desde lo que Jonás supuso su sepulcro, el profeta intuía la divina presencia; y en medio de su húmeda experiencia, pudo apreciar el ir y venir del mar, sintiendo que todas las ondas y las olas pasaran por él, mientras rumiara su estulticia. Nótese luego el lenguaje depresivo percibiendo su cercana muerte, para luego contradecirse, arguyendo que volvería a ver a Yahweh en su santo templo. Los súbitos tragos de agua del enorme pez, le hacían sentir salobre el gusto salado del mar, mientras las corrientes marinas iban siendo surcadas hacia su destino allá en Nínive.
=== El profundo descenso le hacía saber cómo era el mar en sus entrañas, en sus giros súbitos, y en la hediondez y sofocos que le tocara experimentar, haciéndolo desfallecer, mas transportándolo hacia la celeste esfera, desde donde Dios lo alentara, devolviéndole la confianza y la certeza que le permitieran alabar a Yahweh y ofrecerle sacrificios, hasta cubrir sus deudas con la Deidad, brotadas en sus momentos de desesperación, y cuando conoce que la salvación es de Yahweh, recibe como recompensa el salir vomitado del gran pez en las playas ninivitas, donde el Padre le reasignaría para su labor por la despiadada Nínive, algo que le permitiría a Jonás conocer algo más del Redentor en su función recobradora. ¡Cuánto nos falta conocer de ti, oh Señor!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 24/05/2019 MENSAJE # 3153
LAS DIVINAS ASIGNACIONES HAN DE SER ADMITIDAS DE ACUERDO A LO QUE DICE DIOS, Y NO SEGÚN NUESTROS CONSIDERANDOS. APRENDAMOS A SER DÓCILES SIERVOS DE DIOS, Y DEJ'[EOSLE A ÉL LOS RESULTADOS.
ResponderEliminarRealmente cuando hemos tenido problemas en la vida, enfermedad nos hemos podido sentir cómo Jonas
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