LIMA - PERÚ JUEVES 30 DE MAYO DEL 2019 MENSAJE # 3159
HABACUC 2:1-4.
"Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. Y Yahweh me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ellas. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hasta el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. He aquí que aquel cuya alma no es justa, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá".
=== En el primer capítulo el profeta se comunica con Dios en un estado de perplejidad, sintiéndose genuinamente consternado al ver su inacción ante toda la injusticia y la maldad que acontece entre los suyos; y su reporte ante Dios lleva el sello de una queja formal, de un estado de indignación frente a la pasividad divina. Todos pasamos por momentos así, más aún si pertenecemos al pueblo de Dios que lo tiene a él como justo, y como un firme castigador de la maldad, cuanto más si se pertenece a la casta profética, con la cual Dios se comunicara diariamente, mostrándole sus hechos y sus determinaciones. Cabe acotar que lo que describe Habacuc se asemeja mucho a lo que acontece en mi país en este tiempo, con una clase política que exhibe sus maldades sin temer las consecuencias, blindándose en su mayoría parlamentaria, y con la inmunidad que no es otra cosa que impunidad para hacer lo malo amparados por las leyes que ellos mismos fabrican y evacúan con el afán de mantenerse en el poder, llenándose de riquezas mal habidas, y mofándose de todo el pueblo peruano, que mira sus pérfidos procederes avalados por el voto que ellos le dieron en su estulticia política. Frente a ello, ¿qué podemos hacer?Remitirnos al Señor para que los tales sean juzgados, implorando su misericordia.
=== Casi todas las veces que los profetas comparten sus visiones se habla de cargas divinas que han de ser compartidas; pero en ese caso, vemos a un profeta quejoso que se extraña de la indolencia celeste frente al escandaloso espectáculo que ven sus ojos. Se necesitaba una respuesta del Señor, ¡Y Dios le dio lo que pedía! el Padre le mostró que no estaba desconcentrado; sino que estaba actuando dinámicamente, preparando un castigo que la nación hebrea no olvidaría, dada su reciedumbre. Y el profeta observaba asustado el tropel de aquellos invasores caldeos, cuya maldad y sadismo al actuar era conocida y temida por todos. La soberbia los coronaba, y su jactancia, asumiendo que ellos eran el contingente más poderoso, feroz y victorioso que el mundo hubiera conocido hasta entonces. La fatuidad de los tales sirvió al propósito divino para castigar a los perversos en la nación judía, y Dios ya les tenía preparado un juicio por sus opresiones y sus crímenes; y los que se consideraban el ejército más formidable, se verían posteriormente atacados por las alianzas de los pueblos que antaño hubieran sido sus víctimas.
=== El profeta estuvo atento al divino fluir, y supo que Dios aparejaba muy sutilmente lo que vendría a futuro, tanto a la nación impenitente, como a los depredadores tan perversos y abusivos. Y luego el Señor lleva al profeta al enfoque de su accionar, y de quienes serán los protagonistas de todo ello: ¿A quiénes se referirá? A la gente de fe, quienes a despecho de lo que puedan ver siguen firmes en sus corazones, confiando en la justicia divina, y en la aplicación de la misma para herir a los culpables, sin tocar a los inocentes, los cuales gimen y claman por lo que está pasando, y no dudan ni por un instante en que Dios actuará, haciendo uso de una paciencia que compone su esperanza, esperando que el Padre se muestre. El orgullo de los pecadores hebreos, y del ejército que viene a castigarlos punitivamente, nos muestra su falta de rectitud y su falta de temor de Dios; en contraposición, la gente de fe se ubica bajo las alas del buen Redentor, y aguarda confiada su bondad, confesando su certeza en medio de las crisis que se están presentando. ¿Cuál sería nuestra actitud?
"Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. Y Yahweh me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ellas. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hasta el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. He aquí que aquel cuya alma no es justa, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá".
=== En el primer capítulo el profeta se comunica con Dios en un estado de perplejidad, sintiéndose genuinamente consternado al ver su inacción ante toda la injusticia y la maldad que acontece entre los suyos; y su reporte ante Dios lleva el sello de una queja formal, de un estado de indignación frente a la pasividad divina. Todos pasamos por momentos así, más aún si pertenecemos al pueblo de Dios que lo tiene a él como justo, y como un firme castigador de la maldad, cuanto más si se pertenece a la casta profética, con la cual Dios se comunicara diariamente, mostrándole sus hechos y sus determinaciones. Cabe acotar que lo que describe Habacuc se asemeja mucho a lo que acontece en mi país en este tiempo, con una clase política que exhibe sus maldades sin temer las consecuencias, blindándose en su mayoría parlamentaria, y con la inmunidad que no es otra cosa que impunidad para hacer lo malo amparados por las leyes que ellos mismos fabrican y evacúan con el afán de mantenerse en el poder, llenándose de riquezas mal habidas, y mofándose de todo el pueblo peruano, que mira sus pérfidos procederes avalados por el voto que ellos le dieron en su estulticia política. Frente a ello, ¿qué podemos hacer?Remitirnos al Señor para que los tales sean juzgados, implorando su misericordia.
=== Casi todas las veces que los profetas comparten sus visiones se habla de cargas divinas que han de ser compartidas; pero en ese caso, vemos a un profeta quejoso que se extraña de la indolencia celeste frente al escandaloso espectáculo que ven sus ojos. Se necesitaba una respuesta del Señor, ¡Y Dios le dio lo que pedía! el Padre le mostró que no estaba desconcentrado; sino que estaba actuando dinámicamente, preparando un castigo que la nación hebrea no olvidaría, dada su reciedumbre. Y el profeta observaba asustado el tropel de aquellos invasores caldeos, cuya maldad y sadismo al actuar era conocida y temida por todos. La soberbia los coronaba, y su jactancia, asumiendo que ellos eran el contingente más poderoso, feroz y victorioso que el mundo hubiera conocido hasta entonces. La fatuidad de los tales sirvió al propósito divino para castigar a los perversos en la nación judía, y Dios ya les tenía preparado un juicio por sus opresiones y sus crímenes; y los que se consideraban el ejército más formidable, se verían posteriormente atacados por las alianzas de los pueblos que antaño hubieran sido sus víctimas.
=== El profeta estuvo atento al divino fluir, y supo que Dios aparejaba muy sutilmente lo que vendría a futuro, tanto a la nación impenitente, como a los depredadores tan perversos y abusivos. Y luego el Señor lleva al profeta al enfoque de su accionar, y de quienes serán los protagonistas de todo ello: ¿A quiénes se referirá? A la gente de fe, quienes a despecho de lo que puedan ver siguen firmes en sus corazones, confiando en la justicia divina, y en la aplicación de la misma para herir a los culpables, sin tocar a los inocentes, los cuales gimen y claman por lo que está pasando, y no dudan ni por un instante en que Dios actuará, haciendo uso de una paciencia que compone su esperanza, esperando que el Padre se muestre. El orgullo de los pecadores hebreos, y del ejército que viene a castigarlos punitivamente, nos muestra su falta de rectitud y su falta de temor de Dios; en contraposición, la gente de fe se ubica bajo las alas del buen Redentor, y aguarda confiada su bondad, confesando su certeza en medio de las crisis que se están presentando. ¿Cuál sería nuestra actitud?
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 30/05/2019 MENSAJE # 3159
ESTA PORCIÓN DE LA PALABRA NOS LLEVA DE LA INCERTIDUMBRE AL CONOCIMIENTO EN TIEMPO REAL DE LO QUE DIOS VIENE HACIENDO, Y HARÁ. NUESTRA FE ES IMPRESCINDIBLE PARA CAPTAR TODOS LOS EFECTOS DE PRINCIPIO A FIN. ESPEREMOS, VENDRÁ.
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