LIMA - PERÚ JUEVES 16 DE MAYO DEL 2019 MENSAJE # 3145
OSEAS 6:1-6.
"Venid y volvamos Yahweh; porque él arrebató, y nos curará; hirió y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Yahweh; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y la temprana a la tierra. ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece. Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale. Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos".
=== Desde que Dios comenzó a hablar con Oseas, condicionando las respuestas de cada vaso útil a su sazón, se nos muestra que detrás de cada llamado había una misión y una definida intención. Dios conocía el corazón, la mente y la reacción de cada uno de sus siervos, aparejando sus corazones para responder a sus consignas en la medida de su necesidad, maravillándonos al ver como cada siervo suyo contestara a sus peticiones y ordenanzas; tanto en una forma tan negativa como Jonás; tan tímida como Jeremías; tan comprometida como la de Isaías; o tan elusiva como la de Moisés; y tan sumisa e incondicional como la de Oseas, quien no se inmutara ni inquiriera nada respecto a su ordenanza, acatando dócilmente la misma, entendiendo su PANORAMA REPRESENTATIVO, el cual obedeciera sin dudas y sin murmuraciones; algo que con dificultad y hasta con renuencia pasaría entre nosotros. Cuando nos transportamos con el profeta en sus consignas, vemos que él entendía el corazón de Dios para amar a una mujer infiel, no por cobardia o debilidad; sino porque él valoraba su pacto y su compromiso, y el bendito sentir de su corazón poseía una carga mucho mayor de piedad y compasión que el del orgullo herido o la vanidad estropeada ante los ojos de terceros. La unidad binaria deteriorada sólo puede verse revertida por un corazón amante que comprendiera su pacto muy por encima del dolor de sus heridas y el desprecio que le fuera mostrado en su intento por redimir a quien no considerara la fidelidad como una virtud inalterable.
=== Los capítulos anteriores nos han permitido apreciar a un Dios justo, el cual no tiene por inocente al culpable, que premia al justo y bendice y aparta al obediente, y que hace juicio sin misericordia contra el perverso e impenitente, aplicando siempre la ley de la proporcionalidad. El corazón del Padre fue triturado por una nación rebelde y perversa, que no admitiera el arrepentimiento de la inconducta que celebrara como su proscrita naturaleza, por lo cual había de sufrir toda la desolación que mereciera, y en medio de todo ello, la inocultable muestra de generosidad que la misericordia divina preparara allende los tiempos. Al penetrar en este capítulo, y después de tratar el pecado de su pueblo conforme a su justicia, el Señor postula su gran misericordia, yéndose a su lugar mientras espera a la veleidosa nación hebrea. Y en el capítulo 6, él ministra su gloriosa naturaleza redentora, la cual responde al arrepentimiento con la ternura de una nodriza para con todos los que a él se vuelven, haciendo notoria la necesidad de una vida de resurrección, correspondiendo así a su tremenda pecaminosidad. No era, pues, el borrón y la cuenta nueva; sino una recreación lo que la nación necesitara, pues solamente loa valores trascendentes de la vida nueva podrían darle a los 'resucitados' la posibilidad de una nueva relación basada en mejores promesas, revelándonos la necesidad de un NUEVO PACTO; porque todos los sacrificios no hacían sino prorrogar esa piedad que durara lo que dura una flor, o las nubes mañaneras. o el rocío madrugador que se desvaneciera como una ilusión.
=== La palabra profética no podía ocultar el valor de esta redención, hacendo notorio que su duración traería la justicia perdurable; y no una simple disculpa o excusa que se extinguiría en breve. Y cuando el Padre revela que demandaba misericordia, y no sacrificios constantes; EXIGÍA UN CAMBIO DEFINITIVO. La sangre derramada una y otra vez, no era símbolo del adecuado arrepentimiento; sino de buscar la resignación divina ... ¡Así somos, pues, aguántanos! ¡Tú nos elegiste; y no nosotros a ti! La elección no fue un capricho celestial; y ello implicaba todo un proceso de justificación, santificación, transformación y conformación, de modo que tengamos acceso a la glorificación que los hiciera aptos para la herencia. El CONOCIMIENTO DE DIOS es el resultado de las continuas aplicaciones en las dosis correspondientes, y el Padre estaba demandando que LE DEJÁRAMOS HACER SU OBRA REDENTORA SIN IMPEDIMENTOS POR NUESTRA PARTE, ESA ERA NUESTRA SUMISIÓN.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/05/2019 MENSAJE # 3145.
"Venid y volvamos Yahweh; porque él arrebató, y nos curará; hirió y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Yahweh; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y la temprana a la tierra. ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece. Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale. Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos".
=== Desde que Dios comenzó a hablar con Oseas, condicionando las respuestas de cada vaso útil a su sazón, se nos muestra que detrás de cada llamado había una misión y una definida intención. Dios conocía el corazón, la mente y la reacción de cada uno de sus siervos, aparejando sus corazones para responder a sus consignas en la medida de su necesidad, maravillándonos al ver como cada siervo suyo contestara a sus peticiones y ordenanzas; tanto en una forma tan negativa como Jonás; tan tímida como Jeremías; tan comprometida como la de Isaías; o tan elusiva como la de Moisés; y tan sumisa e incondicional como la de Oseas, quien no se inmutara ni inquiriera nada respecto a su ordenanza, acatando dócilmente la misma, entendiendo su PANORAMA REPRESENTATIVO, el cual obedeciera sin dudas y sin murmuraciones; algo que con dificultad y hasta con renuencia pasaría entre nosotros. Cuando nos transportamos con el profeta en sus consignas, vemos que él entendía el corazón de Dios para amar a una mujer infiel, no por cobardia o debilidad; sino porque él valoraba su pacto y su compromiso, y el bendito sentir de su corazón poseía una carga mucho mayor de piedad y compasión que el del orgullo herido o la vanidad estropeada ante los ojos de terceros. La unidad binaria deteriorada sólo puede verse revertida por un corazón amante que comprendiera su pacto muy por encima del dolor de sus heridas y el desprecio que le fuera mostrado en su intento por redimir a quien no considerara la fidelidad como una virtud inalterable.
=== Los capítulos anteriores nos han permitido apreciar a un Dios justo, el cual no tiene por inocente al culpable, que premia al justo y bendice y aparta al obediente, y que hace juicio sin misericordia contra el perverso e impenitente, aplicando siempre la ley de la proporcionalidad. El corazón del Padre fue triturado por una nación rebelde y perversa, que no admitiera el arrepentimiento de la inconducta que celebrara como su proscrita naturaleza, por lo cual había de sufrir toda la desolación que mereciera, y en medio de todo ello, la inocultable muestra de generosidad que la misericordia divina preparara allende los tiempos. Al penetrar en este capítulo, y después de tratar el pecado de su pueblo conforme a su justicia, el Señor postula su gran misericordia, yéndose a su lugar mientras espera a la veleidosa nación hebrea. Y en el capítulo 6, él ministra su gloriosa naturaleza redentora, la cual responde al arrepentimiento con la ternura de una nodriza para con todos los que a él se vuelven, haciendo notoria la necesidad de una vida de resurrección, correspondiendo así a su tremenda pecaminosidad. No era, pues, el borrón y la cuenta nueva; sino una recreación lo que la nación necesitara, pues solamente loa valores trascendentes de la vida nueva podrían darle a los 'resucitados' la posibilidad de una nueva relación basada en mejores promesas, revelándonos la necesidad de un NUEVO PACTO; porque todos los sacrificios no hacían sino prorrogar esa piedad que durara lo que dura una flor, o las nubes mañaneras. o el rocío madrugador que se desvaneciera como una ilusión.
=== La palabra profética no podía ocultar el valor de esta redención, hacendo notorio que su duración traería la justicia perdurable; y no una simple disculpa o excusa que se extinguiría en breve. Y cuando el Padre revela que demandaba misericordia, y no sacrificios constantes; EXIGÍA UN CAMBIO DEFINITIVO. La sangre derramada una y otra vez, no era símbolo del adecuado arrepentimiento; sino de buscar la resignación divina ... ¡Así somos, pues, aguántanos! ¡Tú nos elegiste; y no nosotros a ti! La elección no fue un capricho celestial; y ello implicaba todo un proceso de justificación, santificación, transformación y conformación, de modo que tengamos acceso a la glorificación que los hiciera aptos para la herencia. El CONOCIMIENTO DE DIOS es el resultado de las continuas aplicaciones en las dosis correspondientes, y el Padre estaba demandando que LE DEJÁRAMOS HACER SU OBRA REDENTORA SIN IMPEDIMENTOS POR NUESTRA PARTE, ESA ERA NUESTRA SUMISIÓN.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 16/05/2019 MENSAJE # 3145.
EL AMOR DIVINO POSEE PECULIARIDADES QUE NOS PERMITEN DISTINGUIRLO Y DIFERENCIARLO DEL CLÁSICO SENTIR HUMANO GENERAL. EL TAL, NUNCA DEJA DE SER, Y NOS ES SUMINISTRADO AUN EN MEDIO DE NUESTRA OPOSICIÓN, SIENDO SU PERSISTENCIA LO QUE HACE QUE TRIUNFE SOBRE ELLA.
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