LIMA - PERÚ JUEVES 23 DE MAYO DEL 2019 MENSAJE # 3152
LUCAS 19:1-10.
"Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces, él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido".
=== Cuando vamos siguiendo al Señor en su fluir por las ciudades y aldeas de Israel, es preciso que observemos los detalles; porque entre lo que se les daba a los ciudadanos de la nación escogida: las sanidades, los milagros, las liberaciones, las ministraciones y las maravillas de las que fueran ellos beneficiarios y testigos; estaban LOS ENCUENTROS CON AQUELLOS A LOS QUE EL SEÑOR HABÍA VENIDO A BUSCAR CON UN INTERÉS MUY ESPECIAL Y PARTICULAR. Cada uno de los que hemos tenido un encuentro personal con la Deidad encarnada, no podemos negar lo que el Señor ha hecho al brindarnos su gracia, su gran misericordia, su perdón y la reconciliación; singularizándonos en medio de la pluralidad de los que estábamos bajo la condenación, y teníamos el lago de fuego como específico destino. Y hubo un día en que el Señor se dirigió hacia nosotros en una forma particular y única, y supimos que para él no éramos extraños, ni desconocidos; sino que nuestro encuentro estaba ya predeterminado, y que de sus labios oiríamos nuestro nombre aunque ello nos pareciera increíble. Y es que el Creador de todas las cosas, venía hacia nosotros como el Redentor, el que estaba interesado vivamente en recobrarnos para su gloria eternal, y para devolvernos al panorama original para el que habíamos sido diseñados por él desde antes que el mundo fuese.
=== El Señor le había hecho tanto bien a la nación judía, mostrándoles su gracia e instándolos a integrarse a su realidad trascendente en la gloria regia, que cuando ellos escucharan sus palabras llenas de bondad, se quedaron tremendamente impresionados, y apenas si podían ceerlo. Cuando yo me convertí, me sentí lleno de un gran contentamiento, aferrándome a las buenas nuevas con toda mi alma, dando a Dios las gracias por su excelsa bondad, y maravillándome de cómo pude haber estado tan lejos de su gracia, y de la familia de Dios, a la cual me uní con una dicha tan grande hace cuarenta y siete años, y que ha venido operando en mí, hasta hacer de mí uno de sus ministros, aguardando celosamente su venida, y anunciándola a otros en plena certeza de la esperanza. El curioso Zaqueo ignoraba que tenía una cita con el Rey de reyes y Señor de señores, y que el peregrinar de ese día que jamás olvidaría tenia como destino inmediato su casa. Toda la multitud se sintió asombrada de que Jesús se auto invitara a la casa de aquel jefe de publicanos, y que se excluyera de los vítores y aclamaciones que le sirviera de parafernalia al Redentor. La casa del publicano se vistió de gala. y se aderezaron las cosas para recibir al insigne visitante, que viniera a salvar esta alma a domicilio ¿Te ha pasado?
=== En medio del gozo de la presencia del Señor, el dueño de casa se sintió tocado a hacer una donación para los pobres de su pueblo: Nada menos que la mitad de su fortuna; y su deseo de cuadruplicar a cualquiera que hubiera resultado defraudado por su labor como cobrador de impuestos para el imperio romano. No hay ninguna referencia sobre que Jesús hubiera hecho demanda semejante, o que hubiera puesto a Zaqueo entre la espada y la pared para coactarlo, como hace un sector de los que ministran el evangelio de la prosperidad; la sola presencia del Señor fue la fuente de inspiración para que el jefe de los publicanos se sintiera impelido a ofrendar lo que tenía para favorecer a los menos afortunados, dispensándose generosamente para aliviar sus dificultades. Y Jesús dijo: HOY HA VENIDO LA SALVACIÓN A ESTA CASA, revelando a Zaqueo como un HIJO DE ABRAHAM. Y esta visitación les sirvió para saber que: EL HIJO DEL HOMBRE VINO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO. Detrás de cada movimiento aparentemente inesperado, Jesús sacaba sus ases de debajo de la manga, obteniendo la salvación de Zaqueo y de otros publicanos, y llevando a los pobres una contribución totalmente inesperada. ¡Que la vida abundante que nos habita pueda manifestarse para el beneficio general!
"Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces, él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido".
=== Cuando vamos siguiendo al Señor en su fluir por las ciudades y aldeas de Israel, es preciso que observemos los detalles; porque entre lo que se les daba a los ciudadanos de la nación escogida: las sanidades, los milagros, las liberaciones, las ministraciones y las maravillas de las que fueran ellos beneficiarios y testigos; estaban LOS ENCUENTROS CON AQUELLOS A LOS QUE EL SEÑOR HABÍA VENIDO A BUSCAR CON UN INTERÉS MUY ESPECIAL Y PARTICULAR. Cada uno de los que hemos tenido un encuentro personal con la Deidad encarnada, no podemos negar lo que el Señor ha hecho al brindarnos su gracia, su gran misericordia, su perdón y la reconciliación; singularizándonos en medio de la pluralidad de los que estábamos bajo la condenación, y teníamos el lago de fuego como específico destino. Y hubo un día en que el Señor se dirigió hacia nosotros en una forma particular y única, y supimos que para él no éramos extraños, ni desconocidos; sino que nuestro encuentro estaba ya predeterminado, y que de sus labios oiríamos nuestro nombre aunque ello nos pareciera increíble. Y es que el Creador de todas las cosas, venía hacia nosotros como el Redentor, el que estaba interesado vivamente en recobrarnos para su gloria eternal, y para devolvernos al panorama original para el que habíamos sido diseñados por él desde antes que el mundo fuese.
=== El Señor le había hecho tanto bien a la nación judía, mostrándoles su gracia e instándolos a integrarse a su realidad trascendente en la gloria regia, que cuando ellos escucharan sus palabras llenas de bondad, se quedaron tremendamente impresionados, y apenas si podían ceerlo. Cuando yo me convertí, me sentí lleno de un gran contentamiento, aferrándome a las buenas nuevas con toda mi alma, dando a Dios las gracias por su excelsa bondad, y maravillándome de cómo pude haber estado tan lejos de su gracia, y de la familia de Dios, a la cual me uní con una dicha tan grande hace cuarenta y siete años, y que ha venido operando en mí, hasta hacer de mí uno de sus ministros, aguardando celosamente su venida, y anunciándola a otros en plena certeza de la esperanza. El curioso Zaqueo ignoraba que tenía una cita con el Rey de reyes y Señor de señores, y que el peregrinar de ese día que jamás olvidaría tenia como destino inmediato su casa. Toda la multitud se sintió asombrada de que Jesús se auto invitara a la casa de aquel jefe de publicanos, y que se excluyera de los vítores y aclamaciones que le sirviera de parafernalia al Redentor. La casa del publicano se vistió de gala. y se aderezaron las cosas para recibir al insigne visitante, que viniera a salvar esta alma a domicilio ¿Te ha pasado?
=== En medio del gozo de la presencia del Señor, el dueño de casa se sintió tocado a hacer una donación para los pobres de su pueblo: Nada menos que la mitad de su fortuna; y su deseo de cuadruplicar a cualquiera que hubiera resultado defraudado por su labor como cobrador de impuestos para el imperio romano. No hay ninguna referencia sobre que Jesús hubiera hecho demanda semejante, o que hubiera puesto a Zaqueo entre la espada y la pared para coactarlo, como hace un sector de los que ministran el evangelio de la prosperidad; la sola presencia del Señor fue la fuente de inspiración para que el jefe de los publicanos se sintiera impelido a ofrendar lo que tenía para favorecer a los menos afortunados, dispensándose generosamente para aliviar sus dificultades. Y Jesús dijo: HOY HA VENIDO LA SALVACIÓN A ESTA CASA, revelando a Zaqueo como un HIJO DE ABRAHAM. Y esta visitación les sirvió para saber que: EL HIJO DEL HOMBRE VINO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO. Detrás de cada movimiento aparentemente inesperado, Jesús sacaba sus ases de debajo de la manga, obteniendo la salvación de Zaqueo y de otros publicanos, y llevando a los pobres una contribución totalmente inesperada. ¡Que la vida abundante que nos habita pueda manifestarse para el beneficio general!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 23.05/2019 MENSAJE # 3152.
CUANDO EL SEÑOR LLEGÓ HASTA NOSOTROS, ÉL VINO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO. BAJEMOS DEL ÁRBOL DE LA CURIOSIDAD, Y ABRÁMOSLE NUESTRO CORAZÓN AL SALVADOR Y REDENTOR.
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