LA VISIÓN DEL REINO DE DIOS ESTABLECIDO EN LA TIERRA, NOS ES COMPARTIDA AQUÍ, CON LA SENCILLEZ Y LA TERNURA QUE SOLAMENTE DIOS POSEE.

LIMA - PERÚ   VIERNES 08 DE MARZO DEL 2019   MENSAJE # 3076

MIQUEAS 4:1-4.

"Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Yahweh será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y volvamos al monte de Yahweh, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahweh. Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces, ni alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Yahweh de los ejércitos lo ha hablado".

=== El profeta ha disertado hasta este momento de todas las causas por las que Judá e Israel han de ser juzgadas y castigadas, planteando el Padre una sentencia irrevocable descrita con lujo de detalles, involucrando a los gobernantes y sus falsías, a los falsos profetas que proponían falsas esperanzas y engañaban al pueblo con sus falacias y sus mentiras, haciendo que la maldad florezca y aparezca en toda la vida nacional; ofreciendo un falso consuelo que les valía el menú del día, y cierto grado de prosperidad, y convirtiendo en ajenjo sus adivinaciones para el que no llegara a satisfacer sus ambiciones pecuniarias. Así, pues, todo en su conjunto hacía prever un juicio sumario que eliminaría a la élite política, social y religiosa de ambas naciones. Y en medio de todo este desbarajuste, con un futuro más negro que un eclipse solar, salta a la palestra la profecía que les hace saber cómo ha de ser el reino de Dios, y cómo el mismo involucrará a la nación judía recobrada, recuperada y redimida, señalando a Sion como cima de los montes. Un monte representa un reino, y si es más alto que los otros, señala la singularidad del mismo para la gloria de Dios en el concierto con sus elegidos; los collados o colinas que lo rodean, aunque también simbolizan reinos, indican su subordinación al que el Padre levanta como su centro de adoración, y sede central de su gobierno sobre todas las naciones.

 === Aunque las mentes de los oyentes se quedaran pasmadas, y sin comprender el disloque general, los que aguardan en Dios ven en ello una gloriosa esperanza; mientras que los perversos saben que NO ESTARÁN ALLÍ, porque el juicio divino los dejará fuera definitivamente. La profecía hebraica tiene estas características, dando unos saltos impresionantes en el contexto histórico-profético, el cual es presidido por la soberanía divina cubriendo así su plan y propósito, ejecutando la Deidad cada detalle a su sazón, y dentro de su divina programación para que todo se ajuste al orden preordenado en la eternidad pasada. La consensualidad a la que el profeta se refiere, es promovida por el Padre, atrayendo a todas las naciones para asistir, oír, y asociarse al divino fluir con corazones dispuestos y abiertos, de modo que la voluntad de Dios se ejecute como un acuerdo general al que todos obedezcan de modo incondicional. La gracia divina obrará, abrigará y persuadirá a cada habitante en cada nación, de modo que busquen ser parte del programa divino en cuanto a las labores inherentes al reino. La docilidad para ser enseñados y entrenados en los divinos pareceres, es el resultado de divino obrar en corazones, mentalidades y anhelos por ejecutar los designios de la Deidad para la gloria de Dios.

=== Así, la naturaleza belicosa, y las ansias de poder y de dominio, se verán suprimidas; llenando a los habitantes de la tierra por un deseo glorioso de vivir en paz, de ser proactivos y productivos, cambiando los diseños de sus armas de guerra por instrumentos de paz, progreso y prosperidad para todo el género humano, promoviendo el amor fraternal, la mutua colaboración, la plena solidaridad, y la felicidad personal y general como algo que se disfruta conscientemente. El profeta ilustra esta perspectiva espiritual con una visión hebraica que es interpretada como un símbolo de la paz interior, y del disfrute del que todos pueden participar sintiendo que la gloria de Dios es una dicha tripartita. La vid (la uva que, transformada en vino representa el gozo continuo por la presencia de Dios), y la higuera (representando a la nación misma fructificando con su máximo dulzor, para ser de bendición también a otros), son los símbolos universales de la paz y el gozo que Dios nos imparte.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   08/02/2019   MENSAJE # 3076.