LIMA - PERÚ DOMINGO 03 DE MARZO DEL 2019 MENSAJE # 3072
PRIMERA DE TESALONICENSES 1:1-4.
"Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sea a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza de nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección".
=== La salutación apostólica considera también a Silvano y Timoteo, mostrándonos el hombre de Tarso que él trabajaba en equipo, y que no olvidaba a sus coadjutores, los cuales habían interactuado con él, o lo hicieran eventualmente y por turnos, favoreciendo la instrucción de los hermanos de Tesalónica. Cuando los apóstoles indican la Paternidad de Yahweh, y la filiación por el Hijo, Jesucristo, quien se había convertido en la vida presente y actuante en cada creyente, dan a entender el cómo la obra redentora se cumplía progresivamente, y se confirmaba la conversión de cada uno de los que se habían integrado a la familia de Dios. El Espíritu Santo era el elemento catalizador que mantenía esta unión-fusión hasta la plena confirmación, vía la santidad, para el alcance de la herencia que sólo los santos podían obtener (He.12:14). La carta está dirigida a toda la grey que consigna el testimonio del Padre y del Hijo en su elección y progresión. La gracia (el divino favor que el Padre nos impartiera como una dádiva de su gran amor); y la paz (el resultado del divino obrar constituyéndose en la posibilidad de tener comunión con el Padre, y mantenerla en una forma continua hasta el final), les son otorgadas por la bendición apostólica pertinente, ubicándolos en el contexto del bendito círculo de la divina comunión.
=== Pablo tenía por norma el integrar a cada congregación en su agenda personal y ministerial, y rogar por ellas para su progreso puntual, y el alcance de su pleno desarrollo como unidades corporativas y miembros de la familia de Dios. El evangelista común, tira la red y pesca hombres, y luego los deja a cargo de los ministros locales, para su instrucción y crecimiento, de modo que avancen y alcancen la madurez que les corresponde a los hijos de Dios que profesan piedad. Mas en el panorama apostólico paulino, él se sentía cargado con esto: "y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, LA PREOCUPACIÓN POR TODAS LAS IGLESIAS" (2Co.11:28). Me dirás que Pablo era muy intenso, y tienes razón, y quisiéramos más ministros como él en lo tocante a este sentir tan glorioso, el cual fuera representado por el pectoral que el sumo sacerdote levítico llevaba sobre su pecho cada vez que ingresara a la presencia de la Deidad en el Lugar Santísimo. Y luego, el escritor entrara en materia, al decir:
(1) "Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de LA OBRA DE VUESTRA FE" (v,3a). Cuando observamos a un creyente, o a un grupo eclesial que se dedica a ganar almas, a dar testimonio de la palabra de Dios, y a hacer la obra de evangelización y propagación del reino de Dios, nos persuadimos de que estas personas tienen fe, la cual opera en nosotros un impulso para compartir a otros de las buenas nuevas de salvación, y del amplio espectro que describe el Salmo 103:1-5.
(3) "DE VUESTRA CONSTANCIA EN LA ESPERANZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO".- La Fe inició la labor espiritual que debe ser expresada en obras, porque la fe sin obras es muerta en sí misma. Luego el Amor, hará de ello un estandarte que traerá consigo una diaria dedicación que compondrá nuestro estilo de vida o piedad, moviéndonos persistentemente hacia adelante, confiados al extremo en que Dios operará día tras día en favor de su deseo soberano para que su voluntad sea hecha. y se cumpla su propósito. La esperanza siempre nos jalará hacia adelante, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Pablo señala su certeza sobre ellos basado en la elección, la cual actúa como un refrendo que certifica su sentido de pertenencia.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/03/2019 MENSAJE # 3072.
PRIMERA DE TESALONICENSES 1:1-4.
"Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sea a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza de nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección".
=== La salutación apostólica considera también a Silvano y Timoteo, mostrándonos el hombre de Tarso que él trabajaba en equipo, y que no olvidaba a sus coadjutores, los cuales habían interactuado con él, o lo hicieran eventualmente y por turnos, favoreciendo la instrucción de los hermanos de Tesalónica. Cuando los apóstoles indican la Paternidad de Yahweh, y la filiación por el Hijo, Jesucristo, quien se había convertido en la vida presente y actuante en cada creyente, dan a entender el cómo la obra redentora se cumplía progresivamente, y se confirmaba la conversión de cada uno de los que se habían integrado a la familia de Dios. El Espíritu Santo era el elemento catalizador que mantenía esta unión-fusión hasta la plena confirmación, vía la santidad, para el alcance de la herencia que sólo los santos podían obtener (He.12:14). La carta está dirigida a toda la grey que consigna el testimonio del Padre y del Hijo en su elección y progresión. La gracia (el divino favor que el Padre nos impartiera como una dádiva de su gran amor); y la paz (el resultado del divino obrar constituyéndose en la posibilidad de tener comunión con el Padre, y mantenerla en una forma continua hasta el final), les son otorgadas por la bendición apostólica pertinente, ubicándolos en el contexto del bendito círculo de la divina comunión.
=== Pablo tenía por norma el integrar a cada congregación en su agenda personal y ministerial, y rogar por ellas para su progreso puntual, y el alcance de su pleno desarrollo como unidades corporativas y miembros de la familia de Dios. El evangelista común, tira la red y pesca hombres, y luego los deja a cargo de los ministros locales, para su instrucción y crecimiento, de modo que avancen y alcancen la madurez que les corresponde a los hijos de Dios que profesan piedad. Mas en el panorama apostólico paulino, él se sentía cargado con esto: "y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, LA PREOCUPACIÓN POR TODAS LAS IGLESIAS" (2Co.11:28). Me dirás que Pablo era muy intenso, y tienes razón, y quisiéramos más ministros como él en lo tocante a este sentir tan glorioso, el cual fuera representado por el pectoral que el sumo sacerdote levítico llevaba sobre su pecho cada vez que ingresara a la presencia de la Deidad en el Lugar Santísimo. Y luego, el escritor entrara en materia, al decir:
(1) "Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de LA OBRA DE VUESTRA FE" (v,3a). Cuando observamos a un creyente, o a un grupo eclesial que se dedica a ganar almas, a dar testimonio de la palabra de Dios, y a hacer la obra de evangelización y propagación del reino de Dios, nos persuadimos de que estas personas tienen fe, la cual opera en nosotros un impulso para compartir a otros de las buenas nuevas de salvación, y del amplio espectro que describe el Salmo 103:1-5.
(2) "EL TRABAJO DE VUESTRO AMOR".- Mientras que la fe va a operar por la información sobre la divina instrucción, el amor estará cediendo al impulso que le sube desde las entrañas, moviéndose diaria y gozosamente en su sagrada labor que es el incluir a otros en los disfrutes del precioso y gozoso amor que Dios nos dispensa en oceánicas oleadas; de modo que, al no caber en nosotros, nos veamos en la necesidad de compartir nuestra abundancia en el mejor de los espíritus, viendo cómo la fe obra por el amor.
(3) "DE VUESTRA CONSTANCIA EN LA ESPERANZA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO".- La Fe inició la labor espiritual que debe ser expresada en obras, porque la fe sin obras es muerta en sí misma. Luego el Amor, hará de ello un estandarte que traerá consigo una diaria dedicación que compondrá nuestro estilo de vida o piedad, moviéndonos persistentemente hacia adelante, confiados al extremo en que Dios operará día tras día en favor de su deseo soberano para que su voluntad sea hecha. y se cumpla su propósito. La esperanza siempre nos jalará hacia adelante, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Pablo señala su certeza sobre ellos basado en la elección, la cual actúa como un refrendo que certifica su sentido de pertenencia.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 03/03/2019 MENSAJE # 3072.
EL TRIDENTE PAULINO ESTÁ SIEMPRE PRESENTE EN SUS EPÍSTOLAS, Y ÉL QUIERE QUE LO USEMOS CONTINUAMENTE COMO UN RECURSO CONTRA TODO PODER ENEMIGO. ¡NO LO OLVIDES!
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