CUANDO SOMOS CAPACES DE EXPONER NUESTRA CARRERA MINISTERIAL ANTE AQUELLOS QUE PUDIERAN TESTIFICAR LIBREMENTE SOBRE LA MISMA (QUIZÁS HALLEMOS SORPRESAS ENTRE ALGUNOS PREJUICIOSOS Y ENVIDIOSOS; Y MÁS DE UN LAMBIZCÓN), NOS TOCARÁ OÍR DE AQUELLOS UN SÍ APROBATORIO, O UNA NEGATIVA EN REDONDO; PERO SI YA LANZAMOS EL RETO CORRESPONDIENTE, HEMOS DE ESPERAR UNA RESPUESTA FIDEDIGNA Y RESPETABLE EN TODOS SUS TÉRMINOS. ¿NOS ATREVERÍAMOS?

LIMA - PERÚ  VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS

Hechos 20:17-24.

"Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios".

*** (V.17) En Mileto, y debidamente ordenados y organizados, Pablo envió una invitación a todos los ancianos de Éfeso. Así como Samuel sintió ponerse a cuentas con el pueblo israelita, poniendo en el tapete su línea conductual y su llamamiento al gobierno espiritual de la nación; y haciendo saber que su partida estaba cercana (1S.12); conminó al pueblo a testificar si él les había fallado en algo, recibiendo como respuesta que jamás fue infiel a su llamamiento. Y Pablo, émulo incansable de la escuela profética de antigua data, quiso hacer lo mismo con ellos, participando ordinalmente toda su labor ministerial, su competencia y fidelidad al servicio incondicional de la iglesia, sintiendo que su parte como ministro de Dios había sido la adecuada, tanto a nivel local como en el plano itinerante; pero en especial para con ellos: los efesios; a quienes amara en forma entrañable.

*** (Vs.18-21) La intachable conducta del apóstol -a nivel personal, y dentro de su ministerio- es expuesta con mucha modestia por el hombre de Tarso, recordando su humildad, sus lágrimas y sus muchas pruebas en el plano de la persecución de sus hermanos de casta; siendo fiel para impartir y compartir el todo de la revelación divina que compusiera su tesoro particular. Cada cosa que el Señor le impartiera a nivel apostólico fue trasladada oportunamente a los miembros de la iglesia, públicamente y en privado, tanto a judíos como a gentiles, marcando la esfera del reino para su acceso apropiado vía el arrepentimiento; y el sostenimiento de aquella vida impartida por medio de la fe, perpetuando la misma como un hecho innegable y perenne.

*** (Vs.22-23) Tras ello, el apóstol les hace saber que la corriente del Espíritu lo está llevando a una cita impostergable en la capital del reino; que su compromiso con la Deidad hace indispensable su presencia allí; y que su arrebatamiento a la celeste esfera ha llegado, en su convergencia con el propósito divino, al vértice adecuado. Dice más, arguyendo que no sabe lo que allí le pasará; mas el Espíritu Santo le fue revelando progresivamente que se aparejara, pidiéndole a él que afirmara su rostro y su corazón para ir a Jerusalén, donde todo lo que significara un misterio habría de ser revelado en su totalidad. El certificado espiritual, mediante el don y ministerio proféticos le fue dando testimonio de lo que le esperaba: prisiones y tribulaciones.

*** (V.24) En tales circunstancias, el sentido común  nos invita a frenar nuestra actividad, y ponernos a buen recaudo: pero Pablo era como un corcel enervado que olía la batalla desde lejos, escarbando la tierra, alegre en las fuerzas de las que estaba investido por el poder divinal, que sale al encuentro de las armas; hace burla del espanto, y no teme, ni vuelve el rostro delante de la espada...diciendo entre los clarines ¡Ea! mientras corre con ímpetu a la batalla (Job 39:19-25). Cuando pensamos en qué es lo que puede detenernos, cavilamos en la vida propia y en la auto valoración en desmedro de la carrera; y lo que le daba sentido a la vida del apóstol era eso mismo: su carrera, y el gozo, puesto como supremo galardón. Sintiendo aún en sus manos y en su corazón la razón y empoderamiento de su llamamiento, cual un pergamino que sus manos sostienen con una fuerza pasmosa, define que su vocación espiritual y eternal está por encima de todo, y que continuará exponiendo la gracia de Dios como el supremo bien que todos necesitan y precisan.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  27/11/2015.