EL LAUDO APOSTÓLICO FUE REFRENDADO POR UNA CARTA CONCILIAR, EL ENVÍO DE BERNABÉ Y PABLO, JUDAS Y SILAS A LOS HERMANOS DE ANTIOQUÍA, SIRIA Y CILICIA (QUIENES HABÍAN SIDO AFECTADOS CON LAS FALSAS DOCTRINAS HECHAS POR LOS DE LA CIRCUNCISIÓN), DESAUTORIZANDO TALES EXPRESIONES, Y DESCARTÁNDOLAS COMO ENSEÑANZA APOSTÓLICA, TRAYENDO AL PLANO DE LAS REALIDADES ESCRITURALES CONCERNIENTES A ESTE MOMENTO HISTÓRICO-PROFÉTICO.

LIMA - PERÚ  MARTES 03 DE NOVIEMBRE DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS

Hechos 15:23-29

"Y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien".

*** Al haber finiquitado aquel asunto que causara tanta conmoción y confusión, sobre la base de las añadiduras que pretendieran hacer parte de la doctrina la gente de la circuncisión, se hacía necesario enviar un escrito de fuerza conciliar a la gente de Antioquía, Siria y Cilicia (aquellos lugares que habían sido contaminados con esta falsa doctrina); confirmando el fluir apostólico de Pablo y Bernabé, y añadiendo (para plena corroboración del escrito enviado) a dos hermanos más, miembros y ministros de la iglesia jerosolimitana ampliamente reconocidos por toda la autoridad espiritual residente en la capital, poniéndole el sello de certeza a todo lo que la carta enviada contuviera. Veamos:

*** La carta conciliar, llevaba el sello de acreditación de los apóstoles, los ancianos y los hermanos de la iglesia en Jerusalén (sede central del trabajo apostólico reconocido por todos a nivel general, dentro y fuera del país), planteando el valor absoluto de las decisiones asumidas durante aquella reunión que refrendara la palabra de Dios y el trabajo de amor del binomio apostólico (Bernabé y Pablo) entre los hermanos de entre los gentiles; que es la forma como los considerara el apóstol Jacobo, y todos los allí reunidos; porque así lo declaraba la acertada profecía de Amós, y así lo aceptaran a nivel eclesial, desechando toda posible distinción entre la gente que procedía del judaísmo, y los que no lo fueran, abrigando a todos por la justicia de la fe en Cristo Jesús. 

*** Es a ellos a quienes se les envia esta misiva con carácter de urgencia, sirviendo la misma para ACREDITAR a los apóstoles Bernabé y Pablo; y DESAUTORIZAR toda doctrina o enseñanza no corroborada por ellos, aunque hecha por gente que fuera allá desde Jerusalén, a la que le negarán derecho alguno para impartir o compartir ninguna directiva como si fuera de la iglesia principal, o llevara el sello apostólico. El apostolado toma muy en serio su rol en cuanto al panorama doctrinal, y por eso la redacción de la carta lleva expresiones de grueso calibre: "HAN SALIDO DE NOSOTROS, A LOS CUALES NO DIMOS ORDEN, os han inquietado con palabras (no enseñanzas ni doctrinas reconocidas eclesialmente), PERTURBANDO VUESTRAS ALMAS, MANDANDO CIRCUNCIDAROS Y GUARDAR LA LEY" (V.24); y a renglón seguido, se habla del acuerdo para enviar un equipo ministerial que los represente, y refrende cada palabra contenida en aquel laudo arbitral que sella la doctrina en una forma final al respecto.

*** "Porque ha parecido bien al ESPÍRITU SANTO, Y A NOSOTROS, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias, pasando a referir lo del asunto pactual (comer cosas sacrificadas a los ídolos), la restricción inalterable dada por Dios de no comer sangre, ni animales ahogados (que la tienen toda adentro consigo), y el mandato directo para apartarse de la fornicación (la que destruye el templo del Espíritu Santo, el cual se contamina pactualmente también al hacerse uno con la persona con la que tienes sexo ilícitamente). Recordemos que las costumbres paganas tenían todos estos excesos como algo natural o normal; siendo consideradas abominables por la Deidad, e indignas de la vida cristiana normal. El "PASADLO BIEN", implica el confortamiento de Espíritu con el que se gratifica paternalmente a los destinatarios en el Señor.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   03/11/2015