LIMA - PERÚ DOMINGO 15 DE NOVIEMBRE DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS
Hechos 17:30-34.
"Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan, por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos por haberlo levantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió de en medio de ellos. Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el aeropagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos".
*** El apóstol ha apelado a las más estrictas normas del juicio cabal, habiendo sido por demás explícito en lo concerniente a la relación divino-humana, señalando nuestra coesencialidad con él que es la misma que mantiene el vínculo célico-pedestre en el panorama relacional que nos ha de identificar como netos adoradores, conscientes de nuestra realidad tripartita, y también de nuestra dependencia como seres creados, amados y redimidos; y será esto lo que le impulse a dar el paso siguiente, invitándolos a la piedad concerniente a la filiación con todo lo que ello implica, así el perdón por su misericordia y su gracia; como el hecho de un juicio que nadie podrá ignorar, y todos han de enfrentar. Veamos:
*** Por lo que Pablo refiere, el Señor asume en calidad de ignorancia la actitud arrogante del mundo gentil, abriendo el panorama para un legal arrepentimiento que los haga rechazar toda idolatría, y les permita aceptar las realidades propuestas por el Padre, haciéndose partícipes del panorama relacional correcto, gustando la gracia divinal vía el cambio de pensamiento y actitud (Para poder entender la justicia aplicada al gentilicio será útil dar lectura al capítulo 2 de Romanos, versos 1 al 16). Así, pues, después de asegurar el perdón divino como algo seguro para quienes se arrepienten, el apóstol les informa sobre el juicio al que será sometida toda la humanidad por su concurso generacional, aplicando la justicia revelacional en la medida de la luz concedida.
*** Al referirse al día del juicio, y nombrar a Jesús como el encargado del mismo tras habernos impartido vida de resurrección, que era el centro del mensaje del reino; surgió la perspectiva ateniense de semejanza saducea (Hch.23:8a) "...No hay resurrección, ni ángel, ni espíritu"; y como una pompa de jabón que se revienta al contacto con algo, así se disolvió el recogimiento de los que hasta ese momento estaban embelesados con la "nueva doctrina". Una quimera más podía haber sido lo ideal para aquellas mentalidades ilusas; pero la verdad no halló cabida en sus mentes helenistas, llenas de supuestos, hipótesis, o alucinaciones sincretistas; volviendo sus limbos a inhibirse. Un decepcionado Pablo salió del Areópago ateniense ¿Le habría fallado a Dios?
*** Dionisio, el areopagita, Dámaris, y otros más a quien Lucas deja en la anonimia; tocados por el Señor, siguieron al apóstol, devolviéndole al hombre de Tarso la seguridad de que su labor no había sido sin fruto; reconstituyendo el ánimo paulino, que "se llevó una oreja" por su espléndida faena. Una cosa es compartir entre los prisioneros de esperanza judíos, y otra con el pueblo gentil, quienes ya estuvieran estereotipados, y se mostraran renuentes a rectificaciones o enmendaduras no greco-macedonias. Pablo no daba ninguna batalla por perdida, y al igual que la paloma que volvió a Noé con un ramito de oliva, así también se presentaba ante Dios con algún fruto para su gloria y honor.
ESTA ES LA ETAPA DE CIERRE DE LA VERDAD PROCLAMADA ENTRE LOS ATENIENSES, LA MISMA QUE LOS CONFRONTA CON UNA REALIDAD QUE ELLOS NO ASUMEN COMO TAL, SINTIÉNDOSE FINALMENTE DECEPCIONADOS DE LAS "NOVEDADES PAULINAS", ASUMIÉNDOLAS COMO IMPOSIBLES POR LO RELACIONADO CON LA VIDA DE RESURRECCIÓN. LAS PREMISAS GRIEGAS, POR ILUSAS QUE FUERAN, CONSIDERABAN INADMISIBLE EL VOLVER DEL MUNDO DE LOS MUERTOS, DE ALLÍ SU FINAL MENOSPRECIO A LA REVELACIÓN EVANGÉLICA.
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