LIMA - PERÚ SÁBADO 14 DE NOVIEMBRE DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DEL LIBRO DE LOS HECHOS
Hechos 17:24-29.
"El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho a todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres".
*** La introducción paulina al discurso que hubo de dar en Atenas, fue estratégicamente aderezada y presentada ante aquella multitud reunida en el Areópago. Cada palabra que brotó del apóstol fue correctamente concatenada con el modo de pensar de su audiencia, mostrando su alto grado de preparación y erudición, tanto en el conocimiento de la Tora como en el campo cultural helenístico. Aquel discurso sobre el altar AL DIOS NO CONOCIDO, ameritaba toda la atención de los adoradores que no sabían a quién adoraban (¿Recordamos a la gente de Samaria en el díalogo entre Jesús y la samaritana de Sicar en Juan 4:22a?). Así, pues, los acuciosos griegos aparejaron sus mentes y sus corazones para recibir la información sobre este tópico tan especial.
*** Observemos el tino de Pablo para manejar los tiempos y las secciones de su discurso, lleno de verdad y contenido espiritual. Él inicia su ministración como acostumbran los hebreos, dando por sentada la existencia y la presencia de la Deidad, y su naturaleza creativa componiendo el universo con individuos, circunstancias y cosas que lo hacen como es; ponderando así una realidad dual, del cielo y de la tierra, que coacta nuestro sentido de las dimensiones, revelando que las mismas no podían contenerlo dada su ilimitación. El encasillar o encerrar a la Deidad no es sino una quimera, que busca el contacto con él, no entendiéndolo en el sentido de su nivel abarcativo, mas intentando colocarlo a su altura. Alguien que puede crear el universo, con todos los misterios que encierra su vastedad, no cabe en las maquetas de la imaginación humana, ni requiere verse sustentado como nosotros lo somos por su bondad y su gracia abundante.
*** Si la adoración no se traduce en un servicio consciente, nuestra veneración cúltica crea una plataforma de poder para los demonios (1Co.10:20; Jn.5:41; Os.4:11-12). El Señor tiene por norma hacer de sus santos su templo para habitar y operar. Así, pues, la vida biológica, el aliento (o la anímica y la espiritual), y todas las cosas (la manera como Dios ha provisto todo para nuestro sustento tripartito), es una manifestación de su existencia, vigencia e inmanencia, que no borrará el olvido. Al decir que de una sola sangre ha hecho a todo el género humano nos enseña que, independientemente de lo que pensemos u opinemos, TODOS VENIMOS DE UNA SOLA PAREJA EDÉNICA. Si nos hacemos un análisis de sangre, observaremos que el tal no detecta colores, fisonomías, ni ubicaciones geográficas, detectando que se trata de sangre humana, y punto. Los habitantes de la tierra tenemos cierto que aparecemos ordenadamente dentro de lo especificado por el Señor, en las ubicaciones geográficas elegidas por él y en la esperanza de vida fijada por él; habiendo ubicado la eternidad en nuestros corazones, un sentido de la existencia, y un programa que cumplir conforme a su propósito, aunque nos quedemos abismados con ello (Ec.3:11).
*** Así como el norte magnético señala en las brújulas ese punto de la divina habitación; así también nuestro espíritu (mayormente ignorado por muchos voluntariamente), nos hace gemir por nuestra esencia y el forjador de la misma, la cual es norma en el panorama relacional (Sal.42:1-2) de quienes permanecen abiertos a la divina revelación; no a la humana suposición. Y los que a tientas lo buscan, deben saber que no está lejos de ellos: "Porque en él vivimos" (implicando aquí el contacto superior de la espiritual esfera con el Padre de los espíritus); "Nos movemos" (considerando aquí una vida móvil, y no una hueca existencia, con un sentido de orden específico); "Y somos" (Ésta es la realidad sustancial impartiéndonos una identidad que, emanando de él, produce una gloria con nombre propio) (1Co.15:39-41). Aratus y Cleanthes, poetas griegos argüían que "linaje suyo somos"; y eso no tenía nada de lírico o hipotético aunque ellos así lo juzgaran.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/11/2015
*** Si la adoración no se traduce en un servicio consciente, nuestra veneración cúltica crea una plataforma de poder para los demonios (1Co.10:20; Jn.5:41; Os.4:11-12). El Señor tiene por norma hacer de sus santos su templo para habitar y operar. Así, pues, la vida biológica, el aliento (o la anímica y la espiritual), y todas las cosas (la manera como Dios ha provisto todo para nuestro sustento tripartito), es una manifestación de su existencia, vigencia e inmanencia, que no borrará el olvido. Al decir que de una sola sangre ha hecho a todo el género humano nos enseña que, independientemente de lo que pensemos u opinemos, TODOS VENIMOS DE UNA SOLA PAREJA EDÉNICA. Si nos hacemos un análisis de sangre, observaremos que el tal no detecta colores, fisonomías, ni ubicaciones geográficas, detectando que se trata de sangre humana, y punto. Los habitantes de la tierra tenemos cierto que aparecemos ordenadamente dentro de lo especificado por el Señor, en las ubicaciones geográficas elegidas por él y en la esperanza de vida fijada por él; habiendo ubicado la eternidad en nuestros corazones, un sentido de la existencia, y un programa que cumplir conforme a su propósito, aunque nos quedemos abismados con ello (Ec.3:11).
*** Así como el norte magnético señala en las brújulas ese punto de la divina habitación; así también nuestro espíritu (mayormente ignorado por muchos voluntariamente), nos hace gemir por nuestra esencia y el forjador de la misma, la cual es norma en el panorama relacional (Sal.42:1-2) de quienes permanecen abiertos a la divina revelación; no a la humana suposición. Y los que a tientas lo buscan, deben saber que no está lejos de ellos: "Porque en él vivimos" (implicando aquí el contacto superior de la espiritual esfera con el Padre de los espíritus); "Nos movemos" (considerando aquí una vida móvil, y no una hueca existencia, con un sentido de orden específico); "Y somos" (Ésta es la realidad sustancial impartiéndonos una identidad que, emanando de él, produce una gloria con nombre propio) (1Co.15:39-41). Aratus y Cleanthes, poetas griegos argüían que "linaje suyo somos"; y eso no tenía nada de lírico o hipotético aunque ellos así lo juzgaran.
*** Por lo expuesto, no podemos imaginarnos a Dios como una figurilla de oro, o plata o piedras (por bellas que parecieran o por su alta cotización dado el material utilizado). Ni siquiera la vena artística, o la más sublime imaginación, ¿basada en qué?; podía magnificar la significancia del bendito Creador (Y aquí Pablo está demoliendo conceptos idolátricos y probando que los ídolos nada son, según lo referido por él en 1 Corintios 8:4b)... continuaremos mañana.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 14/11/2015
UNA MINISTRACIÓN DE CARACTERÍSTICAS MUY PECULIARES ES LA QUE LES FUE PRESENTADA A LOS ATENIENSES, DESAFIANDO CADA UNA DE SUS PONENCIAS, CADA AFIRMACIÓN FILOSÓFICA Y CIENTÍFICA DE LA ÉPOCA; MOSTRANDO LA SABIDURÍA DEL PUEBLO HEBREO ENSEÑADO POR DIOS EN LOS VALORES ETERNALES. LOS GRIEGOS VERÍAN DESMORONARSE LAS MURALLAS DE SUS CONCEPCIONES, LA APARIENCIA DE CERTEZA QUE NO DIERA LA TALLA FRENTE A LA REALIDAD QUE ELLOS EXPONÍAN EN FORMA INCIERTA, Y QUE LA SABIDURÍA HEBRAICA UBICARA EN LAS BASES CORRECTAS DEBIDO A LAS DIVINAS REVELACIONES.
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