LIMA - PERÚ MIÉRCOLES 20 DE MAYO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 9:15-23.
"Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no predicare el evangelio! Por lo cual si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio".
*** El derecho apostólico nunca fue recibido ni reclamado por Pablo y su equipo ministerial. Y lo justo, hubiera sido el proporcionárselo sin que él lo hubiera reclamado, pues era harto sabido que ello debía otorgarse liberalmente a los miembros del equipo apostólico. El apóstol no está haciendo un reclamo a destiempo a los hermanos corintios, y si mencionaba el hecho, era en atención a sus detractores y acusadores, los que presumieran de que Pablo les había engañado y estafado ¡El colmo!
*** Esto significó para Pablo, a nivel ministerial, una gloria, pues esto no se había visto hasta ese momento en ninguna parte, ya que la norma era que la Iglesia local se hiciera cargo del sustento y los gastos del ministerio itinerante que los visitara como una regla general, resultando en afrenta para la localidad la no provisión de lo necesario, y gloria para el ministro visitante por ser el primer soldado a sus propias expensas ¡Ay, Padre!
*** Ya aquí, Pablo pasa a lo personal (v.16) arguyendo que para él el predicar el evangelio no suponía una gloria o excelsitud; en él, ello era una impuesta necesidad (algo que lo azuzara desde su fuero interno, como un fuego interior), sintiéndose vitalmente comprometido con Dios sobre el punto. Independientemente de cómo se sintiera sobre ello, él veía la predicación del evangelio como la base de su existencia. Si lo hacía con ganas y con gozo, la recompensa estaba allí (con corintios o sin corintios); y aun en medio de las decepciones en Acaya, nada impidió que él cumpliera su cometido apostólico.
*** ¿Qué forma tenía el galardón para Pablo? ¿Un trono, una corona, aplausos, algún premio? ¡No! Era su satisfacción haber podido hacer algo que nadie había hecho jamás: PREDICAR GRATUITAMENTE EL EVANGELIO A LOS CORINTIOS, sustentándose a sí mismo y a los que estaban con él con su trabajo de hacer tiendas, y no recibiendo de los corintios ni las gracias. Ahora, si Pablo no abusó de su derecho apostólico ¡Ni siquiera lo usó! ¿Cómo podría acusársele de abuso? Corinto si abusó del servicio apostólico del elegido de Dios, no experimentando ni siquiera un sonrojo por su falta grave al amor al prójimo y al servicio cristiano convencional para con el ministerio itinerante. Mientras que Filipos era una congregación misionera, colaborando con los ministros en su trabajo de amor, haciéndolo hasta fuera de su área; Corinto deseaba más predicadores gratuitos ¿Mal ejemplo paulino? ¡No! Sinvergüencería acayana, que es distinto.
*** ¿Será que las decepciones en el servicio a los santos han llevado a algunos predicadores a establecer tarifas? O simplemente se trata de un espíritu mercantilista del que participan los "charlas", los falsos o genuinos "milagreros", los cantantes, o "salmistas ungidos" que te ponen condiciones para "jalar gente" y repartirse el botín, etc. ¡Ay, Dios!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 20/05/2015
LA LABOR DE LOS OBREROS DEL SEÑOR (HABLAMOS AQUÍ DE LOS AUTÉNTICOS SIERVOS DE DIOS) DEBE SER RECOMPENSADA CON LARGUEZA POR NUESTRA PARTE. EL ENORME BIEN QUE ELLOS NOS TRAEN CON LA REVELACIÓN DIVINA, LA EXHORTACIÓN, LA CONSOLACIÓN Y LA EDIFICACIÓN, NECESITA SER AZUZADA Y MOTIVADA, INVITANDO A LOS MINISTROS A LA PRODUCTIVIDAD Y CONTINUA ACTUALIZACIÓN DE LAS MINISTRACIONES, EXPERIMENTANDO LA RENOVACIÓN DE NUESTROS ENTENDIMIENTOS, Y EL DESEO POR AVANZAR ESPIRITUALMENTE.
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