LIMA - PERÚ SÁBADO 30 DE MAYO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS,
Primera de Corintios 10:29-33.
"La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro? Y si yo con agradecimiento participo ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias? Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos".
*** Los motivos de conciencia pueden traernos graves dificultades si sólo pensamos en la nuestra, y nos sentimos tranquilos respecto a ciertas cosas que para los demás no están claras, y hasta se hieren o perturban cuando observan nuestra "libertad en Cristo" que ellos no alcanzan aún a intuir de un modo cabal. El andar en amor, compromete nuestro sentir de orden coroporativo, estrechando el perímetro de nuestra actividad, obligándonos a renunciar a cosas que, siendo legítimas (según nuestro parecer), hemos de dejar por amor a los hermanos de más débiles conciencias. Si existe la vocación sacrificial de orden fraternal, lo haremos. Cuando andamos en amor las polémicas son menos, y eventualmente, éstas desaparecerán.
*** El apóstol nos da una pauta válida para todo y para todos: El hacerlo todo para la gloria de Dios. La comida y la bebida entrarán a formar parte de aquellas cosas que guardaremos con el celo que corresponde a los redimidos que andan en amor, al evitar que nuestra libertad de gente madura en el Señor, haga tropezar a quienes aún no han alcanzado un entendimiento claro respecto a ciertos hechos. Casi todos los escrúpulos y miramientos tienen su base en un desconocimiento del divino fluir, y para ello es estrictamente necesario que instruyamos en amor a los neófitos; no en ira y condenación, mirándolos como gente desfasada o tarda para oír y entender. Un buen ministro de Jesucristo debe saber armarse de paciencia y buen humor, de una sana actitud para reorientar, reafirmar y readaptar a quienes no están en el nivel pertinente, llevándoles con cuerdas de amor a la línea de acción saludable para un crecimiento espiritual que los lleve a la madurez.
*** Ya no eres solamente un redimido por la sangre del Cordero; sino parte del cuerpo de Cristo; y es tu deber aprender a caminar en unidad en medio de la pluralidad, entendiendo al judío, como tal; al gentil, en su contexto; y a la iglesia de Dios, en su pluralismo unitario, clara señal de su identidad. Cuando el agrado de los demás se constituye en nuestro norte, resultará elemental caminar en medio de aquella pluralidad haciendo eco de un mismo sentir. Recordemos que para sonreír requerimos la múltiple participación de varios músculos. Unos, se estiran; otros, se contraen; unos, se elevan, y otros descienden; y el esbozo de aquella sonrisa, marca el trabajo múltiple de los músculos que no conocemos por su nombre. Eventualmente, la salvación de algunos dependerá de nuestras actitudes, de nuestra aquiescencia, del buen trato, o de alguna otra reacción positiva que tengamos para que las almas puedan conocer el trabajo piadoso de nuestro Señor para con ellos.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 30/05/2015
*** Los motivos de conciencia pueden traernos graves dificultades si sólo pensamos en la nuestra, y nos sentimos tranquilos respecto a ciertas cosas que para los demás no están claras, y hasta se hieren o perturban cuando observan nuestra "libertad en Cristo" que ellos no alcanzan aún a intuir de un modo cabal. El andar en amor, compromete nuestro sentir de orden coroporativo, estrechando el perímetro de nuestra actividad, obligándonos a renunciar a cosas que, siendo legítimas (según nuestro parecer), hemos de dejar por amor a los hermanos de más débiles conciencias. Si existe la vocación sacrificial de orden fraternal, lo haremos. Cuando andamos en amor las polémicas son menos, y eventualmente, éstas desaparecerán.
*** El apóstol nos da una pauta válida para todo y para todos: El hacerlo todo para la gloria de Dios. La comida y la bebida entrarán a formar parte de aquellas cosas que guardaremos con el celo que corresponde a los redimidos que andan en amor, al evitar que nuestra libertad de gente madura en el Señor, haga tropezar a quienes aún no han alcanzado un entendimiento claro respecto a ciertos hechos. Casi todos los escrúpulos y miramientos tienen su base en un desconocimiento del divino fluir, y para ello es estrictamente necesario que instruyamos en amor a los neófitos; no en ira y condenación, mirándolos como gente desfasada o tarda para oír y entender. Un buen ministro de Jesucristo debe saber armarse de paciencia y buen humor, de una sana actitud para reorientar, reafirmar y readaptar a quienes no están en el nivel pertinente, llevándoles con cuerdas de amor a la línea de acción saludable para un crecimiento espiritual que los lleve a la madurez.
*** Ya no eres solamente un redimido por la sangre del Cordero; sino parte del cuerpo de Cristo; y es tu deber aprender a caminar en unidad en medio de la pluralidad, entendiendo al judío, como tal; al gentil, en su contexto; y a la iglesia de Dios, en su pluralismo unitario, clara señal de su identidad. Cuando el agrado de los demás se constituye en nuestro norte, resultará elemental caminar en medio de aquella pluralidad haciendo eco de un mismo sentir. Recordemos que para sonreír requerimos la múltiple participación de varios músculos. Unos, se estiran; otros, se contraen; unos, se elevan, y otros descienden; y el esbozo de aquella sonrisa, marca el trabajo múltiple de los músculos que no conocemos por su nombre. Eventualmente, la salvación de algunos dependerá de nuestras actitudes, de nuestra aquiescencia, del buen trato, o de alguna otra reacción positiva que tengamos para que las almas puedan conocer el trabajo piadoso de nuestro Señor para con ellos.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 30/05/2015
LA CONSIDERACIÓN QUE MOSTREMOS A OTROS EN EL PLANO DE SU ENTRENAMIENTO EN CALIDAD DE HERMANOS EN CRISTO, DEBE DESARROLLAR SU ESPÍRITU FRATERNO, Y NO SU DECEPCIÓN POR NUESTRA NATURALEZA ADUSTA O INSENSIBLE. NI LA LENIDAD, NI LA RECIEDUMBRE SON LOS MEJORES ORIENTADORES DEL NEÓFITO, SINO LA FIRMEZA Y LA DEDICACIÓN EN LA ENSEÑANZA. CUANDO HEMOS SIDO CRIADOS EN AMOR, Y HACEMOS LAS COSAS PARA LA GLORIA DEL DIOS AL QUE SERVIMOS, NUESTRA CONTRIBUCIÓN FRATERNA SERÁ GLORIOSA Y ÚTIL EN EXTREMO.
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