martes, 19 de mayo de 2015

EN TODA LABOR HAY FRUTO, Y SI CONTRATAMOS OBREROS PARA TRABAJAR EN NUESTRA VIÑA, ES NUESTRO DEBER PAGARLES POR SU LABOR. EL MINISTERIO APOSTÓLICO, COMO OBREROS DEL SEÑOR, SON DIGNOS DE SU SALARIO, Y NO DEBEMOS SER EGOÍSTAS Y MEZQUINOS PARA CON ELLOS, SINO GENEROSOS, RECIBIENDO DE DIOS LA RETRIBUCIÓN Y LA RECOMPENSA DEL CASO.

LIMA - PERÚ  MARTES 19 DE MAYO DEL 2015

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS CORINTIOS

Primera de Corintios 9:11-14

"Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? Si otros participan de este derecho sobre vosotros ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio".

*** El trabajo de amor que realiza un obrero del Señor debe verse recompensado en el cielo y en la tierra. La recompensa celeste tiene que ver con el futuro, la de la tierra, con el día a día, ya que todos subsistimos de nuestro trabajo. Los trabajos naturales traen naturales y perecibles compensaciones; pero la espiritual labor, supone réditos imperecederos, esto es, de eterno valor. Sólo una naturaleza mezquina pretende desconocer el trabajo de otros, en especial los de valor trascendente, pues por mucho que hagamos, nunca podremos compensar el trabajo de amor de quien valoró nuestra alma como un bien preciado, y ocupó su tiempo y su dedicación para sacarla de la perdición, y llevarla a los pies de Cristo para heredar eterna redención.

*** Los corintios no ignoraban su deber sobre esta bendita participación a los ministros locales, ¿cuánto más a los ministros itinerantes o misioneros que les trajeron de primera mano la Palabra de Dios? Así como la nobleza obliga; también la dignidad operativa merece honra. Las bendiciones divinas son directamente proporcionales a nuestro dar con fidelidad, retribuyendo el Señor en forma múltiple nuestros esfuerzos, ya que con la misma medida que medimos, hemos de ser medidos.

*** Que Pablo no hiciera uso de este recurso, que era suyo como divina asignación, no suponía un rechazo o una acusación de quienes no daban la talla como ministros competentes del nuevo pacto, arguyendo indignidad o malos manejos por parte del apóstol. ¡Era algo inaudito, insólito e infame! La mezquindad corintia puso a Pablo en antecedentes de cómo era este grupo helenista, y durante el trámite de su ministración apostólica jamás se solicitaron ofrendas o pagos especiales, TRABAJANDO GRATUITAMENTE, no por ordenanza divina, sino porque no se impidiera el progreso del evangelio en aquella zona.

*** A continuación, el apóstol menciona a los que trabajaban en las cosas sagradas, y comían del templo, y que los servidores del altar, participaban también del tal (Dios separaba las porciones escogidas de los sacrificios para el sumo sacerdote, los sacerdotes y los levitas), dando a estos servidores un trato preferencial y digno de su elección. Ningún sumo sacerdote se sentía un ciudadano de tercera clase en Israel; ningún sacerdote se miraba como alguien indigno o vil al compararse con el resto de sus hermanos, pues su dignidad estaba en su elección y apego a las cosas de Dios; y ningún levita se autocalificaba como un infeliz e indigno sirviente que no mereciera el respeto de aquellos a quienes servía en el lugar de adoración. Entonces, ¿por qué en Corinto se trataba de este modo al equipo apostólico, viéndose en la necesidad de trabajar en otras cosas para poder subsistir?.

*** El ministerio evangelístico es tan digno o más que cualquier otro trabajo, y en éste, MÁS, por cuanto nadie que no fuera elegido por el Señor para tan insigne tarea podía asumir tal rango o categoría entre sus hermanos. El evangelio es impartidor de vida, tanto para el que lo predica como para aquel que lo recibe. Lidia, de Filipos (Hch.16:14-15), tuvo una correcta actitud para los ministros de Dios; el carcelero de Filipos, tras su conversión (Hch.16:31-34), hizo algo similar...¿Qué hacemos nosotros con los enviados de Dios?

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  19/05/2015

1 comentario:

  1. AUNQUE LA LABOR APOSTÓLICA Y EVANGELÍSTICA NO PAREZCA TENER RÉDITOS, LA DÁDIVA DIVINA NO SE HARÁ ESPERAR PARA CON EL QUE OBRA A FAVOR DEL PROPÓSITO ETERNAL, TRAYÉNDOLE BENDICIÓN POR SU SACRIFICADALABOR. SEMBREMOS PARA COSECHAR A SU DEBIDO TIEMPO; NO TENGAMOS TEMOR, NUESTRA RECOMPENSA VIENE DE DIOS, Y ÉL NO ES DEUDOR DE NADIE.

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