LIMA - PERÚ JUEVES 21 DE MAYO DEL 2015
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO ALOS CORINTIOS.
Primera de Corintios 9:19-23.
"Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos: a los que están sujetos a la ley (aunque yo no estoy sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles; para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio para hacerme copartícipe de él".
*** Pablo nos sorprende con su proceder apostólico mostrándonos su vocación de servicio y su anhelo por ganar al mayor número de personas para Cristo. Al no estar supeditado económicamente, espiritual, ni anímicamente, el apóstol asume un rol peculiar y distintivo, asumiendo la figura de un siervo que se adapta a cualquier situación, y que lo hace competente para operar bajo cualquier sistema.
*** La suya no es una figura camaleonesca, que cambia de colores según la ocasión para protegerse; sino la que va adquiriendo la multiformidad de la plastilina, la que cobra distintas formas sin perder su esencialidad, buscando un acercamiento que lo identifique con aquellos con quienes se comunica, no desentonando con el grupo reunido allí.
*** La forma de vestir, la de hablar, la de pensar, etc.; nos dará más posibilidades de asociarnos con la gente dentro de su contexto, ganando en accesibilidad vía la afinidad, pudiendo orientar la conversación hacia el supremo interés de nuestro destino eternal sin ser visto como un intruso, haciendo el diálogo fluido, comprensible y viable. Esa es una manera sabia de acercarse a los que aún nos son desconocidos, no habiendo base para los desabrimientos o rechazos, siendo recibidos con simpatía y empatía.
*** La naturaleza sociable del apóstol, su preparación y entrenamiento, le permitía ingresar en cualquier esfera sin parecer invasivo en su actitud, sin resultar chocante, irritante o diferente; y dada su misión, había de ser competente en todos esos rubros. El apóstol, no solía zaherir a los que eran su proyecto salvífico, mostrando una sana koinonía, un diálogo agradable, y una forma de tolerancia a la manera de ser del resto, haciendo de la comunión con ellos una tertulia agradable, manteniendo su estabilidad espiritual y la santidad de ser y hacer como una actitud abierta, capaz de integrarlos en su esfera, induciendo los tópicos hacia cosas de interés plural y singular que conllevaran a una decisión, ya fuera esta de rechazo o de aceptación.
*** Los puntos de coincidencia (sin abandonar para nada la sana doctrina), nos vienen muy bien cuando se hace contacto con otros por vez primera, dejándolos con la miel en los labios y un deseo de volvernos a ver para concluir la interesante charla que se sostuviera, donde las semillas fueron sembradas, y el milagro de la conversión se puede preludiar sin triunfalismos, siendo objetivos.
*** El evangelio se esparce por contagio, vive en nuestros corazones, sí; pero es necesario que llenemos el ambiente de él, permitiendo que llegue a ser el tópico del que nos ocupemos de una manera natural y espontánea; no forzada ni entremetida.
*** Que nuestros corazones se llenen de amor al prójimo, y de una bella disposición para ocupar nuestro tiempo en la cosecha de almas en estos últimos tiempos.
*** Necesitamos menos poses y mayor espontaneidad; menos persuasión filosófica y humanista, y mayor libertad al Espíritu para que opere, penetrando fácilmente donde nuestra inteligencia y habilidad nunca hallaran puertas francas. Aprendamos de Pablo.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/05/2015
*** Pablo nos sorprende con su proceder apostólico mostrándonos su vocación de servicio y su anhelo por ganar al mayor número de personas para Cristo. Al no estar supeditado económicamente, espiritual, ni anímicamente, el apóstol asume un rol peculiar y distintivo, asumiendo la figura de un siervo que se adapta a cualquier situación, y que lo hace competente para operar bajo cualquier sistema.
*** La suya no es una figura camaleonesca, que cambia de colores según la ocasión para protegerse; sino la que va adquiriendo la multiformidad de la plastilina, la que cobra distintas formas sin perder su esencialidad, buscando un acercamiento que lo identifique con aquellos con quienes se comunica, no desentonando con el grupo reunido allí.
*** La forma de vestir, la de hablar, la de pensar, etc.; nos dará más posibilidades de asociarnos con la gente dentro de su contexto, ganando en accesibilidad vía la afinidad, pudiendo orientar la conversación hacia el supremo interés de nuestro destino eternal sin ser visto como un intruso, haciendo el diálogo fluido, comprensible y viable. Esa es una manera sabia de acercarse a los que aún nos son desconocidos, no habiendo base para los desabrimientos o rechazos, siendo recibidos con simpatía y empatía.
*** La naturaleza sociable del apóstol, su preparación y entrenamiento, le permitía ingresar en cualquier esfera sin parecer invasivo en su actitud, sin resultar chocante, irritante o diferente; y dada su misión, había de ser competente en todos esos rubros. El apóstol, no solía zaherir a los que eran su proyecto salvífico, mostrando una sana koinonía, un diálogo agradable, y una forma de tolerancia a la manera de ser del resto, haciendo de la comunión con ellos una tertulia agradable, manteniendo su estabilidad espiritual y la santidad de ser y hacer como una actitud abierta, capaz de integrarlos en su esfera, induciendo los tópicos hacia cosas de interés plural y singular que conllevaran a una decisión, ya fuera esta de rechazo o de aceptación.
*** Los puntos de coincidencia (sin abandonar para nada la sana doctrina), nos vienen muy bien cuando se hace contacto con otros por vez primera, dejándolos con la miel en los labios y un deseo de volvernos a ver para concluir la interesante charla que se sostuviera, donde las semillas fueron sembradas, y el milagro de la conversión se puede preludiar sin triunfalismos, siendo objetivos.
*** El evangelio se esparce por contagio, vive en nuestros corazones, sí; pero es necesario que llenemos el ambiente de él, permitiendo que llegue a ser el tópico del que nos ocupemos de una manera natural y espontánea; no forzada ni entremetida.
*** Que nuestros corazones se llenen de amor al prójimo, y de una bella disposición para ocupar nuestro tiempo en la cosecha de almas en estos últimos tiempos.
*** Necesitamos menos poses y mayor espontaneidad; menos persuasión filosófica y humanista, y mayor libertad al Espíritu para que opere, penetrando fácilmente donde nuestra inteligencia y habilidad nunca hallaran puertas francas. Aprendamos de Pablo.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 21/05/2015
EL APÓSTOL PABLO NO SE DEDICABA A HACER UN ROSARIO DE QUEJAS ANTE EL SEÑOR POR LAS GRAVES DIFICULTADES QUE OTROS IDIOMAS, OTRAS CASTAS, OTRAS FILOSOFÍAS Y OTRAS ACTITUDES, LE SIGNIFICARAN UNA TRABA EN SU LABOR ITINERANTE. ANTES, POR EL CONTRARIO, DESCUBRIÓ LA NECESIDAD DE SER SUMAMENTE ADAPTABLE A LO QUE SE LE PRESENTARA DELANTE, ASUMIENDO FORMAS DIFERENTES MIENTRAS SE MANTENÍA EL FONDO REVELACIONAL, ATRAVESANDO OLÍMPICAMENTE LOS OBSTÁCULOS, TOCANDO, DESDE JERUSALÉN HASTA ILÍRICO, LOS CORAZONES DE TODAS LAS CASTAS, INVITÁNDOLOS A PARTICIPAR DE LAS COSAS REGIAS DE MODO ETERNAL.
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