viernes, 9 de septiembre de 2016

EL NIVEL DE TOLERANCIA DEBE EQUIDISTAR DEL NIVEL DE COMUNIÓN FRATERNA, PONIENDO DE NUESTRA PARTE PARA QUE LA CAMARADERÍA CORPORATIVA PERSISTA, SIN PAUSAS NI CONDICIONAMIENTOS. MANTENER LA UNIDAD DE LA FAMILIA DE DIOS, VINIENDO DE CULTURAS Y ETNIAS TAN DISPARES EN PRINCIPIOS Y PRÁCTICAS, PROPONEN UN RETO SINGULAR. HEMOS DE SOLICITAR QUE LA "MUÑECA" DIVINA NOS UBIQUE EN UN PLANO ESPECÍFICO PARA QUE ELLO SEA POSIBLE.

LIMA - PERÚ  VIERNES 09 DE SETIEMBRE DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS

Romanos 15:1-7.

"Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vilipendios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para la gloria de Dios".

*** Introducción.- Los considerandos observados por el apóstol, al detallar el tema gastronómico, encarecían a los hermanos más conscientes de los valores espirituales, que hicieran un esfuerzo, y depusieran sus actitudes infraternas, procurando hallar un equilibrio en esta área específica, de modo que la entidad corporativa no se escindiera. El problema no era espiritual, sino en el ánimo de los corazones, en la esfera del alma que piensa, siente y decide. Por eso hay una rogativa apostólica, en vez de una ordenanza apremiante. El andar en amor, es una actitud del corazón, y la voluntad de cada uno opera allí, disponiéndose a la obediencia, u oponiéndose tercamente. El evitar el tropiezo ajeno. dará testimonio de mí como miembro del cuerpo de Cristo. Al apelar el apóstol a la buena voluntad individual, se evidencia lo que cada cual lleva en su corazón; así como también el nivel de fe en la operatividad del Paracleto, el que tiende siempre a la armonía corporativa.


*** (Ro.15:1) Si hay verdadero desarrollo espiritual, y nos consideramos fuertes en esa área, no nos molestará dejar el menú ejecutivo, para comer del social, bastante menos exquisito. Dios nos llama a soportar las flaquezas (debilidades asociativas y digestivas de los neófitos en la fe) de los débiles, dejando de lado el placer personal particular. En la medida que nuestra asociación vaya madurando, y el nivel de entendimiento llegue a alcanzar plenitud entre los miembros de la familia de Dios, todos los legalismos irán desfasándose: "...Cosas que todas se destruyen con el uso" (Col.2:22). La autocomplacencia tiene su base en el egoísmo, y dentro del cuerpo de Cristo debe primar el amor fraternal, el cual nos une para mostrar a los demás que somos hijos de Dios (Jn.13:34-35).


*** (Ro.15:2) Buscar el agrado divino resultará simple para quien conoce su palabra y obedece sus principios; pero cuando se me pide que yo busque agradar a mi prójimo, la cosa puede complicarse, porque ambos tendríamos que conocernos en el ámbito fraternal para que ello sea posible. ¿Lo habrá dicho el apóstol con esa intención? Me temo que sí. Y ello me insta al compañerismo, a la comunión, y al trabajo unido; de modo que nos tornemos operativos al saber nuestra capacidad funcional, tras haber llevado el yugo de la amistad, del esfuerzo mutuo y de la camaradería. ¿Será por eso que el Señor enviaba a los discípulos de dos en dos? ¿Tú qué crees? La ley de la asociación es fundamental para un avance continuo y en una sola dirección (Ec.4:9-12). La edificación, el ir juntos hacia adelante, y crecer juntos a un nuevo nivel, implica la edificación; y a eso somos llamados.

*** (Ro.15:3) El Señor Jesucristo, con todo el poder y autoridad que tenía en calidad de tal; supo mantenerse dentro de los términos redentivos, llevando sobre sí los déficits de los que vino a rescatar y recobrar para Dios. Él no vino como un inquisidor, un fiscal, o un juez implacable; sino como nuestro Redentor, y ello implicaba asumir nuestras culpas como suyas; no inspirando excusas nuevas, peculiares evasivas, atajos religiosos, o venias seudo-divinales; sino el cargar con todos nuestros pecados como culpa personal que merecía el castigo divinal; algo que no rehuyera, afirmando su rostro para ir a Jerusalén. El agrado del Señor para sí mismo, no era lo que lo trajo aquí entre nos; mas el cumplir la voluntad del Padre fue su consigna: "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos NO PUEDE QUITAR LOS PECADOS. Por lo cual, entrando al mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, PARA HACER TU VOLUNTAD; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre" (He.10:4-7a, 9-10). Ponerse en medio entre Dios y los hombres, ya sea como intercesor o como nexo sacerdotal entre la Deidad y la humanidad, trae consigo sus consecuencias en la mesiánica labor (Ver el Salmo 69:1-12, 9e).


*** (Ro.15:4) Pablo, argumenta que las Escrituras proféticas nos incluían en su contexto. y que ellas deberían enseñarnos la senda de la tolerancia para el triunfo de la fraternidad corporativa en todas sus instancias. Así, en lugar de las reacciones apriorísticas de los no entrenados, habría una mayor disposición para sobrellevar la estrechez de miras, el egoísmo clásico de las mentes no renovadas; las quejas, las censuras, y las contiendas entre nos neocreyentes, y los ranqueados antiguos; y cosas como ésas. Dos hitos habían de sostenernos en la comunión de los santos: (I) La Paciencia (el soportarlo todo bajo una presión asombrosa asumiendo la carga como parte del precio a pagar por la unidad corporativa); (II) La Consolación Escritural (entendiendo que estas cosas habrían de darse como parte de nuestro servicio a los santos en calidad de primicias locales) ¡Arriba corazones! ¡Ánimo, camarada de milicia! La suma de ambas, resultaría en fortaleza para mantener nuestra esperanza viva, y nuestro ánimo dispuesto, independientemente de las circunstancias.


*** (Ro.15:5) En este pasaje, el apóstol viste al Señor con dos tenidas o túnicas diferentes: El Dios de la Paciencia (no explotando de cólera contra sus recién estrenados adherentes en la familia de Dios); y el Dios de la Consolación (de amplio regazo, de colgantes hamacas, y de biberones para aliviar presiones momentáneas, y asegurar un plácido descanso para los novatos). La confluencia en el ánimo surge de actitudes de orden convergente, y cuando nos sentimos sosegados, nuestra actitud es menos elusiva disponiéndonos al diálogo y al posible acuerdo. dado que el sentir será EN CRISTO, muchos enardecidos se verán inhibidos, y muchos polemistas declinarán hacer oposición en esta ocasión.


*** (Ro.15:6) Y luego, veremos a nuestros sosegados hermanos cantar en coro con un único fervor, este cántico nuevo que glorifica a Dios en el contexto de la unidad, tanto en la adoración como en la filiación (Por lo de Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo).

*** (Ro.15:7) Aquí hay una doble invitación y amonestación a LA MUTUA RECEPCIÓN, siendo los émulos de nuestro Señor Jesús, quien nos ha recibido en su integridad sin hacer distinción alguna. ¿Nuestro objetivo? ¡La gloria de Dios!

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA  09/09/2016

1 comentario:

  1. EL CONCIERTO DE LA VIDA ESPIRITUAL Y FRATERNA DE LOS MIEMBROS DEL CUERPO DE CRISTO, NO PUEDE SER MENOS QUE ÓPTIMO. TODOS Y CADA UNO DE LOS COMPONENTES DEL MISMO HABREMOS DE CONTRIBUIR CON TODAS NUESTRAS DOTACIONES PARA EDIFICAR LA VIDA ECLESIAL, EXHORTAR A LOS DE POCO ÁNIMO, MOTIVAR A NUESTROS HERMANOS PARA EL TRABAJO CONJUNTO, Y HACER LA OBRA DE DIOS DE TAL MANERA QUE ÉL SE AGRADE DE NOSOTROS.

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