LA REVELACIÓN JUANINA SE EXTIENDE EN ESTA PORCIÓN DE LA PALABRA, Y EL APÓSTOL DESEA QUE EL PESO DE ESTA REALIDAD SE HAGA MANIFIESTA ENTRE SUS SANTOS DE TODAS LAS EDADES, ENTRE LOS CUALES ESTAMOS NOSOTROS. SI ENTENDEMOS QUE FORMAMOS PARTE DE LA FAMILIA DE DIOS, MANTENGÁMONOS FIRMES Y SIN FLUCTUAR EN LA PROFESIÓN O CONFESIÓN DE NUESTRA ESPERANZA.

LIMA- PERÚ  DOMINGO 18 DE SETIEMBRE DEL 2016

COMENTARIO EXEGÉTICO DE PRIMERA DE JUAN

Primera de Juan 1:2.

"(Porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó)".

*** Introducción.- El apóstol Juan, siempre lleno de la gloria de Dios, sólo disfruta transportándose a los orígenes cuando quiere hablarnos de la Deidad, de su naturaleza Santa, y de su trascendente accionar; y es por eso que se toma el tiempo para hacer una apretada síntesis del panorama divinal, destruyendo el pensamiento gnóstico y sus postulados, revelando así su preocupación por los santos del siglo I, y el del XXI, haciéndonos ver que el diablo nos quiere entrampar con sus viejas tácticas, vistiéndolas del relativismo en el pensar y en el obrar, y de la necesidad de inventarse una cadena interminable de posibles accesos a la celeste esfera, llevando a todos al limbo discrecional, a la nueva era, al rosacrucismo, a las doctrinas falsas de los falsos testigos de Jehová, y a una serie de mentiras que, asociadas la una a la otra en el espacio distorsionado del falso entendimiento, parecen tener ciertos visos de verdad, de remotas posibilidades religioso-filosóficas, de místicos pensares, y de fabulosos confines mentales ¡Para todos hay!

*** (Jn.1:2) Juan, tras deliberar sobre las realidades innegables del evangelio de Jesucristo, y de la trascendencia de su presencia como Dios manifestado en carne, vuelve a refrendar el mismo pensamiento, pero con una perspectiva más amplia; y con el velo descorrido sostenido por su mano, invita a todos a penetrar en el Lugar Santísimo del panorama revelacional; negado por el gnosticismo; y creído, confesado y vivido generacionalmente por todos los creyentes desde que el mensaje del reino se diera a conocer. Las realidades espirituales neotestamentarias han de ser vividas y experimentadas por cada uno de los santos, de modo que la fe se consolide, para que nuestra confesión de la misma no se convierta en una emisión inorgánica; plena de sonido, pero vacía de expresión; ahíta de entusiasmo, pero fútil y frustra al final. La fe de cada creyente neotestamentario debe poseer la solidez de la realidad; y no el lirismo que tienen los absurdos que el gnosticismo postula como hipotéticas realidades axiomáticas. Sus pensamientos, positivamente armados e inteligentemente enunciados podrían llegar a movernos de la certeza de nuestras esperanzas en Cristo, si nos dejamos llevar por sus mentiras bien entretejidas, y soberbiamente elucubradas, dando gloria a la naturaleza caída, y postulando la justicia propia, y un supuesto endiosamiento.

*** (V.2a) La vida se reveló a sí misma en la individualidad del Hijo de Dios; y todo el Hades se dio por enterado, ya que el reino de Dios fue proclamado y evidenciado; y la enfermedad, el dolor, las ataduras demoníacas, y todo el tinglado que le daba al enemigo su fama como maligno se vio asaltada por el Señor y por sus discípulos, sus apóstoles y sus diáconos; sufriendo la misma Muerte algunos arrebatos, que le hacían saber que el reino de Dios estaba reclamando su regia posición como una realidad puntual, como lo viene haciendo en las iglesias de fe en muchos lugares por el mundo. El reino diabólico tomó nota, y aquel ejército de un solo hombre, hizo temblar siglos de dominio satánico, dando paso a la redención efectiva de todos los que depositaran su fe en él.

*** (V.2b) La manifestación de la gloria de Dios en la individualidad antropomórfica de Jesús, fue observada por cuarenta y dos meses, siendo evaluada largamente por el pueblo judío, y aun por naciones circunvecinas que también venían para recibir sanidades, liberaciones, y gracia a mares, y es por eso que Juan nos dice: "Y testificamos, y os anunciamos la VIDA ETERNA". Lo que normalmente denominamos nosotros como la salvación (implicando la bondad del hecho divino), es calificado por Juan como VIDA ETERNA, porque la salvación te habla de como fuiste arrancado de tu pasado tortuoso y condenable; mientras que la vida eterna define tu posición ante Dios, y el género vital que te corresponde por causa de tu fe; apuntando al hecho de que tú no tienes pasado, y que todo comienza a partir de tu decisión de fe. La vida eterna no es un sentir, una cosa que cuelga de tu cuello, un certificado escrito en un pergamino; sino una vida genérica que habita en ti, para que todo lo que posee pase a ser tuyo, y para que seas recibido entre los santos del Altísimo que heredan el reino de Dios.

*** (V.2c) Al decir el apóstol que la vida estaba con el Padre, en su forma Verbal, nos hace saber que fue la voluntad divina y soberana, la que nos impartió su realidad existencial y vivencial, y cuando el Espíritu Santo nos integró a la entidad corporativa conocida como la Iglesia de Dios, la Familia de Dios, el Cuerpo de Cristo, la Habitación de Dios en el Espíritu; las cosas cobraron una dimensión distinta y singular por su nueva identidad. Al ser incluidos en él, y recibir dones, ministerios y operaciones, se nos hizo conscientes de nuestra coexistencialidad, y del hecho que pertenecemos a una realidad de dos campamentos, y que su trascendencia es la certeza de la nuestra cuando seamos recibidos en la gloria.

EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA    18/09/2016