LIMA - PERÚ LUNES 05 DE SETIEMBRE DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS
Romanos 14:1-4.
"Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
*** Introducción.- Nuestras relaciones (a nivel eclesial, y vecinal en el aspecto social) ponen a prueba constantemente nuestros temperamentos, y nuestro celo por mostrarnos como gente que ha madurado en ambos contextos. Si bien nuestro espíritu es nuevo y nos ha hecho penetrar en el ámbito espiritual coherente; nuestra alma sigue siendo nuestra particular expresión, y precisa de ciertos parámetros para conducirse con el equilibrio correspondiente. Para ello, es básico descubrir aquellas dotaciones que nos permiten la asociación con nuestros hermanos, y también con nuestros vecinos para vivir en plena armonía. El amor al prójimo, según el orden que se nos diera, trae una paz enorme en el área relacional. Si Dios nos ordena algo, no pide un imposible, sino algo que podemos realizar trayendo cautivos nuestros pensamientos a Cristo. El orden divinal ha de evidenciarse en todo nuestro andar, interna y externamente.
*** (Ro.14:1a) Los prejuicios, la jactancia, y hasta el burlarse del desconocimiento ajeno (típico de retrógrados), pueden hacer su blanco de los neófitos, y motivar grandes contiendas con todos aquellos a quienes debiéramos ministrarles nuestro afecto y consideración. Cuando Pablo nos habla de "opiniones", se está refiriendo al conocimiento relativo o maneras de pensar que cada uno tiene de ciertas cosas a nivel congregacional; donde prima el nivel de entendimiento, y no el conocimiento cabal de la doctrina; pues ésta no es en forma alguna una opinión, sino una precisión escritural según lo que Dios revela. Si un pastor no entiende el asunto de la preservación de la vida de sus ovejas, obligará a éstas a apresurar el paso, y tanto las madres, como las recién paridas perecerán en la forzada marcha, indicando con ello que como pastor, NO SIRVE (Gn.33:13).
*** (Ro.14:1b) Si Pablo nos habla de las débiles en la fe, implica lo vulnerables que son en asuntos de asociación con el resto del rebaño, así como por su nivel de entendimiento, asumiendo cada detalle en un plano sobredimensionado. La casuística (parte de la teología moral que trata los casos de conciencia) puede complicarnos el panorama, ya que siempre hay los que piensan o juzgan de un modo, y otros de otra forma. No hablamos aquí de una fe vacilante, sino de cómo ésta se va convirtiendo en algo parejo en el trámite de las relaciones corporativas. Somos llamados a RECIBIR AL DÉBIL EN LA FE con una sana predisposición, y no para aprovecharnos o mofarnos de su desconocimiento de las cosas espirituales, las mismas que han de ser ministradas en amor, en buena voluntad y en absoluta certeza, para que se puedan definir los valores espirituales de un modo específico, sin caer en la venialidad o en la exageración.
*** (Ro.14:1c) Debemos cuidarnos de no expresar nuestra opinión sobre asuntos doctrinales, y de tener un conocimiento cabal del cuerpo de nuestra fe, para no aturdir o perturbar a nuestros hermanos. Recordemos cómo Pedro, con su actitud pro judaica en Gálatas 2, hizo tropezar a todos los que provenían del judaísmo, cayendo Bernabé en aquella hipocresía, algo que asombró al mismo Pablo después de haber sido recibido a la comunión con la Iglesia jerosolimitana y el apostólico fluir de ésta, trayendo una confrontación entre Pablo y Pedro por la conducta de este último, quien estimara como preferible hacer tropezar a los gentiles y quedar bien ante los hermanos de la circuncisión, antes que consolidar el hecho de la filiación de los santos provenientes del gentilicio; ¿o somos tenidos como ciudadanos de segunda clase?
*** (Ro.14:2) Aquí, Pablo aclara que esto es entre los omnívoros (que comen carnes con sangre y carnes de animales inmundos sin ningún miramiento, pues eso significa "comer de todo"), y los que por su naturaleza disticosa se han convertido en vegetarianos o "legumbreros", para no contaminarse en aquella coexistencia que lucha por convertirse en una convivencia de una sola conciencia. ¿Será posible aceptar una dieta no contaminante; como hicieran Daniel, Misael, Ananías y Azarías? ¿Los calificaremos de gente con una fe débil a estos cuatro? ¿Debemos juzgar a Pedro de ridículo y de torpe por no aceptar matar animales cuadrúpedos y reptiles y aves del cielo, después de recibir la orden de matar y comer venida de arriba? (Hch.10:10-16), ¿O estaremos alertas a la interpretación de la visión tres veces repetida que él recibe en Hch.10:34-35? "Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, SINO QUE EN TODA NACIÓN SE AGRADA DEL QUE LE TEME Y HACE JUSTICIA". Entonces, ¿no se trataba de la comida? ¡No! Los judíos tenían una visión de la gente pagana que los hacía verlos como marranos, por comer sin discernir lo que comían, y es por eso que se consume comida chatarra hasta el hartazgo, no viendo el peligro de ello. Pero eso es algo que no veremos aquí hoy. Las legumbres no tienen contraindicaciones; pero cuidemos de no ponerles un distintivo religioso que nos haga sentirnos más puros o más maduros que el resto.
*** (Ro.14:4). El apóstol despoja a estos jueces de togas de distintos colores, y con birretes que llevan un rótulo en la parte superior: "Maduro en la fe" (en los liberales); y "Novatos tradicionales legalistas" (en los de fe débil), sintiéndose cada uno seguro, o inseguro, según su fuente ideológica, prejuiciosa o menospreciativa. El apóstol se yergue, y apunta a los "belicosos alimentarios", desautorizando a ambos en su pensar y accionar (Stg. 2:4; 4:11-12; 5:9b). El término "criado ajeno", implica el plano relacional de cada miembro del cuerpo de Cristo a su sazón. Dios es nuestro Juez, y sus tratativas han de ser bienvenidas. El Señor tiene la palabra para juzgar, y absolver o castigar según su parecer. Si aquel siervo de Dios está en pie, o si cae; no somos quienes para juzgar. Y él sabrá afirmarlo en el panorama espiritual correspondiente. ¡Devuélvele la toga a quien te la alquiló, y déjale tu lengua para que le dé mejor uso en fariseas bocas! Toda paz.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/09/2016
*** (Ro.14:1b) Si Pablo nos habla de las débiles en la fe, implica lo vulnerables que son en asuntos de asociación con el resto del rebaño, así como por su nivel de entendimiento, asumiendo cada detalle en un plano sobredimensionado. La casuística (parte de la teología moral que trata los casos de conciencia) puede complicarnos el panorama, ya que siempre hay los que piensan o juzgan de un modo, y otros de otra forma. No hablamos aquí de una fe vacilante, sino de cómo ésta se va convirtiendo en algo parejo en el trámite de las relaciones corporativas. Somos llamados a RECIBIR AL DÉBIL EN LA FE con una sana predisposición, y no para aprovecharnos o mofarnos de su desconocimiento de las cosas espirituales, las mismas que han de ser ministradas en amor, en buena voluntad y en absoluta certeza, para que se puedan definir los valores espirituales de un modo específico, sin caer en la venialidad o en la exageración.
*** (Ro.14:1c) Debemos cuidarnos de no expresar nuestra opinión sobre asuntos doctrinales, y de tener un conocimiento cabal del cuerpo de nuestra fe, para no aturdir o perturbar a nuestros hermanos. Recordemos cómo Pedro, con su actitud pro judaica en Gálatas 2, hizo tropezar a todos los que provenían del judaísmo, cayendo Bernabé en aquella hipocresía, algo que asombró al mismo Pablo después de haber sido recibido a la comunión con la Iglesia jerosolimitana y el apostólico fluir de ésta, trayendo una confrontación entre Pablo y Pedro por la conducta de este último, quien estimara como preferible hacer tropezar a los gentiles y quedar bien ante los hermanos de la circuncisión, antes que consolidar el hecho de la filiación de los santos provenientes del gentilicio; ¿o somos tenidos como ciudadanos de segunda clase?
*** (Ro.14:2) Aquí, Pablo aclara que esto es entre los omnívoros (que comen carnes con sangre y carnes de animales inmundos sin ningún miramiento, pues eso significa "comer de todo"), y los que por su naturaleza disticosa se han convertido en vegetarianos o "legumbreros", para no contaminarse en aquella coexistencia que lucha por convertirse en una convivencia de una sola conciencia. ¿Será posible aceptar una dieta no contaminante; como hicieran Daniel, Misael, Ananías y Azarías? ¿Los calificaremos de gente con una fe débil a estos cuatro? ¿Debemos juzgar a Pedro de ridículo y de torpe por no aceptar matar animales cuadrúpedos y reptiles y aves del cielo, después de recibir la orden de matar y comer venida de arriba? (Hch.10:10-16), ¿O estaremos alertas a la interpretación de la visión tres veces repetida que él recibe en Hch.10:34-35? "Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, SINO QUE EN TODA NACIÓN SE AGRADA DEL QUE LE TEME Y HACE JUSTICIA". Entonces, ¿no se trataba de la comida? ¡No! Los judíos tenían una visión de la gente pagana que los hacía verlos como marranos, por comer sin discernir lo que comían, y es por eso que se consume comida chatarra hasta el hartazgo, no viendo el peligro de ello. Pero eso es algo que no veremos aquí hoy. Las legumbres no tienen contraindicaciones; pero cuidemos de no ponerles un distintivo religioso que nos haga sentirnos más puros o más maduros que el resto.
*** (Ro.14:3) Aquí, Pablo pasa del plano casuístico alimentario, al de la actitud prejuiciosa que nos separa por la comida (Ro.14:17). La actitud clásica de los liberales en el comer, es la del menosprecio para con sus hermanos abstencionistas, pecando contra el amor fraternal a nivel eclesial corporativo; y por el otro lado, los abstencionistas suelen juzgar apriorísticamente a sus hermanos de naturaleza digestiva plural como gente contaminada y contaminante. Ninguno de ellos considera el hecho de que Dios les ha recibido en su comunión, y que su mutuo Señor no los ha fulminado con un rayo a ambos; sino que los mira con compasión por su inmadurez en su bipolaridad pensante, misma que los divide con aquel voluntario soreg o muro intermedio que levantó su forma de pensar, no la palabra de Dios. Ambos requieren, pues, de instrucción especial sobre el particular.
*** (Ro.14:4). El apóstol despoja a estos jueces de togas de distintos colores, y con birretes que llevan un rótulo en la parte superior: "Maduro en la fe" (en los liberales); y "Novatos tradicionales legalistas" (en los de fe débil), sintiéndose cada uno seguro, o inseguro, según su fuente ideológica, prejuiciosa o menospreciativa. El apóstol se yergue, y apunta a los "belicosos alimentarios", desautorizando a ambos en su pensar y accionar (Stg. 2:4; 4:11-12; 5:9b). El término "criado ajeno", implica el plano relacional de cada miembro del cuerpo de Cristo a su sazón. Dios es nuestro Juez, y sus tratativas han de ser bienvenidas. El Señor tiene la palabra para juzgar, y absolver o castigar según su parecer. Si aquel siervo de Dios está en pie, o si cae; no somos quienes para juzgar. Y él sabrá afirmarlo en el panorama espiritual correspondiente. ¡Devuélvele la toga a quien te la alquiló, y déjale tu lengua para que le dé mejor uso en fariseas bocas! Toda paz.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 05/09/2016
VIVIR EN PAZ ES EL RESULTADO DE MINISTRARNOS EN AMOR, DE IMPARTIR SANA SABIDURÍA, DE NO CONDENAR APRIORÍSTICAMENTE, DE NO MENOSPRECIAR A NINGÚN MIEMBRO DEL CUERPO DE CRISTO; DE DISPONERNOS AL AMOR Y A LAS BUENAS OBRAS, DE DEJARLE A DIOS QUE SEA EL JUEZ SUPREMO DE TODO ACCIONAR, GIMIENDO Y ORANDO POR NUESTRA NADUREZ ESPIRITUAL.
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