LIMA - PERÚ JUEVES 08 DE SETIEMBRE DEL 2016
COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A LOS ROMANOS
Romanos 14:20-23.
"No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el hombre que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado".
*** Introducción.- Tras haber entendido que cada uno había de rendir cuentas a Dios, se consideró oportuno el dejar de juzgarse y condenarse mutuamente. Se consideró el limpiar las mentes de una línea de pensamiento errada, polarizada y conflictiva; y la necesidad de andar en amor para la preservación de cada alma salvada, obrando en consecuencia con esa realidad. Se estableció que el reino no era tan chato como la comida y la bebida que pareciera hacernos exclusivos; y que la justicia (imputada, entendida e integrada a nuestra realidad pensante), nos traería las banderas blancas de la paz, llevándonos a un pleno entendimiento en lo concerniente a nuestra aceptación por parte de la Deidad, llenándonos de un gozo sobrenatural inyectado por el Espíritu Santo; y descubrimos que podíamos servir a Dios al dejar de pensar en aquello que nos dividía, fusionándonos por el Espíritu mediante la concertación que contribuía a la paz y a la mutua edificación.
*** (Ro.14:20) Se nos insta a no dejar que el dios vientre, y nuestra exquisitez alimentaria dejen de ser los amos de nuestro destino, y los destructores de lo que la fraternidad en Cristo puede lograr. Al hacer una estimacion general de las cosas, se nos insta a considerarlas como limpias, asegurándonos que el tropiezo se halla en las opiniones humanas cuando esto no ha sido regulado por la Deidad de una manera específica. No debemos confundir la etiqueta con la dieta, ni lo inmundo o no apto para el consumo humano, con lo limpio y nutritivo.
*** (Ro.14:21) Si la ingesta de carnes (por haber sido sacrificadas a los ídolos, por contener sangre, o por alguna causa de muerte no especificada) le resulta a mi hermano un tropiezo; me abstendré por amor a él; lo mismo haré con el vino u otra bebida embriagante. Las especificaciones dadas en el libro de los Hechos pueden darnos una pista sobre todo esto: "...No imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien" (Hch.15:28b-29). No dice: Seréis salvos; porque ese no era el punto; sino más bien el plano santificante, mostrando la separación de cualquier forma de paganismo. Hagamos lo necesario para evitar que nuestro hermano tropiece o se escandalice; se sienta ofendido por mi actitud o libertinaje; o se debilite en asuntos de fe.
*** (Ro.14:22) Pablo inquiere acerca de la validez de nuestra fe en el sentido de su aplicación a todas las cosas, especialmente dentro del ámbito fraterno. Si nuestra fe está registrada como perfecta y completa en nuestra mente; no debiéramos tener dudas ni vacilaciones en lo que pensamos, sentimos y hacemos, estando inundados de completa paz interior y de certeza frente a Dios. El apóstol bendice y declara afortunado a quien no se condena a sí mismo en aquello que aprueba. De allí la solicitud de firmeza en nuestro pensar, andar y accionar.
*** (Ro.14:23) Si la más leve duda aflora en nuestra mente, sobre lo que comemos, nuestra paz no es perfecta, y tampoco nuestra confesada fe al respecto, debiendo declinar ante la duda. Así, pues, si nuestra convicción es relativa o fragmentaria, es preferible abstenerse, dado que todo lo que no proviene de fe es pecado, ¡Cuán importante es que estemos cimentados en nuestra fe!
*** (Ro.14:20) Se nos insta a no dejar que el dios vientre, y nuestra exquisitez alimentaria dejen de ser los amos de nuestro destino, y los destructores de lo que la fraternidad en Cristo puede lograr. Al hacer una estimacion general de las cosas, se nos insta a considerarlas como limpias, asegurándonos que el tropiezo se halla en las opiniones humanas cuando esto no ha sido regulado por la Deidad de una manera específica. No debemos confundir la etiqueta con la dieta, ni lo inmundo o no apto para el consumo humano, con lo limpio y nutritivo.
*** (Ro.14:21) Si la ingesta de carnes (por haber sido sacrificadas a los ídolos, por contener sangre, o por alguna causa de muerte no especificada) le resulta a mi hermano un tropiezo; me abstendré por amor a él; lo mismo haré con el vino u otra bebida embriagante. Las especificaciones dadas en el libro de los Hechos pueden darnos una pista sobre todo esto: "...No imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien" (Hch.15:28b-29). No dice: Seréis salvos; porque ese no era el punto; sino más bien el plano santificante, mostrando la separación de cualquier forma de paganismo. Hagamos lo necesario para evitar que nuestro hermano tropiece o se escandalice; se sienta ofendido por mi actitud o libertinaje; o se debilite en asuntos de fe.
*** (Ro.14:22) Pablo inquiere acerca de la validez de nuestra fe en el sentido de su aplicación a todas las cosas, especialmente dentro del ámbito fraterno. Si nuestra fe está registrada como perfecta y completa en nuestra mente; no debiéramos tener dudas ni vacilaciones en lo que pensamos, sentimos y hacemos, estando inundados de completa paz interior y de certeza frente a Dios. El apóstol bendice y declara afortunado a quien no se condena a sí mismo en aquello que aprueba. De allí la solicitud de firmeza en nuestro pensar, andar y accionar.
*** (Ro.14:23) Si la más leve duda aflora en nuestra mente, sobre lo que comemos, nuestra paz no es perfecta, y tampoco nuestra confesada fe al respecto, debiendo declinar ante la duda. Así, pues, si nuestra convicción es relativa o fragmentaria, es preferible abstenerse, dado que todo lo que no proviene de fe es pecado, ¡Cuán importante es que estemos cimentados en nuestra fe!
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 08/09/2016
SI LOS CORAZONES DE LOS SANTOS HAN ESTADO DISPUESTOS A PARTICIPAR EN LOS ASUNTOS DEL REINO, TAMBIÉN SUS CORAZONES SE APAREJARÁN PARA LOGRAR QUE LA IGLESIA DE DIOS SE MANTENGA DENTRO DE SU CONTEXTO, Y EN UNA COMPLETA AFINIDAD PARA QUE LOGREMOS MANTENER NUESTRA COHESIÓN COMO CASA DE DIOS, SUPERANDO CADA DIFICULTAD, HASTA ALCANZAR LA UNIDAD DE LA FE.
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