martes, 30 de julio de 2019

LA GRACIA DIVINA, DENTRO DE SU CONTEXTO. ABARCA TODO EL INTENTO DIVINO, Y NO SOLAMENTE NUESTRO SERVICIO GENERACIONAL, EL CUAL PODRÍA PERPETUARSE SI ACTUAMOS CONFORME AL AGRADO DIVINO. SEAMOS TRASCENDENTES EN PRINCIPIOS E INTENTO.

LIMA - PERÚ   MIÉRCOLES 26 DE JUNIO DEL 2019   MENSAJE # 3186

SEGUNDA DE SAMUEL 7:27-29.

"Porque tú, Yahweh de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica. Ahora, pues, Yahweh Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo. Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo.para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Yahweh Dios, lo has dicho, y por tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre".


=== El anhelo de David por hacerle a Dios un templo, llevó a Natán a decirle al rey que hiciera todo lo que estaba en su corazón porque Dios estaba con él. Lejos estaba de pensar el profeta sobre el deseo del Padre de pactar con David acerca de su posteridad, y que más allá de los comentarios apriorísticos. que no expresan la voluntad de Dios; sino una positiva opinión que piensa que el divino obrar es un estándar predecible que puede adivinarse, o que puede ser conducida por un piloto automático; habiendo de enmendarle la plana al visionario aquel, que habría de ceñirse al oráculo divino esencial y puntual; y no al aparente sentir seudo intuitivo. Y fue por eso que Yahweh le refirió a Natán lo que se había planificado para  el hijo de Isaí, y para su posteridad, llenando el corazón de David de un gozo inefable que lo llevara a presentarse delante de la Deidad para agradecerle por su elección, y pedirle que refrendara su promesa como una realidad trascendente, según lo vemos en este párrafo de Segunda de Samuel.


=== La vena poética del monarca israelita postula esta promesa divina como un susurro que dulcemente llegara hasta sus oídos, para llenar su corazón con aquella esperanza que lo abrigara por muchas generaciones, y que se viera sublimada al saber que el Cristo nacería entre sus descendientes; algo que no cabía en su imaginación; hasta que el Señor se lo prometiera y confirmara como una realidad vigente por las edades. Si eres un ungido servidor del Mesías, tu sumo gozo será ver a tus descendientes actuando en línea con aquella promesa, ganando almas para Cristo, y proclamando el reino de Dios con las palabras y el poder que le son característicos. Así, lo que hubiera sido un gozo para David en su generación, pasaría a ser la gloria de Dios por todas las generaciones. La casa que Dios edificaría para su siervo ungido, no se refería a cuatro paredes y un techo, o un palacio suntuoso; sino a una casta, una estirpe, una familia que permaneceria delante de Dios en el curso de la presente edad, y por las edades, generación tras generación.


=== Cuando David se presenta ante el Padre, su gozo llega al clímax; y al cobrar valor en su fuero interno la promesa divina, se postra ante la Deidad, embargado en extremo para hacer una súplica. Observemos el contenido de la misma: 
(1) El rey confiesa que sólo Yahweh es Dios; 
(2) Que sus palabras son verdad; 
(3) Que bajo esas perspectivas él le ha hecho una promesa que cubre a toda su descendencia; 
(4) David solicita del Padre que esa bendición se ratifique por todas sus generaciones;
(5) Que todo lo dicho alcance a perpetuarse delante de él (dure para siempre);
(6) Que todo se constituya en una realidad fehaciente porque Dios lo ha prometido;
(7) Que con la divina bendición la casa de David (su descendencia) sería bendita para siempre.
Nuestra consciencia de la realidad divinal no debe ser menor de lo que el rey israelita ratifica aquí. No te quedes ridículamente esperanzado en tu buen deseo para contigo; o con el mejor de tus anhelos; sólo la promesa divina es un firme asidero para decir a otros que lo dicho por el Padre compone tu herencia.


EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA   26/06/2019    MENSAJE # 3186. 

1 comentario:

  1. NUESTRA FIDELIDAD A LA DEIDAD TRAERÁ CONSIGO UNA SERIE DE BENDICIONES QUE PUEDAN SORPRENDER NUESTRO SERVICIO AL PADRE EN ESPÍRITU Y EN VERDAD. NO DEJEMOS DE ADORARLO Y SERVIRLE DE TODO CORAZÓN.

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