LIMA - PERÚ JUEVES 13 DE JUNIO DEL 2019 MENSAJE # 3172
LEVÍTICO 18:1-5.
"Habló Yahweh a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Yahweh vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Yahweh vuestro Dios. Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, las cuales haciendo el hombre, vivirá en ellas. Yo Yahweh ".
=== Los dioses cananeos: El, Baal, y las tres hermanas Astarot, eran los protagonistas de las historias más aberrantes, sosteniendo relaciones íntimas entre ellos, es decir, el padre con el hijo, y también con las hijas; éstas entre ellas, y también con su hermano, en una relación incestuosa, aberrante y maldita que hacía de la casta cananea (y aquí me refiero a los habitantes que hicieran a sus dioses a su imagen y su semejanza; como todas las constelaciones mitológicas de las razas paganas), en las que el adulterio, la fornicación, el bestialismo; y un sinnúmero de prácticas abominables; fueran el común denominador que las identificara en su total degeneración y degradación, resultando para las conciencias hebreas algo odioso; pero también tentador; porque eran la antítesis de los cánones y ordenanzas divinas; y para la carne religiosa y escandalizada, pero no regenerada, resultara sumamente perturbadora. Es por eso que en los dos primeros versos, Yahweh afirma su Deidad y su panorama relacional con la descendencia de Abraham como un vínculo único e inalterable, el cual llamaba a la sumisión a sus ordenanzas y preceptos para que la comunión con él se mantuviera intacta, derramando sus bendiciones sobre la nación en una forma continua y sistemática.
=== El Señor pone de relieve que el pasado en Egipto no debe ser consentido en sus formas y prácticas deleznables, desechando todo lo inherente a sus usos y costumbres, rituales y tradiciones; su naturaleza idolátrica y politeísta, y todo lo que identificara a esa nación como parte de un paganismo que Yahweh aborrecía, y que no habría de tener parte en el pueblo elegido, habiendo de moverse conforme al agrado divino que los sacara de la esclavitud, y les sugiriera una superior opción en la tierra de promisión/ La premisa era, pues, OLVIDAR LO QUE QUEDARA ATRÁS, llegar a una plena consciencia de su nuevo panorama relacional, el cual debía cambiar su entendimiento, dándole nuevos principios que debían integrarse a su forma de pensar, hablar y obrar, cambiando sus horizontes y dándoles singulares y nuevas perspectivas. Había, pues,
(1) ALGO PARA OLVIDAR (la esclavitud egipcia y su naturaleza intrínseca, altamente contaminante y pervertida);
(2)ALGO QUE APRENDER Y RECORDAR (las ordenanzas y preceptos que orientarían su fluir como algo que provenía de arriba, y que aseguraría su filiación con la Deidad, y la promesa que le hiciera a Abraham, el patriarca, y a su descendencia). Y por último,
(3) ALGO QUE HABRÍA QUE MANTENER COMO LOS PRINCIPIOS QUE GARANTIZARÍAN SU VICTORIA, SU TRIUNFO Y SU PERMANENCIA AL LLEGAR A LA TIERRA PROMETIDA, CONQUISTARLA Y RETENERLA COMO SU BENDITA POSESIÓN, COMO SU HERENCIA.
=== La naturaleza egipcia (cuatrocientos treinta años son bastantes para influir en el ánimo de los sujetos esclavizados, explotados y envilecidos que hubiera perdido sus identidades como elegidos de Dios, gimiendo y añorando por su liberación, y por el cumplimiento de la promesa divinal), debía ser descartada en la mente y el corazón de la casta hebraica; hasta que el Padre se reencontrara con ellos, y los llevara de la mano hasta su territorio asignado. La renovación del entendimiento es la etapa más dura en las tratativas de Dios con su pueblo; y la eliminación progresiva de lo que fue, y lo que podía y debía ser, sin la oportuna guianza divina, equivaldría a un desastre total. De allí el cuidado para la divina amonestación, previniéndoles sobre las conductas abominables de la sociedad cananea y de sus costumbres, ritos y ceremonias, plagadas de maldad y degradaciones extremas. De allí la doble mención para guardar los estatutos y las ordenanzas divinas, para andar en ellas, y hacer emerger la clase de vida que agrada a Dios.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 13/06/2019 MENSAJE # 3172.
"Habló Yahweh a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Yahweh vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Yahweh vuestro Dios. Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, las cuales haciendo el hombre, vivirá en ellas. Yo Yahweh ".
=== Los dioses cananeos: El, Baal, y las tres hermanas Astarot, eran los protagonistas de las historias más aberrantes, sosteniendo relaciones íntimas entre ellos, es decir, el padre con el hijo, y también con las hijas; éstas entre ellas, y también con su hermano, en una relación incestuosa, aberrante y maldita que hacía de la casta cananea (y aquí me refiero a los habitantes que hicieran a sus dioses a su imagen y su semejanza; como todas las constelaciones mitológicas de las razas paganas), en las que el adulterio, la fornicación, el bestialismo; y un sinnúmero de prácticas abominables; fueran el común denominador que las identificara en su total degeneración y degradación, resultando para las conciencias hebreas algo odioso; pero también tentador; porque eran la antítesis de los cánones y ordenanzas divinas; y para la carne religiosa y escandalizada, pero no regenerada, resultara sumamente perturbadora. Es por eso que en los dos primeros versos, Yahweh afirma su Deidad y su panorama relacional con la descendencia de Abraham como un vínculo único e inalterable, el cual llamaba a la sumisión a sus ordenanzas y preceptos para que la comunión con él se mantuviera intacta, derramando sus bendiciones sobre la nación en una forma continua y sistemática.
=== El Señor pone de relieve que el pasado en Egipto no debe ser consentido en sus formas y prácticas deleznables, desechando todo lo inherente a sus usos y costumbres, rituales y tradiciones; su naturaleza idolátrica y politeísta, y todo lo que identificara a esa nación como parte de un paganismo que Yahweh aborrecía, y que no habría de tener parte en el pueblo elegido, habiendo de moverse conforme al agrado divino que los sacara de la esclavitud, y les sugiriera una superior opción en la tierra de promisión/ La premisa era, pues, OLVIDAR LO QUE QUEDARA ATRÁS, llegar a una plena consciencia de su nuevo panorama relacional, el cual debía cambiar su entendimiento, dándole nuevos principios que debían integrarse a su forma de pensar, hablar y obrar, cambiando sus horizontes y dándoles singulares y nuevas perspectivas. Había, pues,
(1) ALGO PARA OLVIDAR (la esclavitud egipcia y su naturaleza intrínseca, altamente contaminante y pervertida);
(2)ALGO QUE APRENDER Y RECORDAR (las ordenanzas y preceptos que orientarían su fluir como algo que provenía de arriba, y que aseguraría su filiación con la Deidad, y la promesa que le hiciera a Abraham, el patriarca, y a su descendencia). Y por último,
(3) ALGO QUE HABRÍA QUE MANTENER COMO LOS PRINCIPIOS QUE GARANTIZARÍAN SU VICTORIA, SU TRIUNFO Y SU PERMANENCIA AL LLEGAR A LA TIERRA PROMETIDA, CONQUISTARLA Y RETENERLA COMO SU BENDITA POSESIÓN, COMO SU HERENCIA.
=== La naturaleza egipcia (cuatrocientos treinta años son bastantes para influir en el ánimo de los sujetos esclavizados, explotados y envilecidos que hubiera perdido sus identidades como elegidos de Dios, gimiendo y añorando por su liberación, y por el cumplimiento de la promesa divinal), debía ser descartada en la mente y el corazón de la casta hebraica; hasta que el Padre se reencontrara con ellos, y los llevara de la mano hasta su territorio asignado. La renovación del entendimiento es la etapa más dura en las tratativas de Dios con su pueblo; y la eliminación progresiva de lo que fue, y lo que podía y debía ser, sin la oportuna guianza divina, equivaldría a un desastre total. De allí el cuidado para la divina amonestación, previniéndoles sobre las conductas abominables de la sociedad cananea y de sus costumbres, ritos y ceremonias, plagadas de maldad y degradaciones extremas. De allí la doble mención para guardar los estatutos y las ordenanzas divinas, para andar en ellas, y hacer emerger la clase de vida que agrada a Dios.
EFRAÍN ARTURO CHÁVEZ ESPARTA 13/06/2019 MENSAJE # 3172.
EL ANHELO DIVINAL ERA TENER UN PUEBLO SANTIFICADO, Y AJENO COMPLETAMENTE DEL PAGANISMO Y A SUS PRÁCTICAS ABOMINABLES; EL PLANO DE LA SEPARACIÓN Y LA DEDICACIÓN A LA ÚNICA DEIDAD, ERAN SEÑALES QUE NO DEBÍAN OLVIDARSE JAMÁS, MANTENIENDO CON ELLO UNA PECULIAR IDENTIDAD.
ResponderEliminar